“Con el máximo consenso y la máxima participación, la Ley Integral Valenciana de Educación será un éxito”. La Conselleria de Educación, Cultura, Investigación y Deporte ha puesto en marcha un proceso participativo para el desarrollo de esta norma, la primera de estas características en el ámbito valenciano. Para ello, desde este mismo mes de junio comienza un proceso colectivo, “de reflexión conjunta”, que se prolongará durante las próximas semanas y que tiene como objetivo sentar las bases de la nueva ley educativa valenciana, cuyo borrador está previsto que esté redactado para finales de año.
Esta norma pretende, con las limitaciones que marca la legislación estatal y con un fundamento meramente pedagógico, “definir el modelo de educación que queremos, un modelo flexible y dinámico adaptado a las necesidades de nuestro alumnado”, reconocía el conseller de Educación Vicent Marzà, quien ha puntualizado: “Las escuelas no son fábricas y no deber responder todas al mismo patrón. Queremos que la ley se adapte al alumnado y no al revés”.
Para asegurar el éxito de la ley es preciso que tenga seguridad económica: “Hay que blindar la educación, que sea realmente una prioridad para la Generalitat”. Así como también es preciso que sea lo más participada posible en el que se implique la propia comunidad educativa, “aunque los consensos no son fáciles”.
Punto de partida
Como punto de partida para la elaboración de esta norma, la Conselleria ha utilizado las conclusiones de la comisión celebrada la pasada legislatura en las Corts, participadas por todos los grupos entonces representados en el parlamento autonómico y recogidas por el Consejo Escolar Valenciano que las hizo suyas en un decálogo. Se incluyen doce desafíos: la motivación, la implicación, el bienestar, la autonomía, responsabilidad y autoexigencia, el pensamiento crítico y creativo, la maduración equilibrada, la participación y protagonismo, la convivencia, la implicación de la familia, la calidad del ocio, el talento y rendimiento de aprendizajes. En ese documento hay 343 propuestas de acción.
Partiendo de esa base, ahora comienza un proceso participativo que pretende consensuar el texto de la nueva Ley Integral Valenciana de la Educación: “La idea no es elaborar un documento reflexivo por parte de expertos sino realizar un ejercicio colectivo para buscar objetivos compartidos y cómo alcanzarlos”, ha explicado el secretario autonómico Miguel Soler.
Próximos pasos
El próximo paso, es la puesta en marcha de un calendario de reuniones para escuchar antes del verano a los sindicatