Mónica Oltra ha sido la protagonista del programa Salvados que se emite la noche de cada domingo en La Sexta. La exvicepresidenta del Gobierno valenciano y referente de Compromís ha respondido a las preguntas del periodista y director del programa, Fernando González 'Gonzo', sobre su situación personal y política antes, durante y después del caso de la menor abusada por su exmarido en una residencia tutelada por la conselleria que gestionaba. Un suceso por el que está imputada por presunto encubrimiento, lo que precipitó su dimisión de todos los cargos y el abandono de su escaño como diputada de las Corts Valencianes.
Bajo el título 'Mónica Oltra, fin de un silencio', ha arrancado la conversación empezando por el estado anímico actual de la exvicepresidenta: “Bueno, si tuviera que definirlo en una palabra es serena, pero esa serenidad tiene picos y bajones. Estoy disfrutando de cosas sencillas que antes me perdía, por ejemplo de mi madre. Ella dice que la Comunitat Valenciana ha perdido una gran política, pero que ha recuperado a una hija”.
En el plano personal, ha explicado que actualmente vive “de la prestación por desempleo, son 1.300 euros al mes al tener dos hijos”, y también ha comentado que le gustaría “aprender soldadura”. Sobre su confianza en la justicia, ha afirmado que actualmente tiene “una crisis de fe” y que mucha gente le pregunta si volverá a abrir su despacho de abogada, pero que mientras perdure esa crisis no se lo plantea.
Sobre el caso concreto que le llevó a dimitir ha abundado en los argumentos y explicaciones ofrecidos públicamente hasta ahora: “No éramos pareja, aunque aún vivíamos en el mismo edificio, que está dividido en estancias. Me enteré de la citación judicial de mi exmarido porque me llamó por teléfono el día que llegó a casa la citación y me leyó lo que ponía”. Fue en agosto de 2017, seis meses después de que la menor le acusara.
Tras insistir Gonzo en este aspecto, en esos seis meses de plazo desde que se produce la denuncia de la menor hasta que Oltra se entera de la citación judicial de su exmarido, la exdirigente de Compromís ha comentado que en la Conselleria de Políticas Inclusivas tampoco le informaron del asunto. Según ha explicado, se cambiaron “las instrucciones a raíz de este caso porque entendía que ese tipo de cuestiones tienen que llegar al conocimiento de la dirección general, pero en aquel momento los funcionarios y funcionarias trabajaron con los protocolos que había, que era ninguno”. Según Oltra, “la gente sabía que había habido una investigación por abuso, pero tampoco sabían quién era en relación a mí ni los pormenores que ahora sabemos”.
En relación con la versión contradictoria en la elaboración del informe sobre la denuncia de la menor paralelo a la investigación judicial, cuya orden de elaboración inicialmente se atribuyó, lo que posteriormente negó ante el juez, ha asegurado que ella no encargó “el expediente informativo, fue una decisión que partió de la dirección general, que es el procedimiento normal”. Sobre sus declaraciones atribuyéndoselo, ha explicado que lo hizo “para proteger la integridad de cinco o seis personas más de la conselleria que acababan de ser imputadas porque fue muy injusto, fue una manera de dar apoyo a estas personas”.
Sobre el expediente, Oltra ha recalcado que a día de hoy aún no lo ha leído: “Considero que no debo hacerlo, los técnicos siempre han trabajado con total libertad y es lo que han dicho las 13 personas investigadas de la conselleria, a muchas de las cuales ni conozco y no tienen por qué jugársela. Pero todos han dicho que no hubo ninguna instrucción en ningún sentido de la conselleria. No he hecho nada ni ilícito, ni inmoral, ni ilegal, actué con integridad”.
En cuanto a los momentos previos a su dimisión, cinco días después de confirmarse su imputación, la exvicepresidenta ha señalado sobre el socio de Gobierno mayoritario, con el presidente Ximo Puig a la cabeza: “La presión de asumir el relato falso lo que hizo fue que el PSOE amenazara con sacarme del Gobierno y eso hubiera sido una bomba que hubiera roto el Gobierno de coalición. Creo que el PSOE fantaseaba con una idea de gobernar a solas y como yo ya sé lo que son los gobiernos del PSOE a solas y lo poco que se diferencia muchas veces de aquellos gobiernos que hemos combatido, pues decidí que era más importante salvaguardar un gobierno que correr el riesgo de que el PSOE tuviera la tentación de gobernar en solitario”. Sin embargo, Oltra ha matizado que Ximo Puig nunca le amenazó con echarla, aunque desde Presidencia se filtraban mensajes para presionarla en ese sentido.
Preguntada por las pruebas que tiene de que este caso sea una campaña orquestada por la extrema derecha, ha recordado: “Lo dicen ellos, que el objetivo de esto era sacar a Mónica Oltra de la política, lo han escrito en sus redes sociales”. Y cuestionada sobre si este es un caso de lawfare (guerra sucia en los juzgados), ha sido rotunda: “Sí, de libro, es una guerra sucia en los tribunales de libro que los propios actores reconocen. José Luis Roberto (líder de España 2.000) escribe 'me la voy a follar sin tocarle un pelo' y Cristina Seguí (cofundadora de Vox en València) escribe que 'hemos conseguido el objetivo'”.
Oltra, por último, reconoce que ha echado de menos las llamadas de algunos líderes, aunque sin dar nombres, y afirma que le han escrito tanto Yolanda Díaz como Ada Colau, mientras con Mónica García afirma haber hablado más asiduamente: “Es de esas personas que a pesar de todas sus ocupaciones siempre encuentra un momento para una llamada”.
Sobre sus ambiciones políticas de futuro ha comentado que nunca va a renunciar a ellas y que en cualquier caso contribuirá “desde donde sea a que las políticas de cambio y a favor de la gente corriente sigan en esta tierra y que se refuercen”. Ha matizado que esto lo puede hacer desde muchos ámbitos, “no necesariamente siendo cabeza de lista”.