Conselleria entierra la Ciudad del Teatro, otro de los megaproyectos de Zaplana

Corría el mes de febrero de 2000. El entonces president de la Generalitat, Eduardo Zaplana, -que poco después dejaría este cargo para asumir una cartera ministerial en el segundo Gobierno de José María Aznar- presentaba dos proyectos para “no perder el tren de la modernidad” a escasos meses de las elecciones generales: la Ciudad de la Luz de Alicante -cerrado a la espera de que alguien adquiera sus instalaciones para poder hacer frente a la devolución de las ayudas ilegales de la Unión Europea-, y la entonces conocida como la Ciudad de las Artes Escénicas de Sagunto o Ciudad del Teatro.

El pasado 5 de noviembre -según consta en la respuesta parlamentaria ofrecida por la consellera María José Català a los diputados de Compromís Josep Maria Pañella y Enric Morera-, Cultura solicitaba dejar sin efecto el Plan Especial de las Artes Escénicas de Sagunto, con lo que el Gobierno valenciano daba carpetazo definitivo al proyecto, reconvertido en un último intento en Campus de las Artes Escénicas.

Cronología

El proyecto inicial de Sagunto contaba con un presupuesto de unos 5.500 millones de pesetas (33 millones de euros) -debía estar concluido para 2003, como anunció el sucesor de Zaplana al frente del Consell, José Luis Olivas- y tendría entre sus espacios emblemáticos el recinto de la antigua Gerencia de Altos Hornos del Mediterráneo (chalés, economato, casino...) o la Nave de Talleres, cuya propiedad debería adquirir la Generalitat Valenciana para desarrollar el proyecto.

Entre los hitos del proyecto, el 'estreno' de la Ciudad del Teatro, con la puesta en escena en septiembre de 2001 en la Nau de la obra de teatro 'Las Troyanas' -dirigida por la actriz griega Irene Papas-, una representación que contó con presencia de la Reina Doña Sofía. El coste de aquella representación, 2,4 millones de euros, e incluía una escultura diseñada y regalada por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava.

Además, en 2002, la entonces subsecretaria de Promoción Cultural, Consuelo Císcar, anunciaba en el marco de este proyecto la inclusión de la Escuela de Alto Perfeccionamiento Musical, que debía dirigir el músico Mstislav Rostropovich.

Sin embargo, el proyecto fue mermando considerablemente, perdiendo esa ambición inicial, y lo que inicialmente iba a ser la Ciudad del Teatro se convertía en 2006 en el Campus de les Arts Escèniques, presentado por el entonces conseller Alejandro Font de Mora -actual presidente de Les Corts- en las antiguas oficinas de AHM con una inversión de 23 millones de euros y la creación de un centro universitario internacional, un centro de formación profesional, un conservatorio superior de danza y una escuela de arte dramático.

Daños colaterales

El proyecto de la Ciudad del Teatro suponía una reserva de suelo inicial de unos 190.000 metros cuadrados -posteriormente se redujo a poco más de 55.000 y después se quedó en apenas 11.000 metros cuadrados en los que debía ubicarse el Campus de las Artes Escénicas, hasta que finalmente se ha desvanecido-.

Esa iniciativa afectaba a un polígono industrial, por lo que diversos proyectos empresariales quedaron afectados -entre ellos, diversas empresas de servicios, un complejo comercial y de ocio y un hotel, con unas previsiones de creación de empleo, según los propietarios y promotores, de alrededor de 1.500 puestos de trabajo directos e indirectos-.

Además, el proyecto suponía la adquisición y puesta en valor de emblemáticos espacios de gran valor patrimonial, como son el recinto de la Gerencia y la Nave de Talleres, en los que se han invertido millones de euros de dinero público -en la Gerencia todavía se están acometiendo actuaciones- pese a ser de titularidad privada.

Mientras la propiedad de la Nau no se ha llegado a concretar, en la Gerencia, ante la pasividad de la administración autonómica, el Ayuntamiento de Sagunto promovió un PAI para lograr su adquisición. Sin embargo, la justicia ha dado la razón a los propietarios, la multinacional ArcelorMittal, que continúa siendo propietaria de los terrenos y todo lo que en ellos se encuentra, a pesar del esfuerzo económico realizado por el Consistorio en su rehabilitación.

Ahora, una vez finiquitado definitivamente lo que nació como un megaproyecto en época de Eduardo Zaplana, el Ayuntamiento de Sagunto -tras 15 años de promesas incumplidas- se encuentra con un problema generado por la Generalitat Valenciana y que debe resolver.