La Campaña por el Cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE’s NO) ha hecho público este martes un comunicado en el que denuncia la agresión por parte de dos miembros de la Policía Nacional, destinados en el CIE de Zapadores en Valencia, a un chico argelino que se acababa de romper un pie mientras trataba de subir uno de los muros. La denuncia ha sido presentada esta mañana en el juzgado junto al informe médico y la denuncia de un vecino, que escuchó desde su casa cercana a calle de Zapadores los gritos de dolor del joven.
Según el relato de la víctima, Zinedine E., los hechos ocurrieron el pasado 19 de noviembre, sobre las 23.00 horas de la noche. “Tras recibir noticias familiares desagradables y con el estado de impotencia y ansiedad en que me encontraba encerrado en el CIE sin posibilidad de ayudarles tomé la decisión de suicidarme saltando los muros del centro”, asegura. Al tratar de subir al muro, se cayó y se fracturó el tobillo. Al escuchar sus gritos, dos policías se acercaron corriendo y comenzaron a agredirle físicamente, tal como expresa en la denuncia.
“El primero me puso la bota en la mandíbula con mucha fuerza, apretando mi cara contra el suelo y provocándome una lesión en el maxilar. El segundo hizo lo mismo con el pie que acababa de romperme, retorciéndolo con sus duras botas”, expresa. Dado el estado en el que se encontraba, Zinedine E. asegura no haber ofrecido ninguna resistencia cuando fue agredido.
Según el comunicado de CIE’s No, muchos internos que contemplaban la escena comenzaron a gritar y a hacer ruido dentro de sus celdas para expresar su indignación por lo que veían e incluso uno de ellos afirma que vio a los policías “pegándole con la porra” y que desde ese día están tratando “a todos los internos de manera denigrante, con insultos”. Tras las agresiones físicas que denuncia fue ingresado en el Hospital la Fe de urgencia, donde accedió con un cuadro médico de politraumatismo y varias “excoriaciones cutáneas”.
Por su parte, la Delegación del Gobierno en Valencia niega que los policías agredieran al interno y atribuye las heridas de Zinedine a la caída producida “durante un intento de fuga de cuatro internos”. También señala que los hechos han sido comunicados al juzgado.
Según el relato de la víctima, tras tres días de hospitalización, el jueves 22 de noviembre le dieron el alta médica y volvieron a internarle en el CIE, donde asegura que las condiciones para su recuperación son “muy difíciles”. Asimismo, Zinedine E. solicitó al director del centro “la posibilidad de tener unas muletas” para desplazarse, tal como le habían aconsejado en el hospital al tener la pierna derecha escayolada y el cuerpo doloroso. Sin embargo, se rechazó su petición. Además, también denuncia que el día 26 de noviembre recibió “un tortazo” por parte de otro policía.
Daniel Morata, vecino que vive frente al CIE, también ha presentado una denuncia ya que comenzó a escuchar “los gritos desgarradores” durante varios minutos la misma noche que ocurrieron los hechos. Según su versión, los fuertes lamentos parecían proceder de un interno del CIE y eran “perfectamente compatibles con una agresión”. Por eso, Morata solicitó al juzgado que investigue la procedencia y los motivos de los gritos por “si hubiese podido deberse a la comisión de algún delito”.
La Campaña por el Cierre de los CIE ha exigido a Delegación del Gobierno que “identifique a los responsables de la agresión denunciada y adopte medidas disciplinarias”. Además, han convocado para este martes a las 19.00 horas una nueva concentración frente a la puerta del centro para pedir “el cierre de los centros de internamientos para extranjeros”, tal como llevan haciendo desde hace más de ocho años todos los últimos martes de cada mes.
Según CIE’s NO, “este nuevo incidente violento se suma a la larga lista de irregularidades y de denuncias de violaciones a los derechos humanos ocurridas en Zapadores”. La campaña denunció hace unas semanas el internamiento de una persona de origen ruso portadora de VIH, enferma de Hepatitis C y en tratamiento con metadona, a quien le habían negado el asilo. “Además del perjuicio que supone para su salud estar encerrado, corre el riesgo de ser deportado a Rusia, donde con toda probabilidad no recibiría tratamiento médico adecuado. Sin embargo, la Delegación del Gobierno, que podría solicitar la suspensión de la orden de expulsión por razones humanitarias, no ha hecho nada hasta ahora”, informa.