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La nueva vida de Ricardo Costa: de “la fiesta en el PP no se acaba nunca” a delatar a Francisco Camps en 'Gürtel'

Lucas Marco

24 de junio de 2023 22:29 h

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Ricardo Costa Climent (Castelló, 1972) ha pasado un largo periplo acuciado por el 'caso Gürtel'. El exsecretario general del PP valenciano ha madurado vitalmente desde que aseguró que en la formación conservadora “la fiesta no se acaba nunca”, tal como afirmó para resistir las presiones para que dimitiera en 2009 en una sonada rueda de prensa, a delatar esta semana a Francisco Camps en el juicio de la pieza separada 5 del 'caso Gürtel' en la Audiencia Nacional (AN).

El testigo, hermano de Juan Costa, exministro del Gobierno de José María Aznar, implicó al expresidente de la Generalitat Valenciana como el responsable de la contratación de la trama 'Gürtel' en la administración autonómica y en los actos del partido. También detalló las dos vías de financiación del PP valenciano: aportaciones en B de empresarios y adjudicaciones públicas a Orange Market. “Es obvio que en Valencia [la empresa Orange Market] hacía todos los actos del PP porque lo decidía el presidente”, declaró Costa.

El exdirigente popular, condenado en la pieza del 'caso Gürtel' relativa a la financiación ilegal del PP, pidió “perdón” y reiteró su arrepentimiento. De hecho, fue su testimonio el que permitió reabrir la causa por los contratos menores de la trama en la que el principal acusado es Francisco Camps.

Costa también repasó su amistad con el delegado de la trama en Valencia, Álvaro Pérez 'El Bigotes' y aludió a encuentros que presenció de éste último con Francisco Camps en el Palau de la Generalitat. El Bigotes, afirmó Ricardo Costa, “trabajaba con el partido y hacía determinados actos con la administración pública”. “No me parecía extraño”, apostilló. 

El expolítico popular consuma así su arrepentimiento apuntalando de paso la acusación de la Fiscalía Anticorrupción contra Camps, para quien solicita una pena de dos años y medio de prisión, además de una década de inhabilitación, por los presuntos delitos de prevaricación y fraude a la Administración. 

Diputado autonómico desde 1995 hasta 2015, Costa fue absuelto junto con Camps por un jurado popular en el 'juicio de los trajes' del 'caso Gürtel'. Sin embargo, fue condenado a cuatro años de prisión en la pieza del 'caso Gürtel' sobre la financiación ilegal del PP, en la que implicó al expresidente Francisco Camps. El expolítico del PP incluso llegó a contar con protección como testigo tras haber recibido amenazas a raíz de su confesión.

Este martes, durante su declaración como testigo en la AN, Costa aseguró que “hace tiempo” que no mantiene ninguna amistad con los acusados, entre ellos Camps y El Bigotes. Su confesión la hizo, según declaró a preguntas de la fiscal anticorrupción, tras una “reflexión familiar” sobre su futuro y sin recibir presión alguna. Casado con Laura Chorro, 'bellea del foc' de Alicante en 2005 y exalto cargo del Gobierno autonómico del PP, Ricardo Costa se ha refugiado profesionalmente en el despacho de abogados Lex Cam, en el que ejerce como letrado experto en fiscalidad y derecho mercantil.

El exdirigente popular mantiene una participación en la empresa del 45%, según las últimas cuentas anuales publicadas ante el Registro Mercantil. Uno de los socios en el despacho es el exportavoz popular en el Ayuntamiento de Godella José María Musoles.

En el juicio, Costa aseguró que El Bigotes “tenía acceso a muchas personas en la administración, a varios vicepresidentes consecutivos, aparte del propio Camps y de algún otro conseller”. “Había acceso directo, con teléfonos personales”, apostilló.

El testimonio del ex secretario general del PP valenciano es una de las municiones con las que cuenta Anticorrupción para apuntalar la acusación contra Camps, además de las declaraciones del resto de arrepentidos de la trama.

Costa detalló uno de los momentos clave del 'caso Gürtel', inmortalizado con los pinchazos telefónicos de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional. El 6 de febrero del 2009, con el registro de la sede de Orange Market, se inició lentamente el final de la carrera política de Ricardo Costa y de Francisco Camps. Aquel día, Álvaro Pérez llamó a su amigo, entonces secretario general del PP valenciano, sollozando. Le pidió que tranquilizara “al jefe” respecto a la financiación del partido. La fiscal le preguntó a Costa quién era “el jefe” y el testigo contestó sin dudarlo: “El señor Camps”. La misma respuesta que dio Álvaro Pérez durante su declaración en el juicio.