El cribado de cáncer de mama, ha sido desde su inicio uno de los programas de la Conselleria de Sanitat que más éxitos ha logrado.
Se inició en el año 1992, el segundo programa que se puso en marcha en España. Sirvió de modelo para la implantación de este tipo de programas en otras Comunidades autónomas, y sus logros se han difundido en numerosas publicaciones nacionales e internacionales. Ha formado parte de numerosas iniciativas europeas y ha obtenido financiación en convocatorias competitivas para la realización de múltiples proyectos de investigación. Por lo que su calidad ha sido reconocida dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.
Pero lo más importante de todo, ha contribuido junto con la mejora de los tratamientos a disminuir la mortalidad por cáncer de mama y a mejorar la calidad de vida de las personas diagnosticadas, que han podido beneficiarse de tratamientos poco agresivos.
En los últimos meses, la propia Conselleria de Sanitat ha puesto en cuestión el funcionamiento de este programa, basándose en datos poco fundamentados y utilizando los conceptos de manera oportunista, obviando o pasando por encima de algo fundamental, el enorme apoyo de las mujeres como se muestra en el hecho de la alta tasa de adhesión(las mujeres que han acudido alguna vez vuelven a responder a la llamada) cercana al 90 %.
Al final parece que el énfasis principal este puesto en la no incorporación de un número de mujeres (sobre 150.000) a las citas del programa. Sin entrar en si la cifra es o no correcta, estamos de acuerdo en que lo deseable es dar la oportunidad de participar en el programa a todas las mujeres que forman parte de la población objetivo, pero también es cierto que después de una pandemia en el que todo el sistema sanitario, y por supuesto los programas de cribado, ha tenido que soportar y afrontar enormes dificultades, se haya podido generar un cierto retraso, y que para superarlo haga falta algún tiempo.
Probablemente esas mujeres (no citadas) correspondan al grupo de edad más jóvenes (45-46 años) a las que puede que se les haya retrasado su incorporación, y corresponde a la Conselleria poner los recursos necesarios para que esta situación se subsane y no se repita. Pero es irresponsable alarmar a las mujeres por esta cuestión. Las guías de cribado de la Comisión europea (European guidelines on breast cancer screening and diagnosis), recomiendan con moderada evidencia realizar mamografías a las mujeres entre 45-50 años con intervalos entre 2 ó 3 años (por lo que un cierto retraso en este grupo no es relevante), frente a la recomendación con fuerte evidencia de realizar mamografías cada dos años a las mujeres entre 50 y 69 años. Por ello resulta improcedente un mensaje alarmista para estas mujeres y resulta comprensible que para hacer frente a una situación de retrasos ocasionados por la pandemia puede haber optado por priorizar el grupo de edad más vulnerable.
Por lo tanto si la “alarma sanitaria” no está justificada, ¿Qué puede explicar esta campaña de cuestionamiento del programa de cribado de cáncer de mama?.
Los programas de cribado de cáncer son un ejemplo de lo que se entiende por sistema público de salud, son programas de salud pública, deben realizarse forma organizada por las instituciones sanitarias, invitan a toda la población independientemente de su sistema de aseguramiento. Cuestionar estos programas toca a la esencia de lo que entendemos por sistema público. Es requisito de estos programas que se realicen de manera organizada por los responsables de salud pública y con altos controles de calidad.
El Conseller ya adelantó que va a externalizar pruebas, que va a trasladar a los servicios de radiología (cuyo objetivo y misión es el diagnóstico y no el cribado) el cribado de cáncer de mama.
¿Será esto el inicio de la privatización de nuestro sistema sanitario público? .
Creemos que si después de un largo recorrido de más de 30 años del programa con importantes logros, tanto en mejora de la salud de las mujeres como en contribución a la mejora de los servicios sanitarios, el programa de cribado de cáncer de mama lo que necesita es apoyo interno de la propia Conselleria.
Como cualquiera de los servicios que presta la Conselleria de Sanitat, los programas de cribado, deberán incrementar los recursos humanos conforme sea necesario, mejorar las inversiones cuando corresponda, realizar modificaciones organizativas incorporando las innovaciones tecnológicas, pero respetando la esencia de lo que ha sido el programa durante todo este tiempo, un programa publico organizado y gestionado desde Salud Publica con evaluación sistemática y altos controles de calidad.
*Amparo Asensi Martín, junta directiva de Acdesa PV