El cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares, aprovechó este domingo la Missa Infants durante la fiesta a la Mare-de-Déu dels Desamparats para hacer diferentes alegatos políticos. Entre ellos, pidió ayuda a la patrona de la ciudad de Valencia para “defender los derechos humanos inviolables y fundamentales” como el derecho “a la enseñanza y libertad de educación, claramente amenazados en nuestra tierra”.
El arzobispo aludía a la reducción por parte de la Generalitat Valenciana de aulas concertadas en bachillerato, que motivó hace una semana una manifestación del sector privado de la educación, donde se enmarcan los centros de la Iglesia Católica. A ellos les ha dado su apoyo político el PP, que llegó a hacer un plante en las Corts Valencianes al gobierno de la Generalitat.
Durante la homilía en la Plaza de la Virgen, el cardenal Cañizares habló sobre aquellos jóvenes que están “sujetos a adicciones como droga, alcohol o sexo”, que son “instrumentalizados por intereses inconfesables, rebajándoles a objetos”. Así, invocó a la Virgen de los Desamparados en ayuda de los jóvenes que buscan trabajo, “que están desanimados por no tener empleo tras el sacrificio de sus estudios o que son utilizados con contratos basura y tienen que irse al extranjero”. También habló de los que “son manejados por ideologías tan engañosas y llenas de mentira por legislaciones ideológicas en el campo de la enseñanza”.
El cardenal hizo referencia a las familias “que sufren en sus países de origen y en los campos de refugiados”, víctimas de “la violencia y la guerra”. Con ello, pidió que finalice “la guerra en Siria y la violencia en Venezuela” para que reinen “la paz, la libertad y los derechos”.
Cañizares pidió que las familias valencianas “por encima de todo tipo de divisiones” sepan mantener una “convivencia pacífica inspirada en el sentimiento de solidaridad fraterna y amor cristiano” y sepan repudiar pacíficamente “comportamientos impositivos, injustos o dictatoriales”.