Compromís no quiere 'Sumar' para las autonómicas: “Diluirse en una marca estatal porque hay elecciones es un error”

Laura Martínez

5 de agosto de 2022 21:46 h

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La idea de una plataforma que aúne a las izquierdas con representación parlamentaria para una candidatura a las elecciones autonómicas no entusiasma en todos sus actores en la Comunitat Valenciana. La melodía que va marcando la batuta de Yolanda Díaz con Sumar suena bien para el plano estatal, pero a nivel autonómico el audio se va distorsionando. La vicepresidenta del Gobierno y uno de los principales activos del espacio de Unidas Podemos apuntó que el proyecto de país que quiere tejer no responde a citas electorales, dando por sentado que no habría candidatura en las autonómicas y municipales de próximo mayo.

Pese a ello, dirigentes políticos valencianos de ese mismo espacio han hecho una llamada a las fuerzas con las que gobiernan en busca de una alianza que les permita asegurar un tercer gobierno progresista en la Generalitat Valenciana y una mayoría en las Corts Valencianes. El aumento de representación de la extrema derecha en Europa y la apariencia de consolidación del PP con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza han sembrado la semilla del miedo en estas formaciones, alentada por los resultados de la derecha en las elecciones andaluzas.

La primera en romper el silencio fue la consellera de Transparencia y líder de Esquerra Unida del País Valencià (EUPV), Rosa Pérez Garijo, que a través de un comunicado emplazó a Compromís, Podem y agentes sociales a construir una “herramienta de esperanza y garantía” de un tercer Gobierno del Botánico que avance en la protección de derechos. Garijo recordaba que los acuerdos van “en el ADN” de Esquerra Unida, que ha formado parte de las últimas coaliciones de izquierda desde la Comunitat Valenciana. Pocos días después, Héctor Illueca, vicepresidente segundo de la Generalitat y candidato de Unides Podem en las últimas autonómicas, defendió que las candidaturas de izquierda “con arraigo territorial” deberían construir un proceso político conjunto, más allá de los partidos, contando con el tejido social.

Ambas formaciones dan por superado el actual proyecto de Unides Podem en la Comunitat Valenciana, la coalición que les ha permitido integrarse en el Ejecutivo autonómico con Compromís y el PSPV en la segunda legislatura progresista, y buscan un proyecto más amplio, que integre a nuevos agentes, no necesariamente políticos profesionales. En ese debate, ambos llamaban a la puerta de Compromís, su socio en el Gobierno del Botánico, que les dobla en peso pero que ni es un competidor directo en el resto del Estado ni se separa a grandes rasgos de la esencia de su programa político.

En el VI congreso de Iniciativa, entonces con Mónica Oltra a la cabeza, estas formaciones ya manifestaron que afrontar la “guerra cultural” y las crisis venideras en solitario “sería suicida”. El partido de Oltra, integrado en Compromís y liderado tras ese congreso por Alberto Ibáñez y Aitana Mas, nueva número dos del Gobierno valenciano, abordó en los meses previos al congreso un proceso similar al que Díaz prepara ahora, contando con la vicepresidenta del Gobierno y representantes de otras formaciones de arraigo territorial, con el acto Otras políticas como plato principal.

Las tres ramas de Compromís coinciden

Pero en Compromís, pese a las afinidades con la ministra de Trabajo y su visión política, no ven conveniente para revalidar el Acuerdo del Botánico una candidatura conjunta de las tres fuerzas. La coalición subraya que su obediencia es estrictamente valencianista y cree que “diluir” la marca que crearon en 2007 no sería conveniente, una idea compartida en las tres ramas que componen la coalición.

Compromís ya es una suma de sensibilidades ecologistas, feministas y de discursos transversales, “una confluencia de espacios no dogmáticos”, apunta Alberto Ibáñez, coportavoz de Iniciativa, que cree que en este momento de crisis las candidaturas son “un tema secundario” y aboga por priorizar las medidas económicas de rescate a la población. Partiendo de la premisa de que lo que funciona no hay que tocarlo, el dirigente aboga por “seguir abriendo” el partido, “sumar dentro de Compromís” a personas de otros movimientos o partidos, sin perjuicio de participar en un proyecto más amplio en las elecciones generales. La coalición valencianista es “una marca arraigada, un espacio de referencia propio. Si cambiamos la marca, diluimos la agenda y la identidad”, continua Ibáñez, que recalca la importancia de mantener su autonomía respecto a otras fuerzas con sede en Madrid. “Lo importante es un programa común, una respuesta mejor para la izquierda movilizada y para apelar a los abstencionistas”, insiste.

En la memoria de la coalición aún persiste el problema para formar grupo propio en el Congreso de las candidaturas que confluyeron con Podemos para las generales. En las elecciones generales de 2015, con la candidatura Compromís-Podemos-És el moment que obtuvo 9 representantes, la formación entonces liderada por Pablo Iglesias inscribió a todos sus diputados de las confluencias en el grupo parlamentario confederal de Podemos, dadas las dificultades para formar grupos por las candidaturas autonómicas según la Mesa del Congreso, pese a que concurrieron en Galicia, Catalunya y la Comunitat Valenciana con personalidad jurídica propia. Los diputados valencianistas optaron entonces por separarse de la formación morada para no diluirse. Meses después, con la repetición electoral de junio de 2016, la formación exigió como requisito para ir juntos tener grupo propio.

Las ideas que traslada Ibáñez son suscritas por Vicent Marzà, exconseller de Educación y responsable de la política de Més, el partido mayoritario en Compromís. El dirigente, curtido en la mediación política, asegura: “Nosotros hablaremos y escucharemos a todo el mundo y haremos lo mejor para garantizar los gobiernos de izquierdas, lo que sea mejor para la ciudadanía”. En estos momentos, según ese diagnóstico, la mejor propuesta es mantener la marca Compromís, “que garantiza que haya políticas transformadoras y moviliza el voto de izquierdas”. “Compromís es el proyecto, la marca que asegura la tercera legislatura del Botánic”, insiste Marzà, que aboga por “sumar a este proyecto, que no se diluya”. “Somos una propuesta estrictamente valenciana. No estaremos sometidos ni diluidos en otra fuerza que no responda al pueblo valenciano”, recalca, en referencia a los partidos centralizados.

En Verds Equo, la tercera pata de la coalición, insisten en buscar “la opción mas beneficiosa para todos”, la fórmula que más diputados consiga para las izquierdas. En este sentido, “la marca ganadora, la que arrastra a la gente y posibilitó el cambio en 2015 es Compromís. Todo lo que sea Compromis más es factible y deseable, pero diluir Compromís en una marca estatal porque hay elecciones es un error”, sentencia Juan Ponce, representante de los ecologistas valencianos. El diputado autonómico cree que a nivel estatal tiene sentido un proyecto conjunto, pero en el territorio valenciano, con una fuerza consolidada, valencianista y de izquierdas, perder la identidad, considera, es perder el sentido. “Preferimos hablar del qué”, subraya, en referencia a un pacto programático o un acuerdo de mínimos con otros partidos.

El modelo en el que se ha gestado Por Andalucía, la candidatura de izquierdas andaluza, sería un error a ojos de los valencianistas, que creen que da una imagen poco deseable en estos momentos, de batalla por los puestos. En Compromís “funcionó estar de acuerdo en unas políticas e impulsarlas; olvidar aquello sería un error. El votante de izquierdas es muy exigente”, recuerdan los representantes de la coalición que, por el momento, no se aliarán en una papeleta con sus compañeros del Botánico. En política, añaden, uno y uno no siempre son dos.