Estoy indignada con la cantidad de tertulianos ociosos que estos días han vomitado palabrería contra todos los valencianos, después de haber cobrado grandes sumas de dinero, con viaje y estancia pagada en hoteles de lujo, por alabar la política de despilfarro en RTVV y fuera de ella.
Existe otro País Valenciano. No uno, muchos. Que no conocen, o les importa un rábano conocer. El de los miles de valencianos que salieron a las calles el pasado sábado, fuera la que fuera su ideología política, para protestar por un cierre injusto, el de la radio televisión autonómica, producto de la nefasta gestión de los que quieren acabar con ella. También ha sido la gota que ha colmado el vaso para los ciudadanos que ejercieron su voto en las elecciones autonómicas, todavía con un presidente, Francisco Camps, a punto de sentarse en el banquillo de los acusados, imputado por cohecho, junto a varios de sus colaboradores más estrechos; dos de los cuales se declararon culpables y fueron condenados.
¿Dónde se ha quedado la “deuda productiva” de la que hablaba Camps en el parlamento valenciano en junio de 2011, poco antes de dimitir? ¿Por qué no se decía entonces que nuestro modelo de financiación era pésimo? ¿Por qué Rajoy no dijo nada de la caótica situación de las arcas públicas valencianas, todo lo contrario, y ahora calla? Porque vendieron una gran mentira, como escribí en mi libro La crisis valenciana, editado por la UNED.
Estábamos sin un duro, lo negaban, y seguían derrochando en aeropuertos sin aviones (el de Castellón se inauguró días antes de las elecciones). Ahora seguimos sin un duro y defienden que por eso recortan, sin pensar en las consecuencias, los beneficios sociales que tanto esfuerzo costaron alcanzar. ¿Qué hay qué creer y a quién? ¿A Rajoy y a Montoro, que no se cansaron de repetir que Zaplana y Camps eran unos artistas con las cuentas públicas?
Para más inri, el presidente del Consell, Alberto Fabra, se va al circuito de Cheste; el de Ecclestone y su F1 pasó a la historia previo pago de muchos millones de euros, y dice, con la que está cayendo, que sólo habla de motos.
Hay algo que sí ha conseguido el ejecutivo de Fabra: que estemos a la cola en la recuperación de España, y unir a una mayoría de ciudadanos para reivindicar otra forma de gobernar, como señala la encuesta del diariocv. De hecho, hace meses que el PP está aplicando en la Comunidad Valenciana una política de tierra quemada.