Los “ninis” de 2019 son los que ni pueden trabajar, ni pueden independizarse. Y los que consiguen tener acceso a un empleo no tienen la suficiente remuneración como para emprender un proyecto de vida al margen del hogar familiar. Mucho menos, pagar un alquiler en solitario.
El Consell Valencià de la Joventut ha presentado este jueves las conclusiones del Observatorio de Emancipación Juvenil. “Una persona joven valenciana tendría que destinar casi el 80% de su salario para poder pagar un alquiler en solitario, sin contar con impuestos, luz, agua o Internet”, denuncia Pilar Blasco, presidenta del consejo.
Las conclusiones del informe resultan demoledoras: solo el 18% de los jóvenes valencianos viven emancipados y solo cuatro de cada diez jóvenes de entre 16 y 30 años tiene trabajo. Las cifras de paro juvenil, alarmantes, impiden el acceso a la vivienda. Pero además, aquellos jóvenes que tienen trabajo no pueden realizar un proyecto de vida por si mismos. La media salarial entre los jóvenes valencianos se sitúa en 840 euros mensuales, 60 euros al mes por debajo de la española y el 90% de los contratos firmados son temporales.
“La mayoría de esas personas emancipadas -el 59% de ellas- solo pueden pagar un alquiler compartido”, apunta la responsable. “Una persona joven valenciana tendría que destinar casi el 80% de su salario para poder pagar un alquiler en solitario, sin contar con impuestos, luz, agua o Internet”, ha denunciado. De hecho, solo el 11,9% de la población joven con mayores ingresos puede comprar o alquilar en solitario sin endeudarse.
Según sus datos, la población joven “es el colectivo de edad con los índices de pobreza y exclusión más elevados”. Según la última actualización, un 38% de la población joven que trabaja está en el umbral de la pobreza. “La cifra ha disminuido desde 2017, que se situaba en el 45% de la población joven, pero no es demasiado alentadora”, ha lamentado Blasco.