De parque natural a parque de atracciones
El lago de la Albufera, desde sus orígenes y a pesar de los cambios ambientales y socioeconómicos acaecidos a lo largo de su historia, ha sabido salvaguardar, gracias a las comunidades y entidades que participan en su gestión, los usos culturales de incalculable valor que atesora. La pesca tradicional, los paseos en barca y la vela latina son los principales usos que, en sintonía con los valores ecológicos y paisajísticos, aparecen como una estampa fija en las mentes de todas y todos los valencianos al recordar y pensar en nuestra querida Albufera de València.
Pues bien, en la deriva de comercializar los espacios naturales a la que asistimos, esta salvaguarda parece llegar a su fin con el gobierno de María José Català i Carlos Mazón, que abre paso a la era de los deportes náuticos, dando un estacazo sin pudor al patrimonio valenciano de la Albufera.
Suponiendo así, la autorización de la navegación de piraguas por la Albufera, por parte de la Concejalía de Devesa-Albufera, y con el beneplácito de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, el pistoletazo de salida para la implantación de los deportes náuticos, imparables en cualquier espacio natural, ahora incluso en el protegido lago de la Albufera.
Los clubes deportivos, en búsqueda de nuevos espacios acuáticos por conquistar, previsiblemente harán cola para navegar en este enclave, desvirtuándose y protegiéndose los valores culturales, tradicionales y paisajísticos del enclave. A golpe de piragua, la Alcaldesa de València vende así la Albufera y la aboca a convertirse en un parque de atracciones acuático.
Esta es la política perversa a la que ya nos va acostumbrando el gobierno municipal de María José Català, coherente a su política de reapertura del Sidi Saler (impidiendo su demolición y devolución del espacio al monte público de la Devesa) y que deja en agua de borrajas sus mismas palabras sobre la Albufera en el acto para impulsar la declaración de la Albufera como Reserva de la Biosfera: “se debe defender colectivamente y no puede ni debe ser utilizada por nadie”, “es un patrimonio que estamos obligados a legar a futuras generaciones y no a destruirlo”, “ampliaremos su protección”...
Tristemente se confirma que el actual gobierno valenciano parece estar más preocupado por capitalizar el parque natural que por resolver las problemáticas ambientales que le acechan y que, de seguir así, podrían constituir el preámbulo de otro nuevo colapso. En esta línea, desde Acció Ecologista-Agró creemos que las intenciones de convertir la Albufera en Reserva de la Biosfera, no persiguen cuidar y proteger la Albufera, como puso de manifiesto la Alcaldesa del Cap i Casal ayer, tras acordar por unanimidad en el pleno municipal impulsar desde ya los trámites necesarios para obtener dicha declaración. Más bien parece una campaña de greenwashing para teñir de sostenibles todas estas políticas que, sin lugar a dudas, amenazan la preservación de una de las zonas húmedas más importantes a nivel internacional.
En la fórmula de “integrar la protección de los elementos naturales existentes con la protección de formas tradicionales de explotación sostenible de los recursos naturales”, vinculada al objeto de los espacios declarados Reserva de la Biosfera, no hay cabida para las piraguas. Debido a tales contradicciones e incongruencias, perfectamente esperables, desde el primer momento AE-Agró mostró su oposición a esta propuesta.
Así con todo, tanto el Ayuntamiento de València como la Generalitat, en su marcada dinámica de destruir naturaleza empleando el engaño y la confusión para legitimar los procesos especuladores, de nuevo banalizan y menosprecian el patrimonio cultural valenciano de la Albufera y, con ello, a todos los valencianos.
Ante esta barbarie y todas las que vengan, fruto del desgobierno de Català, Acció Ecologista-Agró se mantendrá firme en la defensa del Parque Natural de la Albufera. Mientras tanto, cabe apuntar que, de seguir este camino tendremos que ir sustituyendo de nuestro imaginario colectivo a las embarcaciones tradicionales de la Albufera que, al menos desde el siglo XIII, forman parte intrínseca de ella, por piraguas (de momento). También los carteles y murales que promocionan y ponen en valor la vela latina por otros que anuncien “Paseos en piragua por la Albufera, pasen y arrasen con lo que vean”.
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