Desde que 2007 leí No pienses en un elefante, de George Lakoff, me he encontrado pocos libros que haya pensado: «Caramba, esta persona sí que sabe cómo enfocar la política de una forma innovadora y efectiva»
El libro que acabo de leer, El arte de ganar, es uno de ellos. Trata sobre las estrategias políticas en su complejidad. Y dedica una parte muy importante al tema que indica su subtítulo: Cómo usar el ataque en las campañas electorales exitosas.
Sus autores, Jaime Durán Barba y Santiago Nieto, son unos de los mejores consultores políticos de América Latina. Han asesorado presidentes de gobierno, a alcaldes de grandes ciudades, a candidatos de partidos diversos.
En la primera parte del libro se dedica a describir las formas tradicionales de hacer política en el siglo XX, concretamente en el aspecto electoral. Y la contrapone a las nuevas maneras del inicio del siglo XXI, donde se enfocan en cómo funciona la comunicación, los afectos, el miedo, la esperanza, como funciona la imagen del/a candidato/a, y un largo etcétera de asuntos.
La segunda parte del libro describe cuando utilizar el ataque, cuando no, como llevarlo a la práctica, por qué sí o no, a quién sí o a quién no, etc.
Los autores emplean la metodología de estudio de casos. Llevan más de treinta años que trabajan en la consultoría política, describiendo muchos casos de América Latina.
Repasa una serie de mitos de la comunicación política estériles o directamente perniciosos. Por ejemplo, aquello de que siempre «La mejor defensa es un buen ataque.», «Si te atacan tienes que atacar.» o «Si estás en la oposición, siempre tienes que atacar». En mi experiencia trabajando en el País Valenciano he podido ver esas tendencias improductivas o perjudiciales en ciertos partidos y colectivos de izquierdas y progresistas. Incluso me he enterado de regidores que estando en el gobierno, ¡¡¡sin darse cuenta, hacían oposición hacia el mismo gobierno!!!
También me he encontrado clientes que tienen un problema con su colectivo, ya que este piensa que estando en la oposición tiene que atacar continuamente al gobierno ¡Sin ninguna reflexión previa! Y que ser propositivo, no toca. ¡De ninguna forma!
Tal como explican los autores, resulta sorprendente que sus asesorados, que suelen ser altos cargos, haya gente que ataca por sistema, sin saber si es adecuado a las circunstancias del momento.
Los autores plantean el tema del ataque, desde un punto de vista estratégico: ¿A quién atacar? ¿Por qué? ¿Con qué objetivos? ¿Para quitarle votantes a otro partido? ¿Para desgastar emocionalmente a un adversario? En caso de que sea oportuno atacar, ¿Cuándo atacar? ¿Cómo atacar? ¿Qué objetivos electorales se pretenden?
Leyendo este libro te puedes sorprender que altos cargos de países, se dejan llevar por sus emociones, en lugar de tener una mente fría para reflexionar las situaciones y preguntarse qué, cómo y por qué actuar. Uno puede suponer que esto de dejarse llevar por los impulsos solo le pasa a concejales de pueblo.
Desarrollar un equilibrio emocional proporciona la base para tener la mente fría y saber plantearse objetivos. Ahora bien, poca gente es capaz de desarrollar esta actitud de ecuanimidad consigo mismo y sus circunstancias. Por eso la ayuda de un profesional es muy útil para crear un talante de mesura y dominio de sí mismo.
En el libro hay una frase con un tono mordaz para entender que hay que pensar la política desde otro punto de vista, ya que el actual no es útil: «Los humanos somos simios con pretensiones cartesianas.» dirigida a aquellos que todavía creen que los electores y los políticos son racionales. En el texto hay muchos ejemplos de cómo enfocar la comunicación emocional, los cálculos electorales, etc. que a menudo no se tienen en cuenta.
Leyendo reflexionaba sobre los partidos que dicen que quieren transformar la sociedad. Ahora bien, si uno no controla estos aspectos de incremento sostenido de los votantes para construir una base social de hegemonía cultural ¿Cómo quieren cambiar el sistema?
Cómo decía al principio, uno de los mejores libros de estrategia política que he leído. Totalmente recomendable para aprender a hacer política electoral desde un punto de vista más fructífero.