El Consejo de Ministros aprobó la Obligatoriedad de Servicio Público (OSP) para las rutas aéreas que unen el aeropuerto de Melilla con los de Almería, Granada y Sevilla. La Ciudad Autónoma ha obtenido así lo que el Consell –que ha manifestado el compromiso en este sentido del Presidente del Gobierno- pretende lograr para el aeropuerto de Castellón, si bien Melilla sí cumpliría con los requisitos europeos para la concesión de la OSP.
La Resolución establece que la Ciudad Autónoma entra dentro de las condiciones establecidas en la legislación europea, ya que está calificada dentro de la categoría de regiones “de transición”, es decir aquellas cuyo PIB per cápita se sitúa entre el 75% y el 90% del PIB medio de las regiones europeas. A esto se añade que su localización periférica y la baja densidad de tráfico, condiciones consideradas “esenciales para el desarrollo económico y social de la región”.
Las características con que cuenta el aeropuerto de Castellón son, no obstante, muy distintas al caso de Melilla. Si bien Ximo Puig manifestó a principios de mes –durante su visita a Moncloa- el compromiso de Pedro Sánchez de declarar la ruta aérea Castellón-Madrid como OSP, existen serias dudas sobre si esta cumpliría con los requisitos de la legislación europea al respecto.
Escollos en los requisitos
Desde el Consell han querido manifestar la importancia de la existencia de voluntad política por parte del ejecutivo de Sánchez. No obstante, los números no acaban de encajar. Uno de los principales escollos para la aprobación del OSP Castellón-Madrid sería que el aeropuerto recibe más de los 100.000 viajeros al año y, por tanto, no podría ser considerado de baja densidad –el aeropuerto habría recibido 144.000 viajeros el año pasado-.
Otro de los requisitos principales es que las OSP deben imponerse únicamente en la medida en que otros transportes –trenes, autocares o transporte individual- no puedan satisfacer las necesidades de la región. Se pone además especial atención a los servicios ferroviarios disponibles para cubrir esa misma ruta, requisito que choca de frente con la existencia del AVE Castellón-Madrid.
La herencia recibida
Hacer despegar al aeropuerto de Castellón es todo un reto que el Consell heredó directamente del PP y los deseos megalómanos del expresidente de la Diputació y actual simpatizante de Vox, Carlos Fabra. A la mala fama del “aeropuerto sin aviones”, hay que añadir las fuertes pérdidas económicas y la falta de los permisos necesarios para su actividad.
Las últimas cuentas que presentó la Generalitat sobre el ejercicio de 2017, muestran cifras preocupantemente negativas. En ellas se incluyen la asunción por parte de la administración pública de la deuda de 151 millones de euros desde 2012. La declaración de obligatoriedad pública de la ruta Castellón- Madrid supondría un balón de oxígeno para las ruinosas infraestructuras.