¿Qué le has pedido a los Reyes Magos?

0

A mis casi 50 años, he retomado un deseo de cuando era pequeña, de aquellos que decías casi instintivamente: “la paz en el mundo”. Pero es que ahora, es que hoy, tiene aún más sentido si cabe. Llevo 25 años trabajando en cooperación internacional. Sin embargo, tengo la sensación de que no avanzamos y que los conflictos bélicos se enquistan. Son más de 30 los que actualmente se encuentran en activo: Ucrania, Burkina Faso, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria, Siria…, pero especialmente doliente resulta Gaza; en tres meses la escalada de violencia no cesa de crecer, con más de 23.000 personas muertas, más de 58.000 heridas, más de 65.000 hogares devastados, y 1,9 millones de personas que han tenido que dejar sus vidas, sus casas, sus seres queridos.

Paralelamente, múltiples crisis: la persecución y asesinato de las personas y entidades defensoras de los derechos humanos y derechos de la tierra en todo el planeta, especialmente en América Latina, las violencias en las fronteras europeas, las muertes en los océanos, las desigualdades comerciales, la injusticia fiscal, las hambrunas, la emergencia climática, la desigualdad de género…

Necesito, necesitamos, que nos concedan el deseo. Necesito, necesitamos, la paz en el mundo, que se garantice la protección de la vida y de la tierra, que se defienda y se blinde la política de cooperación internacional. Necesito, necesitamos, que nuestras administraciones públicas valencianas cumplan con sus compromisos preelectorales, que recuerden que firmaron un Acuerdo por una Política Pública de Cooperación Internacional al Desarrollo en València, Alicante y Elche, en el que se comprometieron a dedicar en la actual legislatura el 0,4% de los presupuestos municipales a cooperación al desarrollo, y en Castellón el 0,5%.

Frente a esto, nos estamos encontrando con una disminución de los fondos destinados a cooperación internacional y acción humanitaria en nuestra Comunitat, graves problemas de gestión por parte de las administraciones locales, retrocesos en la resolución de convocatorias de subvenciones que ya habían sido valoradas positivamente.

Quiero sentirme orgullosa, quiero que cumplan sus promesas, quiero que estén a la altura del reto. No quiero tener que volver a pedirlo el año que viene, porque este año no me lo trajeron.