Comunidad Valenciana Opinión y blogs

Sobre este blog

Arqueología del franquismo a pleno sol: los alumnos de Arqueoantro exhuman a cinco soldados republicanos en Vistabella

3 de septiembre de 2021 23:15 h

0

Lara, estudiante de enfermería de Santa Maria de Palautordera (Barcelona), comprueba si los capazos de tierra de la fosa del Mas de Collet, en el municipio castellonense de Vistabella del Maestrat, contienen huesos u objetos de los cinco soldados republicanos que permanecían bajo tierra.

A su lado, María, socióloga de 25 años y militante del grupo feminista Arada, detalla los hallazgos de la jornada: una falange, tres costillas, un botón y un diente. Ambas forman parte de la decena de alumnos que han participado este verano en un curso organizado por la asociación Arqueoantro. “No tenía ni idea de que se hacían estos cursos”, confiesa la joven socióloga, quien destaca los “vínculos que se crean entre la gente que trabaja el tema de la memoria”.

El grupo de alumnos, alojados en casas rurales de Vistabella del Maestrat, han aprendido a exhumar una fosa del franquismo paso a paso y bajo un sol de justicia. A primera hora de la mañana, el equipo coge sus bártulos (palas, paletas, un detector de metales, sombreros y mucha crema solar) y se dirige a una zona anexa al Mas de Collet, donde al menos cinco soldados republicanos fueron fusilados y enterrados tras la entrada de las tropas franquistas en la localidad el 3 de junio de 1938.

Bajo la supervisión de varios miembros de Arqueoantro, los alumnos aprenden la paciente tarea de exhumar los cuerpos y se turnan en las diferentes tareas. Por las tardes, reciben clases teóricas de especialistas, tanto historiadores como arqueólogos o antropólogos, que enseñan cómo distinguir si un orificio por disparo en un cráneo es de entrada o de salida o cómo se obtiene el ADN de los restos óseos. El historiador Vicent Gabarda y la antropóloga Andrea Moreno, ponentes de los talleres vespertinos, también trabajan a pie de fosa.

Al curso asisten alumnos con perfiles muy variados, desde historiadoras hasta periodistas como Ainhoa J. Vilató, autora del podcast Esclavas de la memoria, o Elena Tamarit, responsable de la sección Tenim memòria del matinal de À Punt Ràdio. Karen Boigues, de 21 años, cuenta que quería ser egiptóloga pero los “principios republicanos” que aprendió en su casa de Bellreguard la han llevado a interesarse por las fosas del franquismo. Boigues tiene un bisabuelo enterrado en la fosa del cementerio de Gandia y destaca “los enterramientos a conciencia y premeditados” en la posguerra.

Bajo la batuta de los arqueólogos Álex Calpe y Miguel Mezquida, entre otros miembros de la asociación, las jornadas de trabajo de campo dan sus resultados al final de la semana y aparecen los restos de los cinco republicanos enterrados en la fosa. Además de objetos personales como un encendedor que llevaba ocho décadas bajo tierra.

Si bien las exhumaciones de las víctimas del franquismo de la posguerra, especialmente en cementerios, han avanzado estos últimos años gracias a la financiación pública, los soldados republicanos desperdigados por el Frente de Levante han quedado en un segundo plano y la mayoría ni siquiera se sabe dónde se hallan.

Arqueoantro, con la ayuda de especialistas locales, ha localizado hasta 79 fosas de soldados y ha realizado 22 intervenciones arqueológicas en las que la asociación ha localizado una treintena de cuerpos. Lara, la joven estudiante de enfermería, ha acudido al curso intensivo acompañada de sus padres y del perro de la familia. Su bisabuelo, oriundo de la localidad de la comarca del Alcalatén, es uno de los desaparecidos en algún punto desconocido de la zona. Los padres de la joven, mientras echan una mano cargando capazos de tierra, cuentan el trabajo de investigación familiar en archivos públicos y lamentan no haber podido encontrar la localización exacta de su ser querido.

El verano que viene, Arqueoantro tiene previsto repetir el curso intensivo, que sirve para preparar a un pequeño ejército de rescatadores de cuerpos desaparecidos por la brutal represión franquista de posguerra. Será la sexta edición.

Lara, estudiante de enfermería de Santa Maria de Palautordera (Barcelona), comprueba si los capazos de tierra de la fosa del Mas de Collet, en el municipio castellonense de Vistabella del Maestrat, contienen huesos u objetos de los cinco soldados republicanos que permanecían bajo tierra.

A su lado, María, socióloga de 25 años y militante del grupo feminista Arada, detalla los hallazgos de la jornada: una falange, tres costillas, un botón y un diente. Ambas forman parte de la decena de alumnos que han participado este verano en un curso organizado por la asociación Arqueoantro. “No tenía ni idea de que se hacían estos cursos”, confiesa la joven socióloga, quien destaca los “vínculos que se crean entre la gente que trabaja el tema de la memoria”.