En los últimos años ha aumentado el interés informativo y social sobre el abuso hacia las mujeres. En las últimas semanas, la presión se ha incrementado desde que que Hollywood los visibilizara a través de la campaña #METOO en redes sociales y en la entrega de los Globos de Oro, con una gala teñida de negro y convertida en un espacio para la reivindicación de un trato digno e igualitario bajo el lema 'Time's Up'.
El problema, sin embargo, viene de atrás. De muy atrás. En 1603, William Shakespeare escribió Medida por medida, una de las obras más personales del dramaturgo. Cuenta la historia de Isabella, una joven que intenta salvar a su hermano del castigo de la justicia cristiana, condenado a muerte por haber fornicado con su novia y haberla dejado embarazada, pese a que ambos desean casarse.
La máxima autoridad, el Duque de Viena, al verse incapaz de aplicar la sentencia, delega en el inquisidor Ángelo. Pero éste, turbado por la belleza, la inteligencia y la inocencia de la joven, trata de hacerle ceder su virtud a cambio de la vida de su hermano. Y no será el único, también el Duque emprenderá un cortejo de seducción en el que la voluntad de la fémina queda totalmente olvidada.
En su intento por detener la ejecución, Isabella se encontrará con los envites del poder, con la corrupción moral y política, viéndose reducida a una mera mercancía en trueque en un texto insólito para su tiempo ya que, alternando la comedia con el drama, constituye una clara denuncia de la hipocresía social y del abuso sobre la condición femenina.
Un tema de candente actualidad que se representará sobre los escenarios los días 19 y 20 de enero en Sala Russafa, que estrena en la Comunitat Valenciana un montaje de esta pieza, coproducido por las compañías madrileñas Factoría Teatro y Producciones Inconstantes protagonizado por Macarena Sanz, en sustitución de Ingrid García-Jonsson, quien abandona el elenco en 2018 por incompatibilidad de agenda.
La joven, intérprete de películas como Selfie (2017) y con experiencia escénica en numerosos montajes dentro del Centro Dramático Nacional, se une a un equipo artístico de sobrada solvencia que componen Jorge Muñoz, David Luque, Juan Díaz (que el año pasado visitó el teatro de Ruzafa con un montaje de Peer Gynt), Ana Mayo, Nacho Vera, el veterano Chema de Miguel y Salvador Sanz. Un soberbio trabajo escénico e interpretativo para una de las obras menos conocidas pero más valientes y vigentes del dramaturgo inglés, señala en un comunicado.