Yo creía que Darío Fo era inmortal. ¿Acaso no es inmortal el diablo? El juglar de la comedia del arte que sonriente exhibía una desbordante capacidad creativa, una aguda inteligencia, gran conocimiento y un sentido finísimo de la ironía nos deja hoy sin sus palabras, sus gestos, su espíritu libre. Eran armas letales, como un bisturí disector que mostraba en público las trampas vergonzantes de los tramposos. Dotado de un extraordinario espíritu creativo, Darío Fo dominaba los recursos y la estética del bufón en la commedia dell'arte, y los aplicaba a mofarse del poder y de los poderosos. Era, según él, el único modo de salvar la dignidad humana. Porque el poderoso busca seducir, despertar admiración, ser imitado, arrastrar a la manada dócil. Al poderoso nada le resulta más insoportable y humillante que ver desmontadas sus imposturas, sus coartadas y complicidades, verse apeado de la gloria para convertirse en un ser ignorante y ridículo.
La comedia bufa, el Mistero Buffo alcanzó en nuestro tiempo con Darío Fo altas cotas de arte y subversión. Fo se mofaba de todos los impostores, de esos famosos banales, ignorantes y manipuladores, adorados por las masas en escenarios y pantallas. La sátira inteligente es un dardo implacable contra todas las formas de poder, porque el poderoso no soporta que el humor le desnude, ni siquiera el político, el financiero o el profesional admirado en una sociedad no haya límites a la libertad de expresión. Someterse a la crítica del otro, asimilar la mofa, es catártico, quizá porque la risa libera del miedo. Vencer el miedo es desarmar a los poderosos. Y Darío Fo era el gran maestro de esgrima en el uso de la risa y la ironía contra el miedo.
Al igual que el psicoanalista Eric Fromm argumentaba el antagonismo entre tener y ser, Darío Fo contraponía poder y dignidad humana. Era un implacable y listísimo bufón libertario. Sus herramientas eran la creatividad, el conocimiento y la ironía, - un trío al alcance de muy pocos privilegiados- que requiere coraje e inteligencia cuando se utiliza como estilete liberador. Un bisturí mortal para policías corruptos, machos dominadores, papas y políticos corruptos. La dignidad humana como antítesis de todas las formas de dominación. La compasión como virtud, y el comunismo solidario como atributo profundo de la condición humana.
Inevitable el llanto por la muerte accidental del más inteligente poeta libertario. Cuando muere alguien que creías inmortal, alguien que con su vida y su trabajo ha contribuido a dignificar la condición humana, el dolor y la tristeza resultan insoportables.