Libertad, democracia y memoria: 75 años de la liberación de Auschwitz
El 27 de enero de 1945, hace ahora 75 años, las tropas soviéticas liberaron a quienes se encontraban reclusos en el campo de concentración de Auschwitz. Desde entonces, cada 27 de enero ha sido un día de homenaje para las víctimas de la crueldad que perpetró el nazismo tanto en ése como en los demás campos de exterminio. Por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió en 2005 conmemorar la efeméride designando esta fecha como Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
Ser progresista, comunista, gitano, homosexual o judío. En definitiva, ser, sentir o pensar de forma diferente al ideario nazi, era motivo suficiente para acabar condenado a malvivir o morir en un campo de concentración.
De este horror nació, poco después de la caída de Hitler, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un texto pactado entre diferentes países y sistemas políticos cuya finalidad se resume en dos cuestiones: asentar las bases para la paz mundial y el fin de la resolución violenta de conflictos políticos; y el reconocimiento de la dignidad humana como principal valor ético y fundamento jurídico, precisamente para evitar las discriminaciones que sustentaban la naturaleza de los campos de exterminio.
Pero todavía quedan muchas historias por conocerse, por contar, en un tiempo en que sus protagonistas ya no se encuentran presentes. Es por ello que en la legislatura anterior se inició desde la Generalitat el proyecto “Construim Memòria” para recordar a las 627 víctimas valencianas del nazismo que durante aquellos años negros sufrieron los campos de concentración y exterminio nazis.
Con ánimo de empezar a poner fin a esta anomalía democrática, y coincidiendo ahora con una efeméride tan marcada, la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática retoma este proyecto en homenaje a las víctimas valencianas de los campos de concentración. De esta manera, a través de la presencia e inmortalización de sus nombres en las Baldosas de la Memoria, se podrá contribuir a reparar la memoria de todos esos valencianos y valencianas que, como tantas otras víctimas españolas, fueron olvidadas primero por el franquismo y después por una importante parte de la sociedad. Para que su historia no se repita y no se olvide, para que sean los últimos en sufrir el dolor provocado por el odio y el miedo, les rendimos homenaje.
Pero, sobre todo, nos toca aprender de los errores y mantenernos siempre alerta para no repetir el pasado. Toca vincular toda la política de memoria antifascista a nivel europeo y no olvidar que también en España hubo campos de concentración, que estuvieron en funcionamiento desde el golpe de estado contra la II República hasta bien entrada la dictadura franquista. Toca seguir luchando por la verdad, la justicia y la reparación. Recordar para no olvidar, recordar para guardar la memoria y escribir así un futuro democrático y en libertad. Porque cada derecho y libertad vulnerado, cada ataque a la dignidad humana, cada discriminación, nos aleja de la senda democrática acercándonos peligrosamente al totalitarismo.
El fascismo del siglo XX fue derrotado, pero nuevas formas de este mismo pensamiento están surgiendo y amenazando el camino recorrido por la igualdad y el reconocimiento de la dignidad humana. De quienes vivimos aquí y ahora dependerá pararlo, desde la profunda convicción democrática y la defensa de las libertades.
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