“Nadie puede imaginar que un niño se lleve sus juguetes al colegio por temor a que, al regresar, hayan derribado su casa”

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Valencia —

La vicepresidenta valenciana y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, ha visitado este miércoles un campamento palestino cercano a la localidad de Jericó donde el pasado mes de abril varias familias tuvieron que marcharse tras la demolición de sus viviendas. Tras el relato de lo sucedido, Oltra ha declarado que “nadie puede imaginarse que un niño se lleve sus juguetes al colegio todos los días por temor a que, al regresar, hayan derribado su casa”.

Oltra se ha expresado de esta manera durante su recorrido, este miércoles, por la zona de Jericó, en Palestina, donde ha visitado también un poblado beduino para conocer su situación y los proyectos de cooperación que allí se desarrollan, así como a un grupo de mujeres que participan en el programa 'cash for work' para su empoderamiento y desarrollo laboral y vital, además de comprobar 'in situ' los efectos de la situación en que se encuentra el pueblo palestino.

A mitad de camino entre Jerusalén y Jericó, por un carretera que se hunde 200 metros por debajo del nivel del mar, se desvía un camino que conduce a un poblado con hogares construidos por varias familias, dos de los cuales han sido demolidos y otros dos, sin terminar, ya cuentan con avisos para que las abandonen.

Esta situación, según ha relatado la vicepresidenta, tras varios días de visita, contacto y encuentros en Cisjordania, se reproduce en otros puntos de este territorio. En este caso, dos familias palestinas que suman diez hijos e hijas de entre tres y dieciséis años se despertaron el pasado 4 de abril a las siete de la mañana advertidos por la presencia de fuerzas de seguridad y la orden de desalojo por el inminente derribo de las casas “sin apenas tiempo para poder recoger las pertenencias”, ha explicado Oltra tras al relato que le han trasladado en el propio lugar donde sucedió.

Se trata de una experiencia que se repite a lo largo de este territorio. Por ello, parte de la labor de cooperación en estos casos se centra en atender en primer lugar el impacto emocional que supone perder un hogar y el desplazamiento que conlleva. Además, según le han trasladado en la exposición de la situación, es la propia familia la que debe hacerse cargo del coste que supone el despliegue policial por tierra y por aire para llevar a cabo la acción de desalojo.

Según datos facilitados por UNRWA, el año pasado se produjeron cerca de 1.600 desplazamientos, la cifra más alta desde 2009. “Nadie puede imaginar que un niño se lleve sus juguetes al colegio por temor a regresar y que hayan derribado su casa”, ha señalado Oltra ante la frecuencia con que se da esta situación en el territorio habitado por la población palestina en Cisjordania y los testimonios aportados durante la visita.

Comunidad Beduina y campamento de Aqbat Jabr

Por otro lado, la delegación valenciana ha visitado la comunidad Beduina Abu Nuwar, que, tras su desplazamiento del desierto del Neguev, se ha instalado de manera transitoria en un poblado formado por estructuras de madera, metal y tela, sin acceso a obras de urbanización para electricidad, alcantarillado o agua potable, todo lo contrario que sucede en los asentamientos de ocupación que le rodean. En esta zona, la vicepresidenta ha podido conocer parte de los proyectos que UNRWA lleva a cabo de atención a mujeres y niños “que solo piden una vida digna”, ha afirmado.

La siguiente experiencia ha tenido lugar en el campamento de Aqbat Jabr, establecido en 1948 y que cuenta con una población de alrededor de 8.000 personas. Allí se lleva a cabo, entre otros proyectos, una programa de 'cash for work' con mujeres de la localidad de Jericó. Gracias a esta intervención se ha reconstruido un pequeño puente a las afueras en beneficio de la seguridad de la comunidad palestina, ya que el anterior estaba semiderruido.

“Este tipo de proyectos de actuación con la comunidad local empodera a las mujeres ante la sociedad y les otorga cierta independencia económica y vital”, ha indicado Oltra, que ha explicado que se les ofrece un trabajo remunerado en función de su cualificación en un contexto donde el desempleo femenino alcanza el 80 por ciento. Y, además, con la riqueza que se crea se permite la reparación de infraestructuras fundamentales como un pequeño puente que salva un barranco que atraviesa esta zona.

Un millón de euros

En esta línea, la vicepresidenta y consellera ha destacado que la Generalitat Valenciana ha destinado este ejercicio cerca de un millón de euros para proyectos de cooperación en Cisjordania en actuaciones como las relatadas para la atención a mujeres, niños y niñas y en el área de salud mental, con el objetivo de paliar las consecuencias traumáticas de los desplazamientos forzosos, así como en el desarrollo de proyectos agrícolas.

Oltra ha indicado que la nueva política de cooperación del 'Consell del Botànic' se enmarca en las “cinco P: paz, prosperidad, personas, planeta y partnership (alianzas). Con este objetivo, la Generalitat destina a lo largo de este año un total de un millón de euros apoyar proyectos que se están desarrollando en Cisjordania.

El final de la agenda prevista para este día ha incluido la recepción del director de operaciones de UNRWA en Cisjordania, Scott Anderson, quien accedió al cargo en mayo de 2016. Ambos han compartido las “dificultades” de la situación en Gaza y Cisjordania del pueblo palestino y han coincidido en la importancia de la “implicación de la comunidad internacional”.