Los días de plazas de toros llenas y mayorías absolutas abrumadoras han terminado, y el PP valenciano lo sabe. Después de semanas de indecisión dentro del partido sobre si se atrevían con el reto de llenar el coso taurino para el mitin central de la campaña de las elecciones europeas, han preferido no arriesgarse a evidenciar debilidad del músculo de electorado y se ha cambiado la plaza de toros, con capacidad para 20.000 personas, por la polémica Ágora de Santiago Calatrava (en la Ciudad de las Artes y las Ciencias) con un tercio de esta capacidad (7.000 personas).
Entre los valientes que querían aceptar el órdago de la plaza estaba la alcaldesa de Valencia, mientras que otros como el vicepresidente del Consell, José Císcar, no se atrevía a pronunciarse directamente, aunque aseguraba que el PP es “el único partido” que puede llenar el recinto. Pero un PP en caída en picado en las encuestas, con el electorado muy desmovilizado, y con unas arcas menos boyantes para fletar autobuses con fervientes militantes de todas las comarcas hacia la capital, ha preferido finalmente que el mitin del 21 de mayo, con Miguel Arias Cañete, Esteban González Pons y Mariano Rajoy se haga enun recinto mucho más modesto y que requerirá menos esfuerzos de organización.
Además cabe destacar que la alternativa no es una solución inocente. El Ágora de Calatrava fue la guinda de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, una guinda de gran coste, inacabada y que apenas ha tenido uso. El Ágora ha costado más de 100 millones de euros, pero el edificio presenta numerosas deficiencias como goteras, problemas en el recubrimiento y tampoco está instalado el remate, consistente en unas planchas metálicas que están abandonadas en un solar proximo vallado donde se están oxidando. Por lo que hace a su utilidad únicamente ha servido desde su apertura en 2009 para el torneo de tenis del Valencia Open 500 (organizado por el extenista Juan Carlos Ferrero, y subvencionado con 18 millones por la Generalitat), para alguna edición de la Campus Party y para la Valencia Fashion Week.
Con este cambio el Ágora podría se el escenario idóneo para acoger la primera debacle del PP en territorio valenciano, un escenario que recuerda otros tiempos donde parecía que era oro todo lo que brillaba.