Esta semana se ha conocido el caso de una agresión homófoba en un instituto de Secundaria de la localidad valenciana de Bétera, cuando un numeroso grupo de alumnos -más de un centenar- insultó, increpó y agredió a un profesor en el patio por su condición sexual hace unos días. El docente, Miquel Álvarez, ha exigido acabar con el discurso de odio que reproducen los estudiantes, mientras que la comunidad educativa del IES Les Alfàbegues también ha secundado un manifiesto exigiendo el final de las agresiones. Precisamente, la Conselleria de Igualdad dispone de un servicio de ayuda a las víctimas de este tipo de conductas, también en el ámbito educativo.
En agosto de 2019, la Generalitat Valenciana ponía en marcha el servicio Orienta de asesoramiento y apoyo a personas LGTBI -en su primer año de funcionamiento realizó más de 5.000 atenciones a través de sus tres oficinas de València, Alicante y Castelló-, un programa previsto en la ley valenciana de igualdad LGTBI aprobada en noviembre de 2018 para atender la realidad y las necesidades de este colectivo y avanzar en la promoción de la defensa de sus derechos y en la lucha contra la discriminación que puedan sufrir en el ámbito social, rural, cultural, laboral, sanitario y educativo.
Las víctimas tienen a su disposición el programa Orienta, en el que aquellas personas que hayan sufrido agresiones (o acoso escolar en el ámbito educativo) por LGTBIfobia pueden recurrir al asesoramiento de los profesionales para que sepan qué hacer y los pasos a dar ante este tipo de situaciones, tal y como explica Raquel Jornet desde la oficina provincial en Valencia, que cuenta con tres trabajadores sociales, un educador social, dos abogadas, cuatro psicólogas y cuatro profesionales de apoyo, además de la persona responsable de la coordinación de la oficina.
Así, en cuanto se recibe una denuncia en el ámbito educativo se pone en marcha el protocolo de acoso: se denuncia el suceso en el centro; en el caso de que no haya respuesta, se recurre a la inspección educativa; y de forma paralela o en último caso, se recurre a la vía judicial. Así, se acompaña a la víctima, con una primera atención por medio del asesoramiento legal y de los trabajadores sociales: “No podemos intervenir en un juicio, pero sí acompañar y asesorar, aconsejando a la víctima y a su familia sobre cómo se denuncia en el centro, el protocolo a aplicar, el tiempo que deben esperar y los pasos a seguir si el centro no sigue el protocolo”.
Jornet destaca el considerable volumen de trabajo que tienen en el servicio, atendiendo a muchos menores y familias pero también a otros perfiles: “No es que haya más casos, tal vez porque hay más miedo a denunciar por la incertidumbre de saber qué va a pasar, pero sí que hay que reconocer que es una situación preocupante, y lo sería aunque tan solo hubiera una única víctima, porque no deberían ocurrir”. “El problema es que el insulto está normalizado”, lamenta Jornet, quien se refiere también a las situaciones de acoso (como acción repetida en el tiempo realizada por un grupo), las humillaciones y las vejaciones, además de las agresiones físicas propiamente dichas.
Sobre casos como el de Bétera, que se producen en los centros educativos, desde Orienta destacan que los colegios e institutos tienen cada vez más herramientas para combatir este tipo de actitudes: “Además, deberían ser espacios seguros para todas las personas, independientemente de la orientación sexual de los alumnos o docentes”.
Servicios de Orienta
Los servicios que ofrece Orienta a los ciudadanos son: asesoramiento psicológico, tanto individual como en pareja o en grupo; Itinerarios individualizados de atención social, que incluyen acompañamiento personalizado; apoyo legal en temas relacionados con cuestiones LGTBI (matrimonio, filiación, modificación registral en personas trans…); atención a la infancia y la adolescencia LGTBI, así como a sus familias; orientación laboral y educativa, especialmente para las personas trans; asesoramiento a personas migrantes LGTBI sobre las posibilidades de regularización de su situación y de petición de asilo; atención y ayuda a víctimas de violencia intragénero (en parejas del mismo género); y atención y ayuda a víctimas de discriminación y delitos de odio por LGTBIfobia.