La larga resaca de los molinos eólicos se prolonga durante años a consecuencia del complicado proceso de desmantelamiento de las instalaciones. Dos vecinos de la Partida de la Cerrada del municipio de Barracas, en la comarca castellonense del Alto Palancia, consiguieron el desmantelamiento, por orden judicial, de los aerogeneradores del parqueo eólico Mazorral-Rajola por las secuelas psíquicas que les ocasionaron los enormes y ruidosos molinos. Sin embargo, quedaron algunos elementos, como la cimentación o el trazado de la red de media tensión, instalados en 2008.
Tras el desmantelamiento, la empresa Enel Green Power España SL, la filial de renovables de Endesa, emitió un informe en el que consideraba que los elementos en las zanjas de cableado y la cimentación de la zapata que no se habían eliminado no generaban efectos ambientales negativos. El grupo Sedesa, de la familia Cotino, obtuvo 39,3 millones por la venta a Endesa de su participación en la firma Proyectos Eólicos Valencianos. Una abultada cifra que sirvió, según la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, para abonar las comisiones investigadas en el marco del 'caso Erial'.
Además, también sostenía que algunas de las áreas afectadas por la obra civil, como el trazado de la red de media tensión, habían conseguido un cierto grado de integración en el entorno. La cimentación de cinco areogeneradores sin demoler, así como sus cables de interconexión, quedaron sin retirar.
Sin embargo, Nieves Alegue y Luis Murria, los dos vecinos afectados por los enormes mamotretos, consiguieron que la sección primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV) ordenara a la filial de Endesa “a la mayor brevedad posible” la “total desconexión y desmontaje de la instalación eléctrica”, según un auto del 25 de julio del 2019 al que ha tenido acceso este diario.
Los dos vecinos afectados por el proyecto sufrieron un auténtico calvario. “Ya no cantan los grillos por un ruido constante durante la mañana y la noche que no te deja descansar. Y la sombra intermitente de las aspas te vuelve loco”, declaro Luis Murria al diario El Mundo.
El proyecto de desmantelamiento y el informe ambiental presentados por la empresa en la solicitud de licencia ante el Ayuntamiento de Barracas prevé las obras a ejecutar para el desmantelamiento definitivo de las instalaciones asociadas a los aerogeneradores ya desinstalados. Así, la documentación alude a la construcción de nuevos viales para el paso de la maquinaria, el desmantelamiento de cimentaciones y de la red subterránea de media tensión, el establecimiento de una planta de trituración y la restitución del terreno a su estado natural, a efectos de recuperar la capa vegetal.
La empresa también plantea la demolición completa de las cimentaciones de los cinco aerogeneradores (sólo se había retirado el hormigón de los primeros 90 centímetros de profundidad). El director general de Calidad y Educación Ambiental de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Joan Piquer, ha estimado aceptable el proyecto de desmantelamiento aunque con algunas salvedades, según una resolución publicada en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana.
El departamento que dirige la consellera Mireia Mollà lamenta que la documentación de la filial de Endesa no incluye una cartografía detallada de las áreas que se verán afectadas por las actuaciones ni alternativas para su ejecución. “Tampoco concreta la duración de las obras de desmantelamiento”, agrega la resolución, que establece medidas correctoras para procurar que “la superficie afectada sea la menor posible”.
Los residuos generados por el desmantelamiento, según apunta el proyecto de Enel Green Power España SL, serán entregados en vertederos o gestores autorizados: el hormigón en Altura (Castelló), la chatarra en Teruel, y los cables y los escombros pétreos en las localidades zaragozanas de Cuarte de Huerva y Alfajarín.