Espai que combina l’actualitat al voltant de les polítiques de les administracions valencianes en matèria de memòria democràtica i exhumació de fosses amb continguts més especialitzats sobre la història de la repressió franquista i els avanços en les investigacions acadèmiques. Reportatges, entrevistes, actualitat, opinions, informació sobre recerques universitàries o publicacions...
Los trabajos en la enorme “fosa de la cultura” de Paterna exhuman a 26 víctimas de la represión franquista en casi dos meses de excavación
La “fosa de la cultura” del cementerio de Paterna (Valencia) es, junto a la fosa 126, una de las más grandes localizadas en el territorio valenciano. En su interior se encuentran los cuerpos de unos 180 fusilados por la represión franquista en la inmediata posguerra. Así, la fosa 114 está conformada por cinco sacas de fusilados entre el 9 de mayo y el 28 de junio de 1940.
La primera saca alberga los restos de 31 personas, incluyendo al editor de la revista La Traca, Vicent Miquel Carceller, así como el dibujante de la revista satírica valenciana Carlos Gómez Carrera, conocido como ‘Bluff’, y dos alcaldes de Godella y uno de Foios.
Entre los represaliados tirados en la fosa también figura Manuel Contreras García, abuelo paterno de Carlos Contreras, secretario de la junta directiva de la Asociación de Familiares de Víctimas de la Fosa 114 de Paterna. Manuel Contreras García fue concejal de Godella, apenas 23 días antes de acabar la Guerra Civil, y afiliado a Izquierda Republicana.
Los trabajos realizados por el equipo especializado Arqueoantro han detectado el mismo patrón que en otras fosas que han exhumado en los últimos años: sacas de fusilados separadas por capas de cal y cuerpos tirados en desorden. Los restos, según explica el arqueólogo por teléfono a elDiario.es, presentan un buen estado de conservación.
“A grandes rasgos en Paterna, excepto algunas fosas muy concretas, suele salir un estado de conservación muy bueno, puede haber problemas de humedad al estar cerca del nivel del mar y por la lluvia, pero no hay corrientes de agua pasando de forma constante como pasa en el cementerio de Castellón”, apostilla Calpe. Los trabajos han localizado “huesos largos bastante compactos”, lo cual “es una buena señal”.
Los trabajos sí que han detectado el “descolgamiento” de algunos cuerpos, un fenómeno que provoca que al descomponerse los restos se queden pegados en las paredes de la fosa. “Son muchos cuerpos juntos y la tendencia es que, cuando se descomponen, se unen desde el centro”, sostiene el arqueólogo. “Había pasado antes pero no tan exageradamente, conforme vayamos abriendo entenderemos mejor la diferencia”, agrega.
En una primera fase, según explica el arqueólogo de Arqueoantro, los responsables de la exhumación quitan toda la tierra de alrededor para localizar exactamente el lugar donde reposan los cuerpos y poder asegurar el agujero. En ese momento es cuando retiran los cuerpos de los enterramientos rutinarios por muertes naturales que no tienen nada que ver con la represión franquista (en la zona oeste de la fosa 114 han localizado cuatro esqueletos).
Una vez apuntalada la fosa para evitar derrumbes y que los especialistas de Arqueoantro puedan trabajar con seguridad, continúa el cribado de la tierra y, a unos dos metros de profundidad, surge la primera capa de cal que sella los cuerpos. Con la cal, los responsables de la represión franquista pretendían acelerar la descomposición de los cuerpos para que disminuyeran su volumen, tal como explica Calpe en un video colgado en YouTube para que los familiares de los represaliados puedan seguir los trabajos telemáticamente.
“En los videos, ahora con una periodicidad mensual, damos unas pinceladas para informar a las familias que están muy atentas al proceso de exhumación”, señala Calpe. Los especialistas de Arqueoantro, un grupo compuesto por arqueólogos y antropólogos, entre otros, prevén localizar hasta cinco capas y excavar hasta unos cinco metros de profundidad en, al menos, los próximos cuatro meses.
La saca del 28 de junio de 1940 incluye, según las investigaciones previas y los trabajos del historiador Vicent Gabarda, a una treintena de represaliados, de los que ya han conseguido exhumar a 26. “Esto es algo que acabaremos de dilucidar en los próximos días porque hay zonas de la fosa en las que se ve tierra donde no salen restos, creemos que estamos cerca del final de la saca”, explica el arqueólogo. “En principio son las cifras que esperamos, no vamos por mal camino”, agrega Calpe.
Finalizada la primera saca, la excavación continúa hasta localizar la segunda capa de cal. Y así hasta las cinco sacas de fusilados que conforman la denominada “fosa de la cultura”, cuya exhumación financia la delegación de Memoria Histórica de la Diputación de Valencia. Los cuerpos repiten el patrón que han observado los especialistas de Arqueoantro en otras exhumaciones: “Están mal posicionados, como suele ser habitual, eso no cambia. Por desgracia, el patrón se sigue repitiendo y es lo que hemos visto ya en una decena de fosas”, apostilla el arqueólogo Álex Calpe.
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