Marta Cañero, psicoterapeuta: “Para algunas personas nuestro grupo de apoyo es la primera experiencia social con otras trans”

El ‘Espai de suport trans’ del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales Lambda de València surgió con el objetivo de crear un espacio de acompañamiento para personas que se encuentran al inicio del proceso de afirmación de su identidad como persona trans. El grupo cuenta con la supervisión de Maria Ángeles Pérez y Marta Cañero, dos psicoterapeutas especializadas en la atención a personas LGTBI y, desde octubre, se reúnen con doce personas que comparten sus experiencias con la finalidad de crear un ambiente de aprendizaje colectivo. Se trata de un proyecto recién nacido y, aunque el grupo actual está cerrado, tienen pensado continuar ofreciendo este espacio en el futuro y de forma gratuita.

¿Cuál es la valoración de los primeros meses del recién creado ‘Espai de suport trans’ de Lambda?

Estamos contentas, tuvo muy buena acogida y, de hecho, al ser la primera vez que lo lanzamos, decidimos dejar el grupo abierto de octubre a diciembre. La gente nos escribía al correo, íbamos entrevistándonos con las personas que contactaban y se ha ido añadiendo gente. En enero el grupo pasó a ser cerrado y ahora mismo somos doce personas y nosotras dos (las psicoterapeutas). También hay personas que se han quedado fuera del grupo y que nos siguen contactando en estos meses para preguntarnos si vamos a crear nuevos grupos.

¿El grupo surgió porque detectasteis que estaba creciendo el número de personas que pedían información?

No es tanto información como acompañamiento. Desde Lambda hay un servicio muy grande de atención a personas trans donde se les informa sobre el proceso, se resuelven dudas y también hay espacios de contraste vital, pero lo que realmente demandaban era un espacio terapéutico como tal, con un acompañamiento más pausado, más profundo. La idea de crear un grupo de apoyo surgió porque desde el servicio de acompañamiento psicológico que tenemos en Lambda, abierto a toda la comunidad LGTBI, llegaron personas trans jóvenes que directamente preguntaron si existía algún grupo o espacio donde poder ir a encontrarse con personas que están viviendo lo mismo y enriquecerse con sus experiencias. Según nos cuentan, tienen la sensación de tener que dar muchas explicaciones siempre, por eso pedían un espacio de seguridad para poder hablar de su realidad y todo lo que van viviendo sintiéndose en confianza.

Por tanto, os centráis en el acompañamiento y en los cuidados. A partir de ahí, ¿cómo se pone en marcha?

Queríamos crear un grupo terapéutico, pero tampoco conocíamos a las personas que iban a venir. Las personas trans hacen un proceso muy profundo de búsqueda de identidad y esto nos ha hecho eco en nuestra forma de entender la vida, en nuestro propio proceso terapéutico, que parte también de una búsqueda profunda de quiénes somos, para vivirnos de manera más auténtica y también en nuestra forma de entender nuestra profesión. Hablamos con la ejecutiva de Lambda y propusimos el proyecto, aunque realmente no sabíamos lo que nos íbamos a encontrar de entrada. Este primer año es un poco de exploración para ver hasta dónde podemos llegar. Se ha formado un grupo heterogéneo en edades y vivencias y esto enriquece mucho la experiencia de todas, todos y todes.

Quedáis dos martes de cada mes. ¿Cómo son esas reuniones? ¿Con qué necesidades os encontrasteis?

