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García Lorca será parque

Imagen de lo que debía ser el futuro bulevar García Lorca.

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Cuando saltó la “noticia” durante el verano de 2021, en la concejalía de Movilidad Sostenible ya teníamos interiorizadísima la lección del maestro. Lo cierto es que, aquel mes de julio, con el PSOE tratando de ganar visibilidad a cualquier precio y con los voceros de la extrema derecha siempre predispuestos a avivar cualquier posible tensión en el interior del gobierno encabezado por Joan Ribó, cuando Sandra Gómez trató de asumir las competencias del área de Movilidad y diseñar la planta viaria de lo que llamó el “futuro bulevar García Lorca” su propuesta ya presentaba un número de carriles para el tráfico motorizado similar al que ahora pretende instaurar el gobierno de PP y Vox liderado por María José Catalá.

No obstante, desde el área de Movilidad Sostenible hicimos oídos sordos a ese boceto propio del siglo pasado y, en el ejercicio de nuestras competencias, seguimos junto a los técnicos municipales trabajando en el diseño de planta que, al tiempo que garantizara las necesidades de accesibilidad motorizada de los habitantes de la zona, maximizara las zonas verdes y favoreciera la movilidad sostenible; un diseño para una València que debería afrontar —como todas las ciudades— los retos de las próximas décadas (altísimas temperaturas, crisis energética, etc.). Y como decíamos, el maestro Vicent Torres nos había enseñado el camino.

Años antes, con él dándonos las indicaciones y el porqué de cada decisión, políticos y técnicos ya habíamos transformado el clásico bulevar para el tráfico que el PP había diseñado para emplazar sobre las vías del metro soterradas en Benimàmet en un Parc Lineal en el que desaparecían los carriles motorizados continuos para maximizar el espacio de sociabilidad y las zonas verdes. ¿Por qué un modelo ejemplar que había supuesto una transformación espectacular en Benimàmet no se podía trasladar al centro de la ciudad y especialmente a un espacio por el que jamás había circulado el tráfico privado?

Con esa idea en mente, políticos y técnicos del área de Movilidad Sostenible diseñamos la planta viaria del futuro Gran Parque García Lorca (de nuevo con la colaboración desinteresada del añorado Vicent Torres supervisando si habíamos interiorizado bien sus lecciones) llevando el espacio ajardinado al máximo y no dejando un solo carril de tráfico motorizado continuado a lo largo de su recorrido. Lo que hasta entonces solo había sido una explanada de vías ya no sería un bulevar para el tráfico con manchas verdes, sería un parque en toda su extensión. Con el trabajo ya hecho le dimos la planta a Urbanismo, como nos correspondía, y así finalmente se presentó en rueda de prensa el 9 de noviembre de 2021.

Ahí se acabó nuestro trabajo; y no lo vamos a negar, aunque desde Movilidad Sostenible durante ocho años hicimos muchas cosas y muy importantes en lo que respecta a la transformación de la ciudad, el diseño de esta actuación es una de las que estamos más orgullosos. Desgraciadamente, en mayo de 2023, por un escaso margen de votos de diferencia, la ciudadanía nos alejó de la posibilidad de seguir llevando adelante el proyecto, y para nuestra sorpresa, el gobierno de María José Catalá anunció la pasada semana su intención de regresar al modelo arcaico de añadir más tráfico a la ciudad, incluso allí donde nunca lo hubo.

Así, como los gobernantes franquistas que soñaron en los años 60 y 70 del pasado siglo con poner una autopista innecesaria allí donde antes solo circuló el río Turia, Catalá aspira a convertirse en su versión del siglo XXI e instalar cuatro, seis o más carriles de tráfico motorizado (realmente desconocemos si Catalá recupera el proyecto inicial de bulevar del PSOE o uno propio) donde hasta ahora solo ha habido un río de vías. Un río de vías que, como el viejo cauce del Turia, puede ser parque.

Y lo será, porque a Catalá, como a aquellos gobernantes franquistas, le volveremos a parar los pies. Como ellos, Catalá y su proyecto en tres años serán historia. Una capital como València y el futuro de las nuevas generaciones que deberán vivir en ella no puede permitirse otra cosa.

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