La jueza encargada de investigar el accidente de metro de Valencia sigue empecinada en defender su tesis sobre el accidente –el exceso de velocidad, en principio atribuible al maquinista- y continúa negando la ampliación de la investigación que solicitan las partes.
En este caso, Nieves Molina se opone a las diligencias propuestas por la Fiscalía, que quiere averiguar si un defectuoso acoplamiento entre vagones –la primera unidad volcó, a diferencia de la segunda- pudo haber provocado o tenido influencia en el accidente.
La juez cree que ese punto ya ha sido aclarado, mientras que la Fiscalía cree que el segundo vagón pudo ir más rápido que el primero debido a un “defectuoso acoplamiento de las dos unidades”, por lo que pide un nuevo peritaje de la segunda unidad.
Esta teoría implicaría que no sólo el conductor del convoy fue el responsable del mayor siniestro de la historia del metro en España. La petición de responsabilidades políticas y, eventualmente, penales, quedaría abierta.
Molina, sin embargo, opina que las nuevas pesquisas solicitadas son innecesarias. Cree constatado “que el tren siniestrado va aumentando de velocidad desde que salió de la plaza de España hasta que el maquinista acciona el freno cuando prácticamente ya se encuentra en la curva”, punto en el que se produjo el siniestro que provocó, en julio de 2006, 43 muertos y 47 heridos. Además, la magistrada recuerda que si el perito judicial no inspeccionó el segundo vagón fue porque no lo consideró necesario.
Guerra entre la juez y las acusaciones
La juez recuerda de nuevo que se debe “evitar la incorporación de toda aquella documentación que resulta irrelevante” para la investigación. Es decir, hace una nueva crítica a la Fiscalía, con la que cruza reproches constantemente en una relación tensa, incluso hostil.
Molina, que sólo reabrió el caso por orden de un tribunal superior, también mantiene un agrio enfrentamiento con la acusación popular, representada por la asociación de víctimas del accidente, Avm3j. Su presidenta, Beatriz Garrote, no oculta su decepción con la magistrada. Resulta “frustrante ver la energía que emplea la instructora en criminalizar a las partes personadas en la causa, incluso al Ministerio Fiscal”, dijo el sábado.