Su riqueza es la nuestra
En España estamos de enhorabuena y es que en este último año las 100 personas más ricas de España han aumentado su patrimonio en 20.620 millones de euros. ¡Oeee, oee, oee, oeee!
Esta información publicada por la ya mítica revista Forbes ha sido replicada por la mayoría de medios de nuestro país. Según el magazine con sede en la Quinta Avenida de Nueva York: “esta lista es además imprescindible para analizar cómo están saliendo de la crisis del covid, pues su fortaleza es la nuestra: siete de cada diez euros que generan las grandes fortunas a través de sus empresas vuelven al tejido empresarial, lo que revierte en más trabajo y más riqueza para el país.”
Si esto es así hay motivos para soñar ya que, según el 'Informe de la riqueza mundial' de Credit Suisse, en España, el porcentaje de millonarios se ha multiplicado por más de seis desde el año 2000. ¡Esta es tu grada, tu grada, tu grada que te anima!
Los ricos crecen, la riqueza crece, somos un equipo. O eso nos quieren hacer creer. Según el World Inequality Lab, entre 1980 y 2016, el 1 % más rico de la población recibió 27 centavos de cada dólar de crecimiento de los ingresos a nivel mundial, más del doble de lo que acabó en manos del 50% más pobre. En España, entre 2016 y 2017, el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada en ese periodo, mientras que el 50% más pobre apenas consiguió repartirse un 7% de este incremento. Según un informe de Oxfam Intermón, el 10% más rico de la población española concentra más riqueza que todo el 90% restante. ¡Buuuuu!
El sueldo medio anual en España es más bajo ahora que hace 20 años, ya que la subida que han registrado los sueldos es inferior a la subida de precios, según se desprende de los últimos datos publicados por la OCDE. Y esto no ha hecho más que empezar.
Hay que tener muy poca vergüenza para vender el crecimiento de las grandes fortunas como algo que celebrar. Es absurdo seguir pensando que la búsqueda del beneficio personal de esta élite crea colateralmente bienestar general. Las migas del banquete de unos pocos no son suficientes para conseguir condiciones de vida dignas para el resto. No solo nos están robando el partido con todo tipo de artimañas tramposas, como los sueldos precarios, el escaqueo fiscal y el falso mito del emprendedor, sino que además quieren que aceptemos la derrota deportivamente. ¡Dimisión, dimisión!
Las crisis, como la de 2008, y ahora la del coronavirus, son aprovechadas por las élites para aumentar su poder. Mientras que los milmillonarios solo han necesitado 9 meses para recuperarse de las consecuencias económicas de la pandemia, las personas más vulnerables podrían tardar 10 años. En España, las personas más pobres habrían perdido hasta siete veces más renta que las más ricas. Cómo afrontar la reconstrucción de la economía es clave. Los discursos como el de la CEOE en contra de la subida del salario mínimo, permitir la acaparación de vivienda a manos de fondos de inversión o la defensa de la concentración de la riqueza en pro del bien común son obstáculos que hay que salvar si no queremos perder lo conseguido en las últimas décadas.
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