La desmemoria para blanquear el franquismo

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No hace muchos días un ciudadano me preguntaba por qué el Consell pone freno a todas las políticas que sobre la memoria democrática se han realizado en nuestro país. No recordaba – porque no las hay –reclamación alguna en la que se pusiera en duda la necesidad de exhumar las fosas de los fusilados, de recuperar sus restos para que sus familias puedan enterrarlos allí donde deseen, de reivindicar la lucha de las personas que se negaron a admitir el derrocamiento de la II República porque se acababa con la democracia, de la investigación y el conocimiento de la verdad, la justicia y la reparación, basándose siempre en la realidad historiográfica. 

Y la verdad es que no hay otra explicación que la de que en el Partido Popular se han quitado la careta, han sacado su verdadera naturaleza a la luz, tras tantos años disimulando y alzándose como un partido moderado, constitucionalista y defensor de la ciudadanía frente al malévolo PSOE. Vuelven a sus orígenes, recuerden que su fundador Manuel Fraga fue ministro del franquismo y ese poso no ha desaparecido. Y aquí, en la Comunitat Valenciana rememorando a Zaplana como padrino político de Mazón, retoman su máxima de legislar para sus amiguitos del alma.

La propuesta de Ley tergiversa hasta el termino definitorio porque “concordia” es una palabra tan bonita que no puede admitir un texto que contiene tanta maldad. Y les explico, igualan democracia a dictadura, blanqueando el golpe de estado – al que no les falta nada para volver a definir como “Alzamiento Nacional” – argumentando de nuevo que la guerra fue imprescindible para salvar la patria y eluden condenar el franquismo y todas las atrocidades que se cometieron bajo su manto. 

Y les podría enumerar todo lo que eliminan, pero ni en un medio digital como eldiario.es tendrían espacio para tanto. Pero sí quiero contarles que lo que el Consell de Mazón pretende es una contrarreforma legislativa que representa una auténtica involución democrática y un revisionismo histórico sin precedentes.

No tenía esperanza ninguna de rectificación, pero tras la reacción de las víctimas denunciando que las olvidan, las universidades valencianes acusándolos de denostar la historia como ciencia y hasta tres relatores de la ONU afirmando que la propuesta va contra los derechos humanos, … de verdad que me asombra la falta de empatía y de vergüenza. 

El Partido Popular está convencido de que le interesa la polarización social y, al contrario de lo que se está pidiendo desde todas las instituciones, la política de enfrentamiento, de buenos y malos, de vencidos y vencedores, creen que les proporciona respaldo social. Y en mi opinión está muy equivocado, la ciudadanía necesita representantes políticos que no creen problemas, los solucionen; que sean respetuosos con los adversarios y no los tengan por enemigos; que estén abiertos al debate y al consenso; que busquen las mejoras para la mayoría y nunca el ataque a los que en su momento lucharon por mantener los derechos y libertades de un régimen democrático como el de la II República. 

La mal llamada propuesta de Ley de Concordia solo busca volver a las dos Españas porque equipara víctimas con asesinos, dignifica ejecutores y verdugos. Legislan contra las ideas de libertad, de justicia, de esperanza y de igualdad, contra la convivencia, contra la paz, legisla contra la democracia.

Quieren que se olviden los miles de asesinatos, a los torturados, a los encarcelados, a las mujeres violadas, a los bebes robados, a los exiliados.

No han renunciado nunca a ser los herederos del franquismo, pero nunca tuvieron la desvergüenza de plasmarlo en un texto legislativo, porque necesitaban algún cómplice que los acompañara en la fechoría.

Desde el PSPV-PSOE tenemos claro que aprobaran esta infamia, pero, aunque ellos tengan los votos para hacerlo, la razón es nuestra compañera. Y la razón va por el camino de la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. Y seremos la voz de los exiliados, de las mujeres que tuvieron que sacar solas adelante a sus familias, la de sus hijos, que crecieron sin sus padres, la de los bebes robados que fueron arrancados de las entrañas de sus madres, la de los fusilados, de las mujeres rapadas, señaladas. La voz de los torturados, de los que yacen en cunetas, de los huérfanos, los secuestrados, los obligados a trabajos forzados y de los desaparecidos.

Seremos la voz de la libertad, de la justicia y de la democracia.