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CV Opinión cintillo

Construir país defendiendo la democracia, construir país defendiendo los derechos

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Hace poco más de un año, desde la Generalitat Valenciana se conmemoraba el 40 aniversario del Estatut d’Autonomia bajo el lema “40 anys fent País”. Dicho lema levantó las iras de la derecha extrema y la extrema derecha del País Valencià.

Algunos sectores de la izquierda tampoco se sentían interpelados porque consideraban que el gobierno valenciano durante demasiadas décadas tampoco es que hubiera hecho País. Más bien caja es lo que había hecho el PP, tal y como les espetamos en una comparecencia en les Corts Valencianes.

Pero el lema “40 anys fent País”, no se refería exclusivamente a la acción de gobierno, sino a la acción del pueblo valenciano, que a lo largo de los años se ha movilizado y ha empujado “per fer País”, con toda la amplitud que conlleva para nosotros la expresión: poner en valor nuestra lengua, nuestra cultura, nuestra riqueza, nuestro territorio, pero también procurando una sanidad pública, una educación de calidad, el desarrollo de derechos…

El Govern del Botànic avanzó en esa línea, aunque también es cierto que no tanto como nos hubiera gustado, y hay quien considera que esta es una de las causas del retroceso político que supuso la victoria de la coalición reaccionaria PP y Vox. Evidentemente, no existe una causa única. Las razones quizás deberíamos analizarlas desde la perspectiva de la crisis estructural del estado social y como esta afecta seriamente a las distintas democracias de cada país.

Veinte años seguidos estuvo el PP en el Consell y solamente el desborde en su corrupción, más allá de lo que su electorado podía aguantar, provocó su salida: su mala gestión no le pasaba factura. Tras dos legislaturas vuelven a gobernar de la mano de Vox destruyendo rápidamente todo lo que nos costó construir. “Desfer País” y “Fer Caixa” siempre han estado en su hoja de ruta.

Pero nuestro optimismo, imprescindible en nuestra tarea de transformar la sociedad, nos hace pensar que la derecha no es tan hegemónica como parece. Desde luego, no es como la de Galicia, donde el PP ha gobernado 42 años (solo una legislatura y parte de otra no gobernó). De hecho, ya hace seis meses que deberíamos estar trabajando para que esto dure cuatro años. Corresponde estar a la altura de las circunstancias y ser conscientes de lo que realmente importa.

Los problemas que está experimentando la clase trabajadora valenciana, como resultado de la agenda conservadora y reaccionaria a nivel del País Valencià y como resultado de las políticas impulsadas en muchas ciudades y municipios, se está agravando ante el debilitamiento de las instituciones como espacios de garantía para los derechos de la ciudadanía y de la propia democracia, la negación del cambio climático, reducción de trámites para la construcción de grandes proyectos, la reducción de impuestos a los ricos…. Los escenarios de emergencia a los que nos enfrentamos, a nivel climático, en forma de retrocesos democráticos y de precariedad laboral, se suman a un conjunto de declaraciones y decisiones negacionistas que van más allá de la retórica, y que afectan a las condiciones materiales de la ciudadanía y que, incluso, ponen en riesgo la seguridad y las propias vidas de aquellas personas que, como las mujeres, el colectivo LGTBIQ+ o las personas migrantes, sufren violencia de odio.

Frente a este escenario, y como de forma recurrente ha sucedido a lo largo de la historia de los derechos y de las democracias, la sociedad organizada es el mejor dique de contención frente a las regresiones calculadas y planificadas. Los movimientos sociales, las asociaciones de vecinos y las organizaciones políticas, con un pie en la calle y otra en las instituciones, como es el caso que representa Esquerra Unida del País Valencià, son la principal garantía y salvaguarda de los logros alcanzados durante los últimos años, y en los que la aportación de EUPV ha sido determinante.

Las organizaciones políticas, estructuradas y consolidadas, canalizan de abajo hacia arriba, de forma democrática y participativa, las demandas genuinas de una ciudadanía que reclama una agenda en defensa de lo cercano. Esta forma de construir democracia es, además, una tarea pendiente en el contexto político español de las últimas décadas. En este sentido, la presencia de EUPV a lo largo de todo el País Valencià, sirve de ejemplo para entender la vertebración territorial sobre la que debe basarse una democracia de calidad. Porque sin una perspectiva comarcal, por ejemplo, la sanidad y la educación cuentan con mayores probabilidades de ser desmantelada en favor de aquellos que, desde el centralismo y sin presentarse a las elecciones, pretenden doblegar la voluntad de las instituciones que son depositarias de la soberanía popular, queriendo hacer valer su peso minoritario, sobre la inmensa mayoría.

La conformación de espacios unitarios, basados en el diálogo y el respeto entre las fuerzas políticas que están llamadas a vertebrar la democracia real en el País Valencià, son la única vía posible para construir el país defendiendo los derechos. La experiencia cotidiana de la ciudadanía valenciana, a partir de unos servicios públicos de calidad, son la principal fuente de identidad sobre la que seguir edificando la democracia. Por eso, la defensa de los derechos sociales es la clave para la (re)construcción de un País Valencià verdaderamente democrático.

En este proyecto estructural, que reclama y que depende, a su vez, de una reconstrucción de la izquierda valenciana que logre el vuelco en el próximo ciclo electoral, la voz de EUPV, como fuerza vertebrada es esencial, como lo ha sido en el pasado a nivel autonómico y como lo está siendo, en estos momentos, con nuestra presencia como EUPV en el Congreso de los Diputados a través de nuestro representante. La mirada de toda la izquierda valenciana hacia el horizonte 2027 pasa, por tanto, necesariamente, por el trabajo con las formaciones políticas que existen en la política valenciana y con quien compartimos un programa de mínimos que habrá que trabajar desde las militancias y las asambleas.

*Rosa Pérez Garijo, coordinadora general de EUPV y Nahuel González López, diputado de EUPV en el Congreso de los Diputados en el grupo parlamentario Sumar

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