Nos encontramos con que había muchísima necesidad de compartir, de hablar, de contar sus vivencias, su propia historia y de escuchar otras realidades también. Es muy curioso porque para algunas personas del grupo es la primera experiencia social que han tenido con otras personas trans. Algunas conocían a personas por Internet porque por redes se mueven súper bien, pero no en persona, por eso los primeros días fue muy impactante y pensaron: “¡Guau, somos un montón!”. Hablamos y escuchamos mucho las vivencias de otras personas y, poco a poco, nosotras (las psicoterapeutas) también vamos interviniendo. En algún momento hemos propuesto alguna actividad o algún ejercicio, pero lo que más están necesitando es ese acompañamiento y tener ese espacio para soltar, descansar y compartir. Intentamos que sea un espacio de respeto y también tiene que haber una diferencia entre lo que hacemos aquí y ‘un momento café’. Aquí le damos una vuelta más e intentamos descubrir qué está suponiendo emocionalmente todo ese proceso. Una parte es contar lo que te sucede, pero otra parte es cómo te afecta esto a ti y qué podrías hacer, qué puedes necesitar… A partir de sus vivencias y del modo en que les están afectando, tratamos de acompañarles en el proceso de hacerse responsables de su papel en su propia vida y en todos los sentidos: lo que piensan, lo que sienten y lo que hacen. Lo más importante no es lo que te pasa, sino lo que haces con ello. Por otro lado, también es importante entender que cuando una persona cuestiona su identidad de género y hace un proceso de transición, no solo transiciona a nivel físico, interiormente también y, además, no lo hace solo esa persona, sino que incluye a todo su entorno, sobre todo a la familia, con todo lo que ello conlleva.

Ese proceso de transición, tal como has nombrado, no debe ir acompañado necesariamente de un cambio físico y, sin embargo, hay personas que piensan que sí.

Una mujer no es más mujer por tener un cuerpo determinado o una expresión de género determinada, ni un hombre, ni una persona no binaria. Nosotras hacemos mucho hincapié en que la transición es interior primero que nada y, si luego quieres hacerlo externamente, también está genial, pero hay una primera parte en la afirmación de identidad que está por dentro.

Aplicáis la terapia Gestalt durante las reuniones. ¿Qué aporta esta terapia aplicado al proceso de afirmación de identidad de una persona trans?

Desde la Terapia Gestalt entendemos que la persona hace en cada momento lo mejor que puede con los recursos que tiene. Tenemos una confianza absoluta en que, a medida que cada persona vaya redescubriéndose, aprendiendo a utilizar sus propias herramientas y desplegando sus potencialidades, podrá ir avanzando. Es un proceso de autorregulación que vivimos con esperanza. Uno de los puntos fundamentales es que trabajamos con la persona. El hecho de que sean personas trans las que integran este grupo aporta una situación específica y nos enriquece profundamente acercarnos a su realidad, sin perder de vista que, sobre todo, más allá de ser personas trans, son personas con nombre y apellidos. Desde nuestro modo de entender nuestro trabajo, la persona es lo primero, más allá de sus circunstancias particulares.

Entiendo que también al trabajar en grupo pueden compartir experiencias en ese sentido y empatizar también entre ellas. La red y los lazos que se crearán también serán muy fuertes.

Sí, es así, pero esto es algo que sucede en cualquier grupo en el que se comparten experiencias vitales de forma auténtica y en un espacio seguro que co-creamos todas las personas que formamos parte. Es cierto que para algunas personas es la primera vez que conocen a otras personas que pasan por un proceso parecido in situ y no es lo mismo hablar por una red social con alguien que poder ver a esa persona y compartir tiempo de tú a tú.  

¿Existen diferentes fases dentro del proceso de afirmación de identidad?

Todas las personas trans con las que he trabajado, tanto en grupo como a nivel individual, son totalmente distintas. Es cierto que normalmente hay un primer momento de duda, pero también hay personas que desde siempre han notado que algo no estaba bien, personas que siempre lo han tenido muy claro, y luego las personas que no lo han tenido siempre claro o no han podido ponerle nombre desde el principio. A partir de aquí, el proceso es único. Las fases por las que van a pasar y las dificultades que van a encontrar a veces pueden ser parecidas, pero la forma en la que cada persona vive cada uno de esos momentos es totalmente personal.  

Una de las peticiones que se hacen desde los feminismos es la despatologización de las personas trans. Supongo que aquí también también habrá salido el tema.

Sí, recientemente la OMS excluyó la transexualidad de la lista de trastornos mentales. Hasta ahora formaba parte del apartado dedicado a ‘trastornos de personalidad y del comportamiento’, mientras que ahora aparece como ‘incongruencia de género’ dentro de un nuevo apartado llamado ‘Condiciones relacionadas con la salud sexual’. Ahora da a entender que ya no estás enfermo, pero sigue pasándote algo  lo suficientemente grave como para que aparezca en un manual diagnóstico y esto es incómodo. Hay realidades que nadie cuestiona como tener una identidad de género cis. Eso no está puesto en algún sitio. Se da por hecho la cisheteronormatividad y parece que hay unas realidades que se salen de lo normativo y aparecen en manuales diagnósticos mientras que otras no. Esto no tiene ningún sentido.

¿A qué tipo de situaciones cotidianas se enfrenta una persona trans?

Depende. A la hora de acceder al mercado laboral es un miedo bastante frecuente porque es una realidad que la tasa de desempleo de las personas trans es muy alta. A nivel del sistema de salud ahora parece que hay un poco más consciencia y está funcionando mejor, pero también hay veces que hay personal sanitario que no tienen ni idea y se dan situaciones violentas. En ámbitos educativos también aparecen problemas con actitudes de parte del personal docente, que al igual que sucede en el resto de ámbitos, necesitan urgentemente que se les forme para evitar este tipo de situaciones y promover un trato igualitario.

¿Y qué pasa con las relaciones sociales?

Depende de la personalidad y el carácter de cada una de ellas. Igual que hay personas sociables y extrovertidas, también pueden darse situaciones de soledad e incluso aislamiento. Sí que es cierto que al ir dando pasos en el proceso de afirmación, puede favorecerse que aquellas personas con más dificultades puedan presentarse ante el mundo con la seguridad de saber quiénes son.

¿Qué podemos hacer para intentar paliar ese aislamiento y crear espacios amables para todas?

Es cuestión de cambiar la mirada, de relajar un poco el nivel de tensión… A veces incluso nos tensamos porque queremos cuidarlas demasiado, no ofender, y entonces al final acabamos haciendo las cosas raras. Desde el momento en que nos preguntamos ‘¿y cómo le llamo?, ¿es un chico o una chica?, ¿será una persona binaria o no binaria?’, acabamos haciendo cosas extrañas cuando quizás es más sencillo preguntar qué pronombre quieres que utilice contigo. Hay que cambiar la mirada e integrarlo como una realidad cotidiana, no una realidad especial. El hecho de que se visibilicen como colectivo es súper importante, porque son parte integrante de la sociedad y merecen que se reconozca su lugar en ella. A gran parte de la sociedad les impacta conocer una realidad trans, pero la cuestión es, ¿qué hacemos con este impacto? Tu impacto es tu responsabilidad porque la realidad es que no hay dos personas iguales y depende de ti acercarte a ellas para conocerlas de cerca o quedarte mirando desde lejos.

Sí, pero no podemos negar que seguimos dentro de una sociedad binaria donde va a ser muy difícil cambiar esa mirada. Nos queda aún mucho camino hasta la aceptación total. Mientras tanto, parece que seguirán teniendo obstáculos y necesitando grupos de apoyo para identificarse.

Sí, efectivamente, aunque el objetivo es que lleguen a no ser necesarios este tipo de espacios, porque la sociedad en sí se haya convertido en un lugar seguro de por sí y más acogedor. Algunas de las dudas más frecuentes que se plantean son: ¿Qué va a pasar con mis estudios? ¿Qué va a pasar a la hora de encontrar trabajo? ¿y si quiero trabajar de cara al público? También hay casos que han ido muy bien y no es una realidad siempre negra, hay experiencias que son maravillosas y liberadoras. Es bonito porque cuando por fin pueden empezar a hacer algo con esto, desde empezar a hablarlo, elegir el nombre, pedirle a personas de confianza que les llamen así y, poco a poco, ir abriendo el círculo, ir hablándose en femenino o en masculino o en neutro, cada pasito da mucha alegría a ellas, ellos y elles, y también al resto por poder verlo. Cuando se construye con una esperanza, eso da fuerzas.

Hay personas que incluso dicen que es un capricho o incluso una moda. A esas personas, ¿qué les decís?

Pues que antes de opinar traten de conocer de cerca la vida de una sola de esas personas. Si pueden dejar sus prejuicios en pause durante un ratito y acercarse a compartir con una persona trans, probablemente descubran que no se diferencian en tantas cosas como creen.