El exdiputado del PSPV y secretario de Justicia, Libertades y Nuevos Derechos, Andrés Perelló, ha asegurado este lunes que la empresa Ciegsa era “innecesaria”, que sirvió como “instrumento privado para escapar de los controles públicos”, que supuso “una lucha política por el botín”, con “desfases injustificados, opacidad absoluta y en la que se violaba la ley de contratos público”. “Alguien había tomado esa empresa como un botín”, ha indicado Perelló quien ha señalado que la empresa generó una “gran guerra” en el PP que no fue “ni ideológica, ni política, sino por ver quien se quedaba la combinación de la caja fuerte”.
Así lo ha indicado Perelló en la comisión de las Corts que investiga los sobrecostes de más de 1.000 millones de euros en la empresa Construcciones e Infraestructuras educativas S.A (Ciegsa), en donde ha denunciado “la opacidad, las irregularidades y el desfase injustificado” que se produjo. “Ciegsa era un ente que se llevaba el dinero y con la que algunos se hacían ricos con lo que se dejaban de hacer. Se pagaba por lo que no se hacía”, ha reprobado.
Así, ha indicado que dentro del PP había “una gran guerra interna política” en la Ciegsa se convirtió en el “botín” para algunos y en el exsecretario autonómico de Educación y exconsejero delegado de Ciegsa, Máximo Caturla, se convirtió en “el carcelero” porque “no quería que el botín no se lo quitara nadie”.
“Fue una guerra interna que no ideológica, ni política, sino por ver quien se quedaba la combinación de la caja fuerte y esa guerra llevaba a colocar y a quitar gente. Eso sí, pagando del erario público contratos y blindajes absolutamente pornográficos en términos económicos”, ha subrayado. Ha denunciado que la opacidad era “absoluta” y se “agrandó tanto” que se pasó “a una bacanal de corrupción incontrolable”, dado que ha relatado que cuando su grupo solicitaba información no se les facilitaba porque argumentaban que era una empresa privada.
Además, ha explicado que cuando entraban a ver algún documento solicitado “ponían a un funcionario a su lado para que el diputado no sacara un bolígrafo o una cámara de fotos”. “¿Creen que esto es normal?”, se ha preguntado para señalar que Ciegsa fue “un gran agujero negro” que “escapaba de cualquier tipo de control”.
Obstrucción permanente
Ha recordado que en varias ocasiones se personó, junto a la entonces diputada del PSPV Ana Noguera en la empresa para conseguir documentos, pero ha denunciado se les denegó la entrada y “el guardia de seguridad no les dejó pasar”. “Si no pasaba nada, ¿Por qué no nos dejaban pasar?”, se ha preguntado para señalar que “había una obstrucción permanente a pedir información y la documentación a la que podíamos tener acceso llegaba escasa y por vías no oficiales”.
En este punto, ha explicado que había miembros del PP a los que se les caía “la cara de vergüenza” y eran los que les indicaban por dónde tenían que “tirar” sus investigaciones. “Sin ellos no hubiéramos sacado algunas cosas”, ha manifestado.
Asimismo, ha indicado que la Sindicatura de Cuenta ya advertía de que se estaba “violando” la ley contratos públicos y había un “desfase”, pero ha lamentado que no importaba lo que decía el órgano fiscalizador porque “todo caía en un gran agujero negro que cerraba la mayoría absoluta de esta casa”, ha denunciado para señalar que cualquier intento de conseguir documentación o para abrir una comisión de investigación era denegada porque “había un desprecio absoluto a la oposición”. “Éramos unos okupas que sólo habíamos vendo a molestar” y la “mayoría absoluta del PP era la que se imponía”, ha dicho.
Sabían lo que pasaba
Perelló ha considerado que el exconseller de Educación Alejandro Font de Mora “sabía lo que pasaba” y “podía haberle puesto límite” pero ha indicado que se convirtió en “cómplice” al no denunciar lo que pasaba. A su juicio, el exconseller del ramo Manuel Tarancón, que fue el que creó Ciegsa, “lo hizo para bien” porque estaba “convencido de que iba a ser útil”, pero con el actual eurodiputado Esteban González Pons “tuvo una deriva que fue a donde fue”. A Font de Mora le acusa de saber “la corrupción que había” porque él se lo dijo pero el exconseller “negó la mayor”. “Advertido estaba y si hace caso omiso se convierte en cómplice y si no lo sabía era un incompetente”, ha puntualizado.
A su juicio, con la llegada a la empresa de Caturla la situación “fue a peor” porque se convirtió en el “carcelero de Ciegsa” al “querer que el botín no se lo quitara nadie”. “Caturla fue un cambio a peor, era el sargento que cerraba la puerta”, ha señalado para insistir en que todo lo que pasaba lo estaban denunciando por distintas vías, pero “no solamente había mayoría absoluta entendida como propiedad del poder, sino silencio mediático”. “Éramos objeto de burla”, ha lamentado.
Además, ha indicado que los tres colegios arquitectos emitieron quejas y también de las empresas cuyas críticas “llegaban por doquier”, pero siempre estaba todo “en el armario”. “Ciegsa ha descalificado una forma de hacer política y a un partido de gobierno. Ha sido un agujero negro, perverso que nos ha perjudicado a todos los valencianos”, ha zanjado.