La primera cabeza que Carlos Mazón ha hecho rodar ha tenido mínimas responsabilidades en la gestión de la catástrofe de la DANA, pero lo poco que hizo, lo hizo de las aquellas maneras. Nuria Montes, la consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, la que pasaba por ser uno de los fichajes estrella del PP para el nuevo Consell, ha sido una incorporación que llegó directamente del lobby del sector turístico, donde el PP pone gran peso de la economía valenciana. Montes se va por la puerta de atrás, en un momento en el que las inversiones en el territorio valenciano han tenido que cambiar su rumbo.
Montes, madrileña de 55 años, pero con gran parte de su carrera profesional desarrollada en Alicante, fue durante cerca de 30 años secretaria general de la patronal hotelera Hosbec -patronal con sede en Benidorm-, también ha ocupado cargos en la CEOE y en la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV). Durante los últimos cuatro años de esta etapa coincidió con Mazón como presidente de la Diputación de Alicante, y al dar este el paso al Palau de la Generalitat, Montes fue fichada para dirigir la conselleria del gran motor económico valenciano. La apuesta demostró que Mazón se lo jugaba todo al turismo.
El papel de Nuria Montes en la crisis de la DANA ha sido limitado. Como presidenta del consejo de administración de Fira València debía gestionar el pabellón 8, destinado a ser la morgue donde llegaban los cuerpos de las víctimas y, después de ser identificados, entregarlos a las funerarias. Pero su gesto se torció a la hora de explicar a los familiares cómo se gestionaban los cuerpos de sus seres queridos, y lo demostró con unas desafortunadas palabras: “Aquí no se van a entregar cuerpos a familias, no se va a permitir el acceso de familiares a la zona donde tenemos custodiados a todos los fallecidos, así que tienen que esperar de forma obligatoria la llamada del juzgado y la entrega de la documentación pertinente. Las familias en el mejor lugar donde pueden esperar las noticias de sus familiares es en sus domicilios”.
Esta falta de empatía con unas familias que pedían conocer donde estaba su ser querido, y cuando todavía estaban contándose las víctimas que aumentaban en número día a día, provocó que tuviera que dar un paso atrás y pedir perdón. Esto lo realizó a través de un vídeo, con un entorno y unos gestos más cuidados, en el Centro de Emergencias, y vestida con una sudadera también del mismo servicio. “Lamento que mis palabras hayan estado faltas de empatía, de esa sensibilidad que todos buscamos en estos duros momentos”, manifestaba Montes.
Pero otro de los capítulos que ha acabado de rematar la imagen de Nuria Montes ha sido al rescatarse un vídeo del pasado mes de marzo, cuando en una jornada empresarial frivolizaba sobre el cambio climático, mientrtas el debate que en estos momentos hay sobre la mesa es el de luchar contra este desafío que provoca desastres meteorológicos como la DANA del 29 de octubre.
Las palabras de Nuria Montes mostraban su visión economicista de la realidad del cambio climático, una visión también supeditada a la siempre presente explotación turística: “Si algo bueno trae el cambio climático es precisamente la extensión de la temporada turística”.
Carlos Mazón suelta lastre con Nuria Montes, una consellera que no ha aportado empatía cuando era eso casi lo único que se le pedía ante un desastre de las dimensiones vividas, y dado que el turismo no va a ser la solución necesaria para reconstruir el territorio destruido, porque hay vida más allá de este sector económico.