Un año más conmemoramos el 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Y como cada año, durante unos pocos días se habla de esta terrible violencia y de las cifras que nos pesan como una losa; Pero detrás de cada una de esas cifras hay mujeres de todas las edades que han sido asesinadas o que están siendo maltratadas por el simple hecho de ser mujeres. Mujeres que no pueden ejercer una vida en igualdad y libertad. Y muchas de ellas son mujeres con empleo y ello hace que desde el Sindicato seamos todavía más, agentes preventivos y de cambio; así como, garantes de derechos.
Compañera, te reivindicamos en todas las mesas con las administraciones, se trate de la política que se trate. No olvidamos que la dependencia económica de la víctima en relación con el agresor dificulta la salida de las situaciones de violencia y que las mujeres con un nivel bajo de independencia económica son más proclives a sufrir violencia económica, sexual y psicológica en el entorno de la pareja o expareja.
Además, este año desde UGT PV alertamos sobre el incremento del riesgo de exposición a la violencia de género debido a la crisis derivada de la COVID-19 y sus consecuencias económicas y socio-laborales. Ya que lejos de disminuir la violencia contra las mujeres se agrava en todas sus formas: física, psicológica, sexual, económica… En estos últimos meses, además, hemos asistido con horror a violaciones grupales contra mujeres muy jóvenes, casi unas niñas. Y la permanencia en libertad de muchos de esos violadores nos salpica en la cara. ¿Y no pasa nada? ¿Esto es una sociedad sana? ¿Esto es justicia?
Otro de los caballos de batalla en los que también estamos en esta dura tarea en la defensa de la igualdad, es la denuncia de un intento de privatización de la justicia, con lo grave que esto es, mediante la imposición del mal llamado “coordinador parental”. Figura que no deja de ser un paso más en la aplicación de una justicia patriarcal.
A su vez, la precariedad de las profesionales (casi todas mujeres muy cualificadas) que se dedican a atender a las mujeres en situación de violencia de género, hace que sintamos vergüenza de una sociedad que no cuida a quienes cuidan, asisten, asesoran, …a las mujeres en general y a las víctimas de violencia de género en particular.
Frente a todo este panorama, REIVINDICAMOS. El incremento de la efectividad y los recursos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y del Pacte Valencià contra la Violència de Gènere i Masclista.
Es necesario que se destinen los recursos y servicios suficientes para una prevención y atención integral efectiva, que pueda garantizar a las mujeres una vida en libertad y el pleno ejercicio de sus derechos, especialmente ante las especiales necesidades derivadas de la pandemia.
También son necesarias la revisión y desarrollo de las medidas y políticas públicas sobre el fomento del empleo para las mujeres víctimas de violencia de género, y especialmente, en lo que se refiere al Programa de Inserción Socio-laboral para Víctimas de Violencia de Género, así como la adopción de nuevas medidas para mejorar los déficits en esta materia y garantizar los derechos laborales y económicos de las víctimas de cualquier forma de violencia sobre las mujeres en cualquiera de sus manifestaciones.
Por todo ello, toda la UGT decimos alto y claro #ValorameNoMeMaltrates, que menos se puede reivindicar en pleno siglo XXI. ¿No os parece?