Mazón no avisó, pero Japón sí: alertó por mail a sus residentes en España un día antes de la DANA

Raquel Ejerique

18 de noviembre de 2024 22:50 h

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El Gobierno de Japón y sus ciudadanos saben bien qué suponen las lluvias torrenciales, los tifones y los peligros naturales en un país que tiene una cultura meteorológica desde la escuela y que lanza avisos de prevención claros a su población, especialmente afinados desde 2017. La última gran alerta, un posible megaterremoto en agosto, hizo que el gobierno aconsejara a sus ciudadanos revisar sus posibilidades de evacuación e instar a quien no las tuviera a que se marchara de la zona en la que se preveía el cataclismo, que finalmente no sucedió.

La prevención y las medidas para evitar muertes y daños están interiorizadas en el país y las exportaron a la destructiva DANA del 29 de octubre. El lunes 28, un día antes de que una riada se llevara por delante 219 vidas y casi toda l'Horta Sud de València, la embajada de Japón en Madrid lanzó un mail masivo, “correos electrónicos consulares a los japoneses residentes en España para alertarles de la situación” de la DANA, como ha confirmado la embajada a elDiario.es y adelantó Newtral para desmentir algunos bulos que corrían por redes sobre esta alerta japonesa. También lo envió a los turistas que se hubieran registrado en la página del ministerio de exteriores japonés como visitantes. En España viven 6.068 ciudadanos japoneses, según el último padrón del INE, que habitan sobre todo en Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia.

En el correo, la Embajada de Japón de Madrid recogía simplemente las advertencias que había colgado en su web Protección Civil (dependiente del Ministerio del Interior) y que se basaban en los avisos y predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), los mismos cuya gravedad fue minimizada por el president de la Generalitat Valenciana, la competente en la gestión de las emergencias, ya que en España son las autonomías las que tienen el mando.

Además de resumir a sus ciudadanos de manera clara y por días y zonas a qué fenómenos se enfrentarían –“el día 29 será el de mayor deterioro climático, con pronósticos de lluvias torrenciales y tormentas en las siguientes áreas: Zona del Estrecho de Gibraltar, Este de Andalucía, Región de Murcia, Este de Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana”, dio unos consejos claros.

Primero, advertía a los japoneses en España que, como avisa siempre la AEMET, “este tipo de cambios climáticos son difíciles de predecir con precisión y recomienda mantenerse actualizado con la información más reciente”. Luego, lanzaba una serie de advertencias específicas. Por ejemplo, “prepararse para situaciones de emergencia”, “garantizar su seguridad evitando riesgos innecesarios” o “verificar cuidadosamente las condiciones climáticas y de tráfico antes de desplazarse y considerar si es seguro viajar”.

Una vez se produjo la devastadora inundación por las lluvias torrenciales y los desbordes de los barrancos en la provincia de València, la Embajada de Japón envió el día 30 un segundo correo masivo recordando las alertas rojas –y explicando con expresión numérica qué nivel suponía, el máximo en este caso– y con recomendaciones a sus ciudadanos, entre las que estaban informar a la embajada y sus familiares si se encontraban en situación de emergencia.

Japón tiene una agencia meteorológica a cuya escala de riesgo hay asociadas órdenes directas a la población. El más bajo, amarillo, insta a tener claro si se puede evacuar. El siguiente es rojo, y deben evacuar personas con poca movilidad –en el caso de València el grupo donde ha habido más mortalidad es entre mayores de 70 años–. El nivel morado ordena la evacuación de toda la población de lugares de riesgo. El negro, el estadio más alto, alerta de que hay “riesgo para la vida” y ordena ponerse a salvo “de inmediato”.