La bailarina Christine Cloux se desnuda delante del auditorio del Carme Teatre. Crea y recrea en cada movimiento figuras que buscan los límites del cuerpo tras cuatro décadas de disciplina y exploración en el arte de la danza. Lentos movimientos que reconstruyen con dolor lo aprendido, lo almacenado en la memoria, siempre enlazando transiciones entre la creación y la destrucción, movimientos que oscilan desde la materialidad del cuerpo a la belleza más espiritual.
Quizá desea Christine desafiar la representación estereotipada de la arquitectura más dogmática de la danza y los límites que impone el paso del tiempo a los bailarines. 'Corps seul' no es solo cuerpo, sino movimiento, expresión, poesía épica y sentimental, que trasciende la edad y sus limitaciones corporales. Cloux no aspira a lograr ideales estéticos para exhibirlos ante la mirada del público. Saca de dentro las huellas de los años, la memoria de movimientos, historias de danza. Creado desde el dolor que entraña llevar músculos y articulaciones hasta el límite de las formas que la habitan, 'Corps seul' -cuerpo atrapado, cuerpo rodeado, cuerpo agredido por el tiempo y el ruido- es un poema universal, arte visual que expresa la plenitud de quien lo crea, su madurez, porque a diferencia del título, el espectáculo refleja la profundidad del ser humano y su lucha por alcanzar la belleza sin cánones, más allá de la banalidad, sin desesperación.
Inevitablemente, Christine Cloux ha decidido enfrentarse a las consecuencias del paso del tiempo sobre su cuerpo sin resignarse a dimitir. Se asemeja a Albert Camus y también al caballero Antonius Block cuando reta a la muerte a una inútil partida de ajedrez en la inolvidable película de Ingmar Bergman Det sjunde inseglet [El séptimo sello]. Pero su recorrido no pasa por un tablero de alfiles, caballos, reinas y peones, sino que aspira a ganar la partida al tiempo mediante la belleza, el movimiento y la expresión. El caballero Antonius Block sabía cómo tenía que acabar su desafío inútil al ajedrez contra la parca. Christine sabe que, a pesar de todo, es invencible, porque en su partida de ajedrez contra el tiempo sabe convertir el cuerpo amenazado en un poema visual emocionante. 'Tout finira bien' se titulaba su anterior espectáculo. Admirable.