El president Carlos Mazón se ha cobijado detrás de su consellera de Justicia e Interior, Salomé Pradas, para no figurar jurídicamente como máximo responsable de la catastrófica respuesta a la emergencia de la DANA del pasado 29 de octubre que ha dejado, de momento, 215 fallecidos. Y ello a pesar de que desde que se incorporó sobre las 19.30 a la primera reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) ostentó el mando, real y efectivo, de la respuesta a la emergencia, una competencia autonómica que cuenta con unos protocolos de Emergencias “meridianamente claros”, tal como aseguró Mazón en 2022 cuando lideraba la oposición al entonces president socialista, Ximo Puig. Cuatro ministros y el presidente Pedro Sánchez ofrecieron su ayuda inmediatamente el día de la tragedia directamente al jefe del Consell, quien comandó el primer Cecopi una vez llegó, tras una larga comida, al Centro de Coordinación de Emergencias de l'Eliana. Una colaboración que el propio presidente autonómico rechazó a pesar de la magnitud de la catástrofe.
De hecho, fuentes del anterior Ejecutivo expresan su indignación ante la jugada de Carlos Mazón, que no ha declarado sobre el papel la “situación de emergencia catastrófica”, una posibilidad prevista en el artículo 12 de la ley autonómica de Protección Civil y Gestión de Emergencias. La declaración supondría “la asunción por el presidente del mando único y la dirección de todas las actividades de emergencia”, según indica la norma. Por el contrario, Mazón ha delegado el mando en la poco ágil e inexperta consellera Salomé Pradas, principal candidata a ser relevada en una inminente remodelación del Consell. En todo caso, la ley valenciana indica que el Consell —y no el Gobierno central, como han insinuado las derechas españolas— es el “órgano superior de dirección y coordinación” de la respuesta a las emergencias.
Varias iniciativas incipientes han planteado querellas o denuncias contra el president de la Generalitat Valenciana por su gestión de la respuesta a la emergencia de la DANA, especialmente por la decisión tan tardía de enviar la alerta masiva a los teléfonos móviles a las 20.11 del pasado 29 de octubre, cuando centenares de personas ya estaban atrapadas. Las dudas de la consellera Pradas y la sonada ausencia de Mazón retrasaron dos horas el envío del sistema Es-Alert, tal como informó este diario.
Existen antecedentes en términos judiciales: dos exalcaldes de Finestrat, una localidad de la comarca alicantina de la Marina Baixa, fueron condenados por un delito de homicidio por imprudencia tras una riada que azotó el municipio y en la que falleció un matrimonio británico.
El Consell que lidera Mazón opera en dos planos diferentes: en términos reales y efectivos y en la vertiente jurídica. La consellera Salomé Pradas ha desaparecido del foco a pesar de ostentar, según la ley, el mando único de la respuesta a la catástrofe. No solo Pradas o Nuria Montes (tras sus inoportunas declaraciones sobre los familiares de las víctimas): también la portavoz Ruth Merino ha pasado sin solución de continuidad a un segundo plano, siendo sustituida en esa función por la vicepresidenta Susana Camarero.
Además, seis días después de la tragedia, Mazón también recurrió a su única alto cargo con un currículum solvente en materia de catástrofes, la capitana de la Guardia Civil Rosa Touris, quien a pesar de ser directora general de Prevención de Incendios ha pasado a ejercer de portavoz tras las reuniones del Cecopi. Los bandazos y las mentiras encadenadas han sido la tónica de la gestión de Carlos Mazón, con un equipo de altos cargos de Emergencias completamente desaparecido.
La portavoz 'de facto': Mazón “no forma parte del Cecopi”
La nueva portavoz 'de facto' del Consell aseguraba este martes que “el presidente [Mazón] no forma parte del Cecopi”, un organismo presidido oficialmente por Pradas, según recordaba Susana Camarero. Sin embargo, un acta del Cecopi del pasado 1 de noviembre desvelada por elDiario.es, indicaba con un membrete oficial del Ayuntamiento de València: “preside” Carlos Mazón la reunión del órgano. El Cecopi está formado por una veintena de instituciones que participan en la respuesta a la emergencia, incluyendo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El jefe del Consell ha ejercido el mando verdadero hasta tal punto de que, el 2 de noviembre, Mazón mantuvo bloqueado el Cecopi durante ocho horas, al haberse encerrado con su equipo de Presidencia para preparar una comparecencia. Para no formar parte del Cecopi, tal como sostenía la vicepresidenta Susana Camarero, lo cierto es que aquella reunión del comité de emergencias no se inició hasta que Carlos Mazón no estuvo disponible.
“Las decisiones del Cecopi se toman por los órganos que forman el Cecopi y el presidente no debe ser esperado para tomar una decisión”, afirmó Camarero en referencia a la primera reunión del pasado 29 de octubre, día de la DANA. Sin embargo, el retraso —de ocho horas, a la espera de Carlos Mazón— de la reunión del pasado 2 de noviembre, desmiente de plano la tesis que maneja la vicepresidenta Camarero.