Mónica Oltra: “Estoy dispuesta a ser Presidenta, pero no es una condición irrenunciable”

EFE

Valènica —

La candidata de Compromís a la Generalitat, Mónica Oltra, ha defendido que la “diversidad política” será positiva en un futuro Consell multipartito porque aporta “inteligencia colectiva” y ha acusado a la derecha de construir la idea de que tripartito es sinónimo de desastre.

En una entrevista concedida a la Agencia Efe, Oltra ha insistido en que “la realidad desmiente esta idea” y ha añadido que “el último Gobierno, el de Alberto Fabra, probablemente fuese el más inestable e ineficaz de toda la democracia, con consellers que no se hablaban unos con otros”.

“La diversidad es positiva porque hay más inteligencia colectiva dispuesta a contribuir a las nuevas políticas, siempre ven más cuatro ojos que dos, siempre habrá alguien que pueda mejorar las propuestas, pero debemos partir de una base de humildad”, ha añadido

La candidata de Compromís, una de las formaciones que más ha crecido en la Comunitat Valenciana, con 19 diputados autonómicos (de 99) y 9 concejales en Valencia (de 33), esperaba “mejores resultados de los que auguraba el CIS”, aunque reconoce “que fueran tan buenos nos sorprendió”.

A su juicio, Compromís ha jugado un papel similar al de Podemos en el resto del territorio nacional. “Hemos representado la fuerza emancipadora de la nueva política, los ciudadanos han identificado a Compromís con la nueva forma de entender la política, la que pone a las personas en el centro y pretende recuperar unos servicios públicos dignos”.

A su juicio, la corrupción ha sido decisiva en el resultado electoral no por su peso cuantitativo, sino porque los valencianos “han superado el shock y se han animado a cambiar el voto”.

“Se han dado cuenta de que a quienes habían votado hasta ahora eran un atajo de indecentes que se han dedicado a saquear y a robar. En campaña ya dije que nadie tiene la culpa de un Gobierno que nos ha saqueado, porque nadie les votó para que saquearan, y lo dije para liberar a las personas de la losa que suponen las actitudes poco éticas de quienes han estado en el Gobierno”, ha afirmado.

“Una vez superado al abatimiento por los casos de corrupción, la gente se ha puesto de pie y ha contribuido al cambio, se ha perdido el miedo a votar opciones diferentes, no va a pasar nada malo, vamos a tener parlamentos multicolores, donde la opinión cuente y existan políticas que den visibilidad a las diferentes maneras de pensar”, ha añadido.

Cuando se le pregunta por las posibles combinaciones o el equilibrio de poder necesario en el nuevo Gobierno valenciano, Oltra siempre responde que “primero el qué y después el quién”.

“No podemos empezar la casa por el tejado, primero hemos de saber qué políticas queremos hacer y de eso saldrá cuántos miembros ha de tener el Gobierno, quiénes y la presidencia, que debería ser lo último”, ha afirmado.

“Lo importante -insiste- es saber qué queremos hacer con la educación y la sanidad, qué vamos a hacer con las concesiones privatizadoras que, a nuestro juicio, precisan una transición hacia la gestión pública. Después veremos quién ha de estar al frente de cada Conselleria y de qué partido es, con serenidad y calma, porque ahora hay mucho ruido”.

“Yo dije que me presentaba para ser presidenta porque los ciudadanos merecían que alguien se lo dijera, porque había que tener valentía: pero también dije que si tenía que barrer el Palau de la Generalitat lo barrería. Yo estoy dispuesta a estar al frente, pero no es una condición irrenunciable”, ha agregado Oltra.

Reconoce abiertamente que tiene buena relación personal con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y que el programa de Compromís es “muy parecido” al de esta formación: “Nos sentimos muy cercanos tanto en las propuestas como en lo que representamos políticamente”, ha explicado.

En referencia a la futura acción de Gobierno, la candidata de Compromís considera que “hay muchas heridas que cerrar”, en alusión a asuntos como el copago de los dependientes, el accidente de metro de 2006 que costó la vida a 43 persona en Valencia o la paralización del barrio del Cabanyal.