Aprobada el 29 de marzo de 2023, la Ley 7/2023 reconoce como seres sintientes al resto de animales, algo que en Europa quedó reconocido en el Tratado de Lisboa en 2007. ¿Y qué significa que son seres sintientes? Pues que tienen la capacidad de sentir y experimentar sensaciones, como el dolor, el sufrimiento o el bienestar. Esto es lo que les diferencia de las cosas y los convierte en sujetos de ciertos derechos.
La nueva Ley establece como principal objetivo la regulación del reconocimiento y protección de la dignidad de los animales por parte de la sociedad.
Por primera vez, se asegura el mismo nivel de protección a los animales en todo el territorio nacional, así como un régimen sancionador común, donde el abandono y el maltrato queda prohibido. Se modifica el Código Penal para incrementar las penas por delitos contra los animales y se establece un régimen sancionador que califica las faltas en leves, graves y muy graves, vigente en todo el estado español.
Se crea el sistema central de registros para la protección animal, integrándose en éste el registro de entidades de protección animal, el registro de profesionales del comportamiento animal, el registro de animales de compañía, el registro de núcleos zoológicos de animales de compañía y el registro de criadores de animales de compañía. Este sistema central de registros junto al Plan Estatal de protección animal (destinado a luchar contra el abandono y el maltrato), permitirán la protección de cualquier animal en todo el estado.
La importancia de este sistema central de registros es de gran relevancia puesto que va a permitir tener un mejor conocimiento de la realidad en nuestro país, con datos concretos de los que hoy no se dispone.
Se establece el sacrificio 0 para los animales de compañía. Se establecerá una relación de qué animales se consideran de compañía. Actualmente, se sacrifican más de 100.000 de estos animales al año.
Se deroga la Ley 50/1999 sobre el régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos, excluyendo la determinación de la peligrosidad basada exclusivamente en la pertenencia a una raza determinada. Será cada animal el que, considerado individualmente, sea calificado como peligroso o no.
La nueva Ley elimina la venta de animales en tiendas. Y lo hace así porque no se puede cosificar a los seres vivos, a quienes con esta nueva norma se pretende proteger y dignificar.
Mucho se ha distorsionado una de las obligaciones que, por primera vez en nuestro país, se recoge en la norma. Se trata de la formación previa a la adopción de un perro. Cabe destacar que esta formación ya se procura en otros países europeos como Francia o Inglaterra desde hace muchos años. Una formación que ayudará a las personas a conocer con mayor exactitud las necesidades básicas del nuevo miembro de su familia.
Esta obligación irá acompañada de la suscripción de un seguro de responsabilidad civil.
Cuando hablamos del animalismo lo hacemos pensando que es un tema de moda sometido a los vaivenes propios de ella. Pero nada más lejos de la realidad. La conciencia sobre la importancia del respeto en el trato al resto de animales es un hecho que acompaña al ser humano desde siempre. El testimonio del filósofo Pitágoras, o el de San Francisco de Asís, Mahatma Gandhi y un sinfín de figuras protagonistas de la historia de la humanidad así lo demuestra.
No cabe pues si no felicitarse por la entrada en vigor de esta Ley que supone un paso adelante, en los muchos que aún quedan por dar, en el reconocimiento y respeto al que el resto de los seres vivos tienen derecho.
“Los animales existen en el mundo por sus propias razones. No fueron hechos para el ser humano, del mismo modo que los negros no fueron hechos para los blancos, ni la mujer para el hombre”. (Alice Walker)