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La bomba ultra contra 'Carraixet': retrato de la familia de músicos valencianos que a punto estuvo de volar por los aires en la Transición

30 de noviembre de 2020 00:08 h

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Carmen Roig, la matriarca del grupo musical Carraixet, estaba con su hija pequeña en la furgoneta de la banda aparcada en las Torres de Serranos de València el 9 d'Octubre de 1979 sin saber que debajo del vehículo la ultraderecha había colocado un artefacto explosivo. La bomba no llegó a explotar, no hubo ni siquiera una investigación judicial y la historia quedó como un vago recuerdo familiar.

La directora Helena Sànchez Bel, vecina de la familia, ha recuperado la historia del singular clan musical de Tavernes Blanques, exponentes de la Nova Cançó, en el documental La bomba Carraixet, que se estrena el próximo miércoles en el Teatre Micalet de València. “Me apetecía mucho compartir lo que había conocido de la familia Giner y me resultó muy curioso cómo esa memoria se había diluido y se había convertido en una anécdota sin más”, explica por teléfono a elDiario.es la directora del documental.

La película retrata la historia del grupo, creado por el músico y ebanista Lleonard Giner, y su implicación en el movimiento cultural de la Nova Cançó y en la izquierda valencianista que despertaba tras casi cuatro décadas de dictadura franquista. La tercera generación de Carraixet está formada por los hijos de aquellas crías que se subían al escenario en la convulsa Transición valenciana, todos músicos, y que desconocían los detalles del intento de atentado que sufrieron los Giner hace 41 años.

La historia había quedado enterrada en la memoria familiar y, tras la muerte de Lleonard Giner en 2005, pocos datos tenían sobre el incidente. No sabían ni siquiera la fecha exacta del intento de atentado, por lo que los responsables del documental contaron con la colaboración del periodista Joan Cantarero. A partir de una foto antigua de la furgoneta en la que se apreciaba la matrícula, el periodista tiró del hilo y reconstruyó la jornada en que Carraixet a punto estuvo de volar por los aires.

“Lo único que tenían claro era un coche, una matrícula y una actuación de Carraixet con Lluís el Sifoner. Con la matrícula hice las primera averiguaciones y pudimos determinar que la furgoneta se compró en 1979”, recuerda Cantarero. Ese dato acotó la búsqueda en la hemeroteca. El periodista sospechaba que la bomba fue colocada en alguna actuación de aquel violento año y, efectivamente, así fue.

La jornada del 9 d'Octubre se inició con agresiones impunes y a plena luz del día a las nuevas autoridades municipales de izquierdas, unos ataques por los que no hubo identificados ni mucho menos condenados. Por la tarde, tras una marcha reivindicativa, Carraixet tocaba en un pequeño escenario de la Plaça dels Furs, con las imponentes Torres de Serranos como testigos del final de la jornada.

En plena actuación alguien reparó en que había dos bolsas de deportes que desprendían olor a gasolina bajo la furgoneta de la familia y otra bolsa en un árbol situado a tiro de piedra del escenario. El grupo de desactivación de explosivos de la Policía acudió a evacuar los artefactos caseros para su destrucción y el concierto se tuvo que suspender, aunque la mayoría de los asistentes simplemente se apartó hacia las esquinas de la plaza y se quedó mostrando su apoyo a la banda familiar. “Los juzgados en su día no abrieron ningún tipo de diligencias”, asegura el periodista Joan Cantarero, responsable de investigación del documental.

La obra, subvencionada por el área de memoria histórica de la Diputación de València y con la colaboración de À Punt, analiza mediante entrevistas a protagonistas políticos y culturales de primera línea el contexto de violencia en la Transición valenciana, en el que la derecha recurrió al anticatalanismo para frenar las mayorías electorales de la izquierda en las urnas. “Hay muchísimos atentados que no han sido reivindicados ni investigados, ni siquiera han sido llamadas las víctimas a declarar”, apunta Helena Sànchez Bel. Nadie, ni los autores del documental ni la familia, tiene dudas de que la autoría del intento de atentado fue de la ultraderecha aunque, probablemente, nunca se sabrá a ciencia cierta.

La banda prácticamente desapareció de los escenarios a pesar del sonado éxito que cosechó, pero el clan musical nunca dejó de tocar en reuniones familiares y otros actos. “Cuando los acompañas a cualquier evento siempre acaban tocando y me resulta precioso, acabas de comer y todos los primos se juntan alrededor del piano”, cuenta la directora del documental. Este próximo miércoles, la familia vuelve a los escenarios en el Teatro Micalet con ocasión de la presentación del documental.

La bomba ultra no logró acabar con Carraixet. La familia Giner sigue tocando, bailando y cantando en valenciano le pese a quien le pese.

Carmen Roig, la matriarca del grupo musical Carraixet, estaba con su hija pequeña en la furgoneta de la banda aparcada en las Torres de Serranos de València el 9 d'Octubre de 1979 sin saber que debajo del vehículo la ultraderecha había colocado un artefacto explosivo. La bomba no llegó a explotar, no hubo ni siquiera una investigación judicial y la historia quedó como un vago recuerdo familiar.

La directora Helena Sànchez Bel, vecina de la familia, ha recuperado la historia del singular clan musical de Tavernes Blanques, exponentes de la Nova Cançó, en el documental La bomba Carraixet, que se estrena el próximo miércoles en el Teatre Micalet de València. “Me apetecía mucho compartir lo que había conocido de la familia Giner y me resultó muy curioso cómo esa memoria se había diluido y se había convertido en una anécdota sin más”, explica por teléfono a elDiario.es la directora del documental.