La promotora Fbex, que levantó el edificio incendiado en el barrio de Campanar, fue una de tantas empresas que no resistieron el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. El complejo que impulsó en València, situado entre las avenidas del General Avilés y del Maestro Rodrigo y financiado por Banesto, fue uno de los activos que se quedó el sector bancario tras la quiebra de la firma en 2010. Durante el periodo del 'boom' creció vertiginosamente pero la caída fue igual de contundente. En apenas un lustro, Fbex ya era historia.
Casi dos décadas después, el incendio del pasado jueves se cobró la vida de 10 vecinos y las causas de las llamas y de su rápida propagación aún se investigan. A la espera de las conclusiones definitivas de la investigación, las primeras hipótesis apuntan a la combinación letal de los materiales de la fachada y del fuerte viento y las altas temperaturas en València durante la terrible jornada.
La promotora vendía la “máxima calidad en materiales de construcción con unas modernas instalaciones, acabados y equipamientos” y aseguraba que se habían aplicado “rigurosos controles de calidad durante todo el proceso de edificación” de la promoción de 138 “privilegiadas viviendas”.
El año en que levantó el complejo de dos edificios de lujo en Nou Campanar, la empresa estaba en la cima de la ola. Con negocios en Catalunya, las Islas Baleares, Murcia y la Comunitat Valenciana (donde contó con 26 promociones), la firma registró unos beneficios en 2005 de 20 millones de euros y unos ingresos de 410 millones, casi el doble de los registrados el ejercicio anterior. Eso sí, su deuda con entidades de crédito estaba hinchada hasta los 385 millones.
En aquella época en que se disparaba con pólvora de plata, la firma especializada en obra de primera residencia en cascos urbanos llegó a adquirir medio millón de metros cuadrados de suelo edificable en el territorio valenciano, con la intención de construir 4.000 nuevas viviendas.
Sin embargo, apenas un lustro después, cuando quebró, anotó unas pérdidas de 156 millones. Su deuda era, según las últimas cuentas anuales, superior a los 500 millones de euros.
En 2015, dos mercantiles del grupo inmobiliario figuraban en la lista negra de deudores de Hacienda. Fbex Promo Inmobiliaria SL, la matriz del grupo, dejó un 'pufo' de 37,7 millones de euros con Hacienda mientras que su filial Fbexgarbal debía 10 millones.
También dejó una retahíla de deudas con administraciones públicas valencianas. La matriz arrastraba dos embargos por parte del Servicio de Gestión Tributaria de la Diputación de València (en 2019 y 2020) y otros tres embargos por parte del Ayuntamiento de Alginet (entre 2020 y 2023). Juanpar II (una firma aún activa propiedad de Juan Parada, de su mujer y de los dos hijos del matrimonio) también fue embargada por el Ayuntamiento de València en 2022.
Deudas con las cajas
Cuando el grupo inmobiliario se hundió, mantenía deudas con una veintena de entidades financieras, entre ellas con Bancaja, el Banco de València y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (bancos que a su vez fueron víctimas, poco más tarde, del pinchazo de la burbuja financiera).
El procedimiento concursal de Fbex recayó en el Juzgado Mercantil número 8 de Barcelona, cuya titular dictó en 2017 el auto que acordó la conclusión del concurso de la sociedad.
Además del edificio incendiado en Campanar, Fbex levantó otro complejo de lujo en Mislata y dejó a medias la construcción de torres de 19 alturas en Canet d'En Berenguer, proyectadas en colaboración con Astroc, la firma de Enrique Bañuelos que simbolizó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Fbex era una de las empresas del sector que más creció en Catalunya, a costa de un elevado endeudamiento en la compra de suelo. El grupo estaba formado por Juan Parada Henares (accionista mayoritario) y su mujer, Mercedes Martin Guirau, además de dos hijos del matrimonio.
Se trata de un promotor catalán afincado en Sant Cugat del Vallès que declaró como testigo en el marco de la investigación del juez Pablo Ruz a Jordi Pujol Ferrusola por un supuesto delito de blanqueo de capitales. El empresario negó conocer a los Pujol.
Tanto el promotor como su esposa mantienen unas pocas empresas que continúan activas. elDiario.es ha intentado recabar el comentario de Parada Henares; sin embargo, desde este pasado viernes los teléfonos fijos a nombre de las mercantiles, todas domiciliadas en Barcelona, no contestan ninguna llamada.
Una empresa dedicada a la domótica
La promotora presentó su proyecto en Campanar como una finca domótica, cuya gestión dependía de modernos sistemas automatizados. Precisamente, el entramado de Juan Parada Henares mantenía una empresa, con una participación directa del 96%, dedicada a la domótica. Se trata de Hogar On Iberia SL, constituida en 2007 mientras se construía el edificio incendiado.
El objeto social de la empresa, según los datos del Registro Mercantil, era la investigación, desarrollo, construcción, fabricación, instalación, reparación, mantenimiento y venta de toda clase de servicios y productos de domótica, así como de servicios asociados a la domótica.
Hogar On Iberia SL era la única sociedad del grupo que no se dedicaba a la promoción inmobiliaria y contaba con Parada y uno de sus hijos como administradores. Se extinguió en 2015.