¿Se lee el Gobierno las preguntas del Senado? ¿Qué protocolos tiene adoptados el Gobierno ante la posibilidad de un apocalipsis zombi? ¿Se ha “comprado” el silencio de Bárbara Rey? Estas han sido algunas de las intervenciones más sonadas que Carles Mulet, representante de Compromís, ha realizado en el Senado desde que fuera nombrado en 2015.
Mulet fue elegido senador por desginación territorial por las Corts Valencianes junto a Alberto Fabra, Rita Barberá, Joan Lerma, Pilar Lima y Luis Crisol a mediados de 2015, cuando la Cámara valenciana obtuvo una mayoría de representación progresista que configuró el Pacto del Botánico. El senador, cansado de ver que su trabajo no daba frutos en la Cámara Alta, y considerando que el Gobierno -entonces presidido por Mariano Rajoy- ninguneaba el trabajo de la oposición, decidió emplear su carácter irreverente en las intervenciones parlamentarias. Así surgieron iniciativas virales, como dos minutos de pregunta solo mencionando la palabra Cataluña, romper una foto de Susana Díaz o la del protocolo de defensa ante un apocalipsis zombi, que el representante de Compromís recopila en un libro.
En lugar de en el infierno de Rimbaud, Carles Mulet pasa Una temporada en el Senado, un lugar que hace una década estaba plenamente denostado en su imagen pública, pero que en la última legislatura, con la entrada de nuevos partidos, ha tomado voz. “Ante tanta información y saturación, más allá de las redes sociales, queríamos hacer un recopilatorio en formato físico de nuestro trabajo”, apunta el representante valenciano, que ha elaborado el libro con su asesor, Jordi Maura, y la periodista Emma Zafón. El volumen arranca con una entrevista, sigue con artículos de opinión, reflexiones del senador, fragmentos del diario de sesiones y un espacio con códigos QR que llevan al lector a las intervenciones parlamentarias en youtube. En sus páginas habla de los últimos días de Rita Barberá en el Senado y cómo madura su relación parlamentaria, de las vivencias políticas entorno a la activación del artículo 155 de la Constitución como herramienta contra el independentismo catalán o la moción de censura que propició un cambio de gobierno del PP al primero del PSOE con Pedro Sánchez al frente.
“Mandábamos muchas preguntas al Gobierno de Rajoy, hicimos 600 preguntas sobre restos franquistas en los pueblos y la respuesta fue un párrafo que no tenía sentido. Veíamos que éramos invisibles, que el Gobierno no se sometía al control parlamentario”, apunta Mulet en conversación con elDiario.es. Así que las preguntas se convirtieron en “un intento de llamar la atención. Me quejaba de la falta de respeto a preguntas de la oposición. Era una forma de poner el foco, de denunciar la falta de rigor”, señala el senador, sobre estas intervenciones.
En las cinco legislaturas que han pasado desde 2015, Mulet ha sido el representante con mayor número de iniciativas. Según sus cálculos, ha presentado 25.000 iniciativas, 17.000 preguntas y 4.000 peticiones de documentación, al margen de las intervenciones en el pleno. “Hemos intentado cambiar la utilidad del Senado; si lo he hecho es porque lo puedo hacer”, incide, preguntado sobre la percepción de esta Cámara parlamentaria, que se bautizó como un cementerio de elefantes, el lugar en el que las viejas glorias de la política iban a morir. “Hay un volumen de trabajo enorme detrás, solo con dos personas en el grupo, pero somos correa de otros partidos” como la Chunta Aragonesista o Unión del Pueblo Leonés. Con todo, el representante considera que no ha sido un tiempo demasiado productivo, que la vorágine política no le ha permitido sacarle todo el jugo a las posibilidades parlamentarias.
“Me gustaría repetir como senador. Tengo la sensación de que no han sido ocho años, ha habido dos legislaturas fallidas, algunas caóticas, el covid... Ha sido un interruptus constante”, lamenta el senador, que afirma: “Me quedan ganas y energía para que sean ocho años reales de hacer política”. Mulet quiere repetir como representante territorial para insistir en los temas que a nivel autonómico tiene “muy claros”, como la financiación o la invisibilidad de los valencianos: “No pintamos nada”, lamenta, en referencia a la agenda política estatal. “Nuestra presencia aquí ha servido para que en todos los plenos se hable del País Valenciano. Todo el mundo da por hecho que existe un problema de infrafinanciación. Hemos conseguido que se aprueben mociones, que los presupuestos acepten compromisos de inversiones en el Senado... Hemos conseguido que se hable de los problemas.; ahora, la tercera fase es solucionarlos”, recalca el parlamentario.