Participar en democracia: algo más que votar cada cuatro años
Como concepto “democracia deliberativa” suena genial. ¿están de acuerdo? Ponerlo en práctica es un poco más complicado y no precisamente por que falten métodos o cauces, lo que falta es disposición.
Las personas nos hemos vuelto expertas en casi todo. Lo vimos en la pandemia, con virólogos casi en cada esquina y el tema no decae con la invasión de Ucrania, los problemas de suministro o las fluctuaciones de la inflación. ¿Recuerdan la prima de riesgo? Era el año 2012 y la crisis de la deuda introdujo en nuestras casas un concepto desconocido para la mayoría pero que pasó a ser el centro de cualquier conversación.
Toda esa actividad intelectual que desarrollamos entre las cuatro paredes de nuestras casas, en las conversaciones de cuñados o las tertulias del bar, decae de forma estrepitosa cuando se trata de tomar partido de verdad y contribuir concienzudamente en las decisiones que sí pueden modificar nuestro día a día, nuestro futuro y sobre todo la priorización en las mejoras de la sociedad. Quiero pensar que no es desidia, más bien el reconocimiento de nuestras lagunas culturales y formativas lo que nos impide desarrollar nuestro intelecto en beneficio de la ciudadanía o quizá la falta de información sobre cómo hacerlo.
Iniciamos la pasada semana en Les Corts el proceso denominado de participación ciudadana para la mejora del proyecto de ley de participación y fomento del asociacionismo de la Comunitat Valenciana. Nueve personas en representación de entidades o en el suyo propio solicitaron venir a comparecer. Cada una de ellas planteó sus opiniones sobre el texto, realizó aportaciones, expuso sus críticas y complementó la visión de los grupos políticos. Somos una Comunidad Autónoma con más de cinco millones de habitantes y solo nueve personas se interesaron por contribuir a un texto que una vez aprobado nos obliga a todos y todas. Cierto que la mayoría representaban a entidades con un número nada desdeñable de integrantes, pero estarán conmigo que el número sigue siendo ridículo.
Y esto pasa con la mayoría de los textos legislativos. Y sin ánimo de buscar culpables el principal sujeto promotor tiene que ser la administración pública. Tenemos una gran laguna por desentrañar y para eso sirve esta nueva ley.
Una democracia plena necesita una ciudadanía involucrada más allá del voto al partido político afín en las diferentes convocatorias electorales. Votar cada cuatro años a quien quieres que gestione las políticas públicas de tu Ayuntamiento, Comunidad Autónoma, Gobierno de la Nación o Instituciones Europeas es participar en los procesos establecidos para la democracia representativa. Y la deliberativa es la compañera imprescindible para que la democracia sea plena.
Veamos si hablando más de ello conseguimos involucrar a más personas en las decisiones globales, veamos si a partir de la aprobación de esta Ley conseguimos cubrir el vacío de información sobre la posibilidad de deliberar, cómo y dónde hacerlo y sobre todo incrementar la educación en democracia.
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