PERFIL

Lluís Majó, el exfutbolista convertido en gestor de la banca de Andorra que manejaba el 'cash' de la trama de Zaplana

Lucas Marco

València —
8 de mayo de 2024 22:37 h

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En el juicio por la presunta trama corrupta liderada por Eduardo Zaplana, un nombre clave se repite sin parar en diferentes sesiones de la vista oral en boca de testigos, letrados y acusados. Se trata de Lluís Majó Platel (Barcelona, 1956), exfutbolista de la cantera del Barça reconvertido en gestor de la Banca Privada d'Andorra (BPA), entidad presidida por Higini Cierco hasta su intervención. Su nombre, a pesar de no haber sido interrogado ni en la fase de instrucción ni en el juicio oral, está vinculado a las operaciones de compensación de fondos que los clientes de la BPA, intervenida en 2015 por blanqueo de capitales del crimen organizado, usaban para conseguir dinero en efectivo o, en sentido contrario, deshacerse de 'cash' sin tener ni siquiera que cruzar la frontera entre España y el Principado de Andorra. La técnica era tan sencilla y cómoda como práctica: si un cliente de la BPA necesitaba efectivo, el gestor con sede en Barcelona se encargaba de localizar a otro cliente con cuenta en la BPA que quisiera deshacerse de billetes. El cliente desconocía quién era su homónimo, todo pasaba por el gestor a modo de intermediario. La transacción se hacía, virtualmente, en Andorra pero el dinero contante y sonante en ningún momento atravesaba la frontera.

La trama recurrió a las operaciones de compensación de cuentas para mover un total de 5,4 millones de euros. Tras la intervención de la BPA, los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil tuvieron acceso a la documentación interna de la entidad y pudieron localizar a cada contraparte de las operaciones. Los otros clientes, que nada tenían que ver con la presunta red del 'caso Erial', fueron interrogados en la fase de instrucción y declararon por videoconferencia como testigos en el juicio. Todos apurados y desconcertados por una situación comprometedora que no entendían demasiado.

María Ángeles T. explicó que tenía una cuenta numerada en la BPA “para hacer unas inversiones”. La mujer firmó un “contrato de gestión de cartera e inversiones financieras” con el intermediario, Lluís Majó. Colocó 200.000 euros en Andorra pero “aquello fue una gestión nefasta”, apostilló. La testigo lamentó las “inversiones nefastas” y que sólo pudo recuperar 100.000 euros, mediante “entregas en España”.

Aurelio D. B., también con cuenta numerada en la BPA entre 2007 y 2010, relató algo similar. El hombre confirmó en el juicio que mantenía un acuerdo verbal con Lluís Majó para facilitar la recepción del dinero en su cuenta en Andorra. “Nos presentó a una persona que venía a Barcelona y le dábamos el dinero”, declaró el testigo, quien especificó que los encuentros se producían en el Hotel Majestic de la Ciudad Condal. “Las inversiones fueron fatal”, apostilló. En su declaración en la fase de instrucción, el hombre dijo que en Andorra era “vox populi” que la BPA actuaba de “una manera pirata”. “A mí me trataron muy mal”, abundó en el juicio. Cuando cerró la cuenta, pudo recuperar “algo” del dinero. Joaquín Barceló 'Pachano', el testaferro confeso de Zaplana, también expresó críticas hacia la banca andorrana (“Hacían un lío para cobrar el doble de comisiones, para engañarnos a todos”, aseguró).

Otro testigo, Miguel Ángel G. S., abrió una cuenta en la BPA con sus hermanos “a través de alguien de Caixa Catalunya”. Al inicio de su declaración, el testigo dijo que abrieron la cuenta porque iban “de vez en cuando” a esquiar a Andorra y pretendían utilizarla para sus “gastos”. Sin embargo, el fiscal anticorrupción, Pablo Ponce, le recordó que se hicieron operaciones por 245.000 euros. “Para subir a esquiar quizá sea demasiado dinero”, le espetó a su vez Daniel Campos, el letrado de Zaplana. El hombre acabó reconociendo que pretendían hacer “alguna inversión inmobiliaria en Andorra” y mostró su perplejidad por el hecho de aparecer, sin comerlo ni beberlo, en el juicio contra el exministro del PP.

Jordi C. F. también mantenía una cuenta en el banco andorrano con su mujer. “A partir de cierto momento, la BPA me ofreció poder asistir a una oficina en Barcelona que era como una especie de gestora donde podía dejar un dinero y se me ingresaba automáticamente en la cuenta o bien podía retirar el dinero”, detalló el testigo. El hombre no recordaba si firmaba algún documento para las entregas: “Si dejaba 20.000 euros”, dijo a título de ejemplo, “comprobaba por la tarde y me aparecían ingresados en mi cuenta de Andorra”.

Lluís Majó, contactado por elDiario.es, negó que fuera gestor de la BPA. “No sé nada”, se limitó a afirmar en una breve conversación telefónica. Sí que reconoció que fue futbolista y formó parte de la cantera del Barça. Varias fuentes de las defensas del 'caso Erial' consultadas por este diario confirmaron el papel de Majó como gestor en Barcelona de clientes españoles con cuentas en la BPA y lamentaron que no se le tomara declaración en la fase de instrucción.

El hombre figura actualmente como apoderado de una empresa catalana dedicada a la gestión de fondos, según los datos que constan en el Registro Mercantil. También fue apoderado de una filial en España del banco suizo Mirabaud y figuró como imputado en una causa de la Audiencia Nacional (AN) que investigaba a seis gestoras por el presunto blanqueo de capitales del banco HSBC, destapado por la filtración de la lista Falciani, que incluía a más de 600 titulares españoles de cuentas opacas con un valor global de 6.000 millones de euros en la sede suiza del gigante bancario.

Lluís Majó Platel declinó aclarar la situación de la causa de la AN (“no te puedo ayudar”, dijo). Según un medio andorrano, en otras diligencias de la AN se le intervino una agenda de “tapas azules con una lista de 241 nombres” de supuestos clientes en Catalunya, en una operativa similar de compensación con la entidad Andbank. Preguntado por su relación con la banca andorrana, Majó se limitó a manifestar: “Estoy en Barcelona”.

El acusado Saturnino Suances, hermano de la exdiputada autonómica del PP que también se sienta en el banquillo, contó durante su declaración en el juicio que el gestor de Joaquín Barceló 'Pachano' ante la BPA era precisamente Lluís Majó. Suances, que ejerce su propia defensa, relató que Majó “estaba desaparecido” cuando tuvo “problemas en la Audiencia Nacional” y no respondía a las llamadas de Pachano, preocupado por el destino incierto de su cuenta en la BPA.

El acusado describió el papel de Majó como un “intermediario habitual” en las operaciones de compensación de fondos de la banca andorrana. “Se situaba a profesionales en Barcelona que hacían esa gestión del banco con el cliente y del cliente con el banco”, explicó Suances. El acusado detalló que, en definitiva, “el cliente no se relaciona con el banco” directamente.

Un sistema para la “ocultación del dinero en efectivo”

Por su parte, uno de los agentes de la UCO en su declaración como perito también aludió al método de compensación de fondos que “posibilitaba” la BPA mediante intermediarios del propio banco que ni siquiera residían en el Principado. El gestor, explicó el agente del instituto armado, buscaba clientes con “intereses contrapuestos”: uno que necesitaba efectivo y otro que buscaba deshacerse de 'cash'. Lo cual evitaba los controles en la frontera y propiciaba que, además, los movimientos no aparecieran como “transferencias en si”, detalló el investigador.

La presunta organización criminal liderada por el expresidente de la Generalitat Valenciana llegó a realizar hasta 43 operaciones de compensación de efectivo entre el 17 de febrero del 2004 y el 3 de enero del 2007 por un valor de 5,4 millones de euros, según indica la comisión rogatoria de las autoridades andorranas que figura en el sumario del 'caso Erial'.

El escrito de acusación de la Fiscalía Anticorrupción destacaba que la BPA “fue intervenida por las autoridades andorranas tras una denuncia del Tesoro de los Estados Unidos por operaciones de blanqueo de capitales”. Anticorrupción incidía en el papel fundamental de la BPA: “El sistema de compensación en efectivo proporcionado por la entidad bancaria supone facilitar la ocultación del dinero en efectivo”. 

“A través del banco se facilita la operativa de intercambio de dinero en efectivo entre los clientes, de tal forma que una vez realizado en España se disfraza en los extractos de la cuenta en Andorra como si los ingresos y salidas en efectivo se hubiesen realizado por los clientes, siendo ficticias dichas supuestas relaciones comerciales dado que no se conocen”, explicaba el representante del Ministerio Público. De hecho, en una de las operaciones de compensación de fondos de la trama, por un valor de 49.000 euros, apareció una cuenta de Albert Mitjà Sarvisé, exdirigente de Convergència Democràtica de Catalunya, tal como informó este diario.