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CV Opinión cintillo

La esperanza está en el País Valencià

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La victoria de Ayuso en las omnipresentes elecciones madrileñas ha supuesto un jarro de agua fría para las expectativas de cambio en un sentido progresista para el conjunto de la ciudadanía madrileña y española. Sin embargo, hay varias lecciones y muchas oportunidades que se vuelven a abrir a razón de ese triunfo. La principal es que la alternativa democrática de transformación social no vendrá del centro, sino de las periferias. Y, en esas periferias, quien tiene el mandato de liderar es el País Valencià.

Ayuso ha ganado Madrid haciendo una campaña contra el resto de territorios de España. Un egoísmo y una insolidaridad que a lo mejor funcionan en el centro, pero no aportan nada para solucionar las problemáticas principales de nuestros tiempos. Unas problemáticas articuladas en torno a la crisis social, territorial e institucional de las que venimos aquejando desde 2008 y que se han profundizado tras la crisis catalana y la pandemia.

En este contexto y ante la ofensiva de la ultraderecha, las valencianas y el Botànic tenemos que dar un paso al frente. Somos el territorio de España más grande gobernado por fuerzas del cambio. Y tenemos una vía propia para la transformación de nuestro país: democrática, plurinacional y para las mayorías sociales. 

No es casualidad que la derecha valenciana esté en un proceso de descomposición acelerada. Desde la huida de Toni Cantó hasta la destitución de Bonig se percibe una enorme incapacidad de la derecha para oponer un modelo al Botànic. Es normal. El Botànic ha demostrado una gran solidez, una gran capacidad de gestión durante la pandemia y una gran voluntad para seguir ganando derechos. Montar una alternativa desde la oposición a este modelo es una tarea casi imposible, aunque no nos podemos confiar.

Todavía quedan pendientes tareas políticas de primer orden para terminar de anclar el cambio valenciano en nuestra sociedad. Desde la vertebración de nuestro territorio hasta la consolidación del espacio público, reforzando nuestros hospitales, residencias, escuelas y ampliando nuestro parque público de viviendas. Pero el rumbo marcado tiene una dirección fija y ahora no nos podemos conformar con transformar únicamente nuestra tierra. La derrota de las fuerzas del cambio en Madrid nos obliga a hacernos responsables de impulsar una vía alternativa para el conjunto de España. 

Hay que botanizar España y seguir siendo un País Valencià ejemplo y vanguardia en derechos, libertades y gestión. Ahora más que nunca desde las periferias tenemos que mantener la pulsión democrática de España. Hemos demostrado que no hay una oposición entre vida y economía. Y hemos logrado proponer un modelo de gestión de la pandemia que protegía la salud de nuestra ciudadanía al tiempo que se lograba crecer económicamente (las previsiones para este año son del 6% del PIB) 

No vamos a permitir que el modelo de la confrontación territorial y el modelo a medida de las élites madrileñas avance. Es el momento de dar un paso al frente para proponer un modelo que apuesta por la superación del conflicto territorial con más plurinacionalidad para llegar a acuerdos conjuntos. Es el momento de dar un paso al frente para defender un modelo al servicio de las mayorías, que pone los intereses de la gente por encima de los intereses de los privilegiados. Y, por último, es el momento de seguir profundizando en la regeneración democrática completa de nuestras instituciones.

La esperanza está en el País Valencia.

  • Naiara Davó es diputada de Unides Podem en las Corts Valencianes.
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