La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, habló de “montar el pollo” por la marginación a la que el Estado somete a la Comunidad Valenciana en temas como la financiación, el corredor mediterráneo o las inversiones. Lo hizo antes de que se conocieran los presupuestos del gobierno para 2017.
El proyecto -que ahora se debe debatir y aprobar en el parlamento- deja a la cola en inversión per cápita a la Comunidad Valenciana. Ha sido criticado con dureza por empresarios, sindicatos y todas las fuerzas políticas. Hasta el PP, con enfado indisimulado del partido en Madrid, ha suscrito una declaración en la que las Corts Valencianes muestran su “rechazo absoluto” a los presupuestos.
El presidente de la Generalitat no descarta “ninguna acción democrática de protesta”. La clave ahora es cómo “montar el pollo”. Hasta el momento, las declaraciones institucionales o los actos solemnes no han servido ni para resolver el problema valenciano -infrafinanciación, infrainversión, deuda histórica- ni para ponerlo en la agenda estatal. La posibilidad de enmendar el presupuesto en el trámite parlamentario parece muy limitada, dadas las alianzas tejidas por el PP para aprobarlo.
Estas son algunas ideas -aún embrionarias- que circulan entre el establishment valenciano para hacer escuchar las quejas valencianas en Madrid.
Una manifestación masiva en la Comunidad Valenciana. Manolo Mata, portavoz del PSPV-PSOE, ya ha amagado con ella. “Aquí hubo una gran manifestación en 1977 que nos llevó a un Estatuto de Autonomía contundente. A lo mejor el Gobierno valenciano y las fuerzas políticas, sindicales y económicas queremos demostrar en la calle qué está pasando” .
Fran Ferri, síndic de Compromís, no es tan específico, pero quiere, de nuevo, “montar el pollo”. Pueden ser manifestaciones, concentraciones u otro de tipo de demostraciones de fuerza que, eso sí, deben tener continuidad y transcender el ámbito de la política. “Debe implicar toda la sociedad civil: sindicatos, sector empresarial, gente de a pie”.
Un gran acto de reivindicación en Madrid. El síndic de Podem, Antonio Montiel, aún con prudencia, apuesta por esa línea. “A los valencianos nos sobran las razones, pero hace falta un golpe de mano, decisión política, para visualizar el problema valenciano en Madrid”. “Un acto cerca de la sede del gobierno con miles de personas, no solo los señores con traje y corbata que protagonizan estas historias, podría ser útil”.
Un frente valenciano con los diputados nacionales y senadores de todos los partidos. Todos ellos han sido convocados en las Corts Valencianes el 25 d'Abril, día que conmemora la derrota en la batalla d'Almansa. La iniciativa impulsada por el presidente del parlamento autonómico, Enric Morera, no parece tener mucho recorrido. El PP valenciano ya ha dejado claro que no romperá la disciplina de voto de su partido. Parece improbable que Ciudadanos, partido que también apoya los presupuestos, actúe de manera diferente.
Acto solemne contra la infrainversión. No se descarta, aunque finalmente -en algunos partidos hay dudas sobre su viabilidad- se convoquen manifestaciones o actos de protesta contra los presupuestos. Iniciativas similares por la aceleración de las obras del corredor mediterráneo o una financiación justa han tenido un efecto limitado.
Suelta de pollos en el centro de Madrid. Esta es una broma por la expresión “montar el pollo” y el protagonismo de Federico Félix -miembro del lobby empresarial AVE y presidente histórico de la patronal avícola- en las reivindicaciones valencianas. Más allá del cachondeo, expresa una preocupación del Consell: como visualizar el problema valenciano, una tarea de gran complejidad. Por ejemplo: las quejas sobre los presupuestos han sido duras en todas las comunidades autónomas excepto Canarias.
“Sea lo que sea, pero habrá que hacer algo con notoriedad”, dicen desde el Consell. “Es díficil movilizar a la gente por temas como los del presupuesto”, advierten desde algún grupo parlamentario. Aún no se sabe “como montar el pollo”, pero parece que la traslación del problema valenciano a Madrid deberá salir de la moqueta para pisar la calle.