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Alianza no implica absorción: el encaje de Compromís en Sumar

Sumar no es diluirse. Alianza no implica absorción. La distancia entre ambos términos, más o menos obvia, sale a relucir en los procesos internos de los partidos cuando preparan una carrera electoral. Es el caso de Compromís y la plataforma que dirige Yolanda Díaz, que encara esté sábado su primera asamblea para estructurar el partido. La coalición valencianista ha recalcado que no formará parte de la dirección de la plataforma porque son dos partidos distintos que colaboran y, como tales, acuden este sábado a los actos.

El proceso de implantación territorial ha causado malestar en los lugares donde existen otras fuerzas que trabajan con la plataforma, como en el País Valenciano. Los encuentros previos organizados por la plataforma de Díaz, que evidencian la intención de tener arraigo y estructura, han despertado recelos en algunos representantes de Més Compromís, el antiguo Bloc, que es la rama más nacionalista de la coalición. Los más escépticos creen que el equipo de Díaz trata de suplantar su presencia, aunque los dirigentes valencianistas subrayan el acuerdo de no competencia electoral. En virtud de este acuerdo, Sumar puede crear una estructura, pero no presentarse a unas elecciones valencianas sin Compromís.

Cuando los valencianistas decidieron concurrir con Sumar a las elecciones generales del pasado 23 de julio suscribieron un protocolo que marcaba los puntos de su relación. Bilateralidad, perfil propio y no competencia electoral, además de reconocer a Compromís como fuerza de referencia de la izquierda en la Comunitat Valenciana, fueron las claves para la alianza el 23J. A ese acuerdo se remiten los representantes consultados por este diario cada vez que sale a reducir un hipotético conflicto con Sumar. “Sumar reconoce a Compromís como sujeto político del valencianismo de izquierdas”, subraya Amparo Piquer, secretaria general de Més, unas palabras que suscribió el portavoz de Compromís en las Corts el pasado lunes: “Tenemos un acuerdo firmado con Sumar en el que se reconoce que el sujeto político en la Comunitat Valenciana es Compromís y así será”, dijo.

El País Valenciano es un caladero de votos para esta alianza. Las tres circunscripciones dieron a la plataforma cuatro diputados y casi 400.000 votos en las últimas elecciones. En solitario, Compromís obtuvo en noviembre de 2019, los comicios anteriores, 176.000 apoyos, por lo que se les puede atribuir cerca de la mitad del mérito.

Aunque los representantes reconocen que no se han abordado procesos electorales futuros, como las municipales y autonómicas, el acuerdo de legislatura sigue vigente. El partido sí negocia su encaje para las elecciones europeas, donde en las listas de Sumar estará Izquierda Unida y otras fuerzas que componen la plataforma. Aún se negocian los puestos en la lista -circunscripción única en España- y quién los ocupará. Dado que los perfiles ya anunciados son mayoritariamente masculinos, salvo la cabeza de lista Estrella Galán, sería de esperar que Compromís designara a una mujer. Izquierda Unida ha elegido al eurodiputado Manu Pineda y el exeurodiputado Florent Marcellesi va por Equo, mientras que Jaume Asens ha anunciado que se presentará a las primarias de los comuns y queda por conocerse el nombre de la persona de Más Madrid.

Algunos dirigentes con voz propia han apuntado cierto malestar con la formación de Díaz en las últimas semanas. Enric Morera, senador y expresidente de las Corts Valencianes, dijo que la relación con el Gobierno central no iba bien. Aunque la crítica se dirigía a la rama socialista, en concreto a Óscar Puente, sirvió para abrir el debate sobre la coalición entre socialistas y Sumar. Al día siguiente, el portavoz en las Corts Valencianes, Joan Baldoví, suscribió las críticas a Puente, pero matizó que están más contentos con perfiles como el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, quien ese mismo día estaba presentando los actos de homenaje a Vicent Andrés Estellés, vetado por Vox en el parlamento autonómico. Baldoví dijo que la coalición deberá plantearse su relación en los órganos correspondientes. Aunque no se ha planteado formalmente, el malestar de una parte es evidente, también con la ministra de Hacienda, que aún no ha aprobado la reforma del sistema de financiación. La formación valencianista analizará su alianza después de las elecciones europeas, donde todo apunta a que concurrirán de la mano. Juntos, pero no revueltos.