Agosto del año pasado fue un mes marcado por graves incendios en la Comunitat Valenciana, que comenzaron en la Vall d'Ebo (Alicante), justo el día 13, y llegaron a ser calificados como verdaderas “tormentas de fuego” por la entonces titular de Justicia e Interior, Gabriela Bravo. Esta localidad, junto con Bejís y Les Useres, en Castellón, vivieron momentos muy duros, con la evacuación de miles de personas en su conjunto y con todo su entorno afectado por las llamas. Un año después, las dos alcaldesas y el alcalde al frente de estas localidades creen que “aún queda mucho por hacer”.
El fuego de Vall d'Ebo se declarado el 13 de agosto por la noche a causa de un rayo en la partida del Frigalet y quemó 12.150 hectáreas de esta localidad de la Marina y otros municipios de comarcas como El Comtat, de donde fueron desalojados unos 1.500 vecinos. Los efectivos de extinción lo dieron por controlado el 21 de agosto pero no quedó extinguido hasta el 28, dos semanas después.
Los términos municipales afectados alcanzaron a la Vall d'Alcalà, L'Atzúbia, Balones, Benimassot, Castell de Castells, Fageca, Famorca, Orba, Pego, Planes, Tollos, Tormos, la Vall d'Ebo, la Vall de Gallinera y la Vall de Laguar.
En Bejís, fueron once los términos municipales con daños: Altura, Barracas, Bejís, Jérica, Sacañet, Teresa, Torás, El Toro y Viver en la provincia de Castellón, y Alcublas y Andilla en la de Valencia. Se declaró igualmente por un rayo de una tormenta seca, el 15 de agosto, calcinó 20.000 hectáreas de superficie y obligó a evacuar a 1.500 personas. Las tareas de control se prolongaron hasta el 27 de agosto pero tardó casi un mes en extinguirse: el 13 de septiembre.
La complejidad de la extinción quedaba resumida en un mensaje en redes sociales del Servicio de Bomberos Forestales de la Generalitat que celebraban que “por fin” publicaban el mensaje que “hace tiempo” deseaban escribir. “Y lo hacemos después de unos días muy duros e intensos que tardaremos en olvidar”, indicaban.
Por lo que respecta al incendio forestal de Les Useres, declarado el domingo 14 de agosto, afectó a los términos municipales de Costur, Figueroles, Lucena del Cid y Les Useres hasta su extinción el 19 de agosto, con un total de 800 hectáreas y un perímetro de 21 kilómetros. A todos estos fuegos se sumó el 19 de agosto otro más en Olocau (Valencia), por una tormenta eléctrica, y llegó a afectar a la Sierra Calderona. Las hectáreas quemadas rozaron las cuatro.
“DUELE PERO NO ESTÁ TAN NEGRO”
Un año después, poco ha crecido en las zonas afectadas por las llamas. La primera edil de Bejís, María José Madrid (PSPV), ha recalcado a Europa Press que en el municipio trabajaron con la idea “de que esto no fuera el final” y así ha sido: “Se salvaron casi todas las casas; solo hubo tres o cuatro afectadas”, al igual que la industria o el camping y se han mejorado las sendas e infraestructuras. “Duele, pero no está tan negro como antes”, ha expresado
“Siempre hay cosas que faltan pero tenemos que seguir con nuestras vidas, intentando que afecte lo menos posible a todo el pueblo”, ha dicho, y ha apuntado que en septiembre celebraron fiestas y han seguido haciendo “todo lo que tocaba”. Entre los próximos actos, un homenaje el 15 de agosto a los efectivos de extinción y que participaron en ayudar al municipio.
Si bien ha reconocido que se ha notado un descenso en el senderismo, tampoco aportaba económicamente gran cantidad al municipio. En todo caso, ha resaltado que al incendio se suma el cambio climático, con muy pocas lluvias en el año y que el río “no baja con tanta agua”. “No está todo lo verde que debería y por eso quizá cueste un poquito más de recuperar porque la climotología no acompaña”, ha dicho.
A María José Madrid le gustaría que no vuelva a pasar lo mismo cada diez años, ya que recuerda los fuegos de 2012, que también les afectaron. Y quiere que cuando llegue el momento de la reforestación puedan participar en la Mesa que prometió en anterior Consell para aportar sus ideas.
Ahora no es el momento, ha puntualizado, porque se tiene que eliminar todo lo quemado y, a partir del próximo año, pensar en cómo reforestar. “Hay tiempo y no dudo en absoluto de que se haga de la mejor forma posible”, ha sostenido. “Entendemos que esto seguirá, no tiene por qué no”, ha dicho, y ha expresado la “ilusión y ganas de seguir luchando porque Bejís sigue estando ahí y somos como el ave fénix: renacemos de las cenizas”.
El alcalde de Les Useres, Jaime Martínez (PP), señala a Europa Press que “va saliendo algo verde, pero los árboles no se recuperan en muchos años”, con lo que él, sin ser experto, precisa, cree que se necesitarán 30 o 40 años más para que vuelva a estar como antes.
Martínez subraya que además de las ayudas recibidas el pasado año de la Generalitat, ahora se están desbloqueando las que faltaban de la Diputación de Castellón. A su juicio, el fuego creció porque “no se le dio importancia” y “se tardó en reaccionar” al coincidir con los otros incendios.
“Parecía que se tenía controlado pero no”, afirma, y reconoce que le sentó “muy mal” que se dijera que se había logrado salvar el parque natural de Lucena: “No quiero que se queme ninguna parte, pero el sentimiento va en el corazón. Parece que no se le dio importancia a Les Useres, ese fue el sentido de mi crítica”.
PROMOCIÓN
Martínez lamenta que la zona quemada era la mejor del municipio, con varias rutas para excursionistas. “Hemos hecho bastante promoción del municipio y se nos han seguido llenado las casas rurales, el pueblo está lleno, pero el paisaje...”, lamenta. “Del año pasado ahora lo que ha salido mide unos diez centímetros, así que costará años”, augura.
El primer edil asegura que a fecha de hoy desconoce las causas del fuego porque inicialmente se apuntó a un rayo latente, pero ese día no había tormenta, y remarca la importancia de la prevención y de los cortafuegos que permitan frenar un incendio cuando se declara. “Los ayuntamientos tenemos lo que tenemos, la Generalitat ha puesto una partida pero es insuficiente”, ha concluido.
Desde Vall d'Ebo, su alcaldesa, Sara Moll (Compromís), agradece que el invierno ha sido “muy húmedo” y ha permitido recuperar “bastante” la montaña aunque “a su ritmo”. La primera edil admite que ha habido “un bajón” importante de turismo que espera que se recupere. En esta línea, señala a Europa Press que se han tramitado ayudas de la Generalitat y la Diputación de Alicante, algunas de ellas destinadas a mejorar el territorio, evitar la erosión, dotar de mayor seguridad a las zonas cercanas a caminos y también a a fomentar el turismo.
“Se están empezando a ejecutar pero queda mucho por hacer”, apunta y confía en que estas ayudas tengan continuidad a largo plazo porque, insiste, “queda mucho por hacer” y aquellas destinadas a reforestación y mejora del territorio a largo plazo deberán hacerse según el criterio de los profesionales.
Moll explica que el sector primario en la zona está “muy empobrecido” por lo que se muestra partidaria de “trabajar en fomentar la agricultura sostenible y la ganadería” para evitar la deforestación y por apostar por productos de mayor calidad y sostenibles. “Aquí quedó muy poco monte sin afección por el fuego y estamos en proceso de recuperación, pero poco. En agua y fuego, en Vall d'Ebo somos los primeros”, recalca.