Solo el 12% de los herederos pagó en 2022 por el Impuesto de Sucesiones que Mazón ha eliminado

La falacia del infierno fiscal valenciano se desmorona cuando se revisan los datos. En 2022 solo 24.574 personas, apenas un 12% de los herederos, pagaron algo por el Impuesto de Sucesiones en la Comunitat Valenciana. La política prácticamente represiva a la que aluden PP y Vox apenas afectó al 0,3% de la población, considerando por “infierno” que pagaran más de cero euros. En 2022 el total de contribuyentes (herederos y legatarios) en la Comunitat Valenciana ascendió a 199.977 personas.

Según los datos de la Agencia Tributaria Valenciana a los que ha tenido acceso elDiario.es, los valencianos pagaron de media 1.534 euros por el impuesto de sucesiones, al que el PP y Vox denominan “impuesto a la muerte” y que este año han bonificado al 99% para familiares directos. Los derechos reconocidos por el tributo recién eliminado en la comunidad peor financiada son de 296 millones de euros en ingresos, a falta de comprobar los efectos de la citada reforma en 2023. Es el segundo impuesto que más recauda para las arcas públicas de la autonomía. En 2022 la recaudación fue de 306 millones de euros, según la ATV.

Del 12,30% que sí tuvo que pagar a la hacienda pública, sólo pagaron más de 5.000 euros un tercio, el 3,85% de los herederos totales. Son, en concreto, 7.706 personas, que en conjunto pagaron 286 millones de euros en 2022. Es decir, que el 96% de quienes tributaron pagaron entre uno y 5.000 euros. La carga fiscal del tributo se sostiene sobre las rentas más elevadas, teniendo en cuenta que están exentos los primeros 100.000 euros por heredero de la base liquidable en caso de vivienda habitual. El 68% de los herederos que pagaron abonaron menos de 5.000 euros.

Las personas con herencias superiores a los 500.000 euros fueron 1.275 y heredaron, en su conjunto, bienes valorados en 1.944 millones de euros, según las autoliquidaciones. Estas personas pagaron, en su conjunto, 143 millones de euros, casi la mitad de lo recaudado. Entre estos sujetos hay caudales hereditarios de 45 y 50 millones de euros que corresponden a dos herederos únicos. El primero abonó a la hacienda pública 1,6 millones de euros por el impuesto; el segundo, 1,7 millones. También hay bienes por valor de 89 millones para dos herederos y otro caudal de 45 millones entre otros dos.

Los beneficiarios directos de la reforma fiscal del Gobierno de Carlos Mazón son los grupos I y II del impuesto: los descendientes menores de 21 años -que hasta el pasado año tenían una bonificación del 75%- y los descendientes mayores de 21 años, ascendientes y cónyuges. Estos supuestos sumaron en 2022 a 15.000 herederos, que recibieron bienes por valor de 3.571 millones de euros y pagaron cerca de 151 millones de euros. Con la reforma actual en vigor, habrían pagado apenas tres millones de euros en su conjunto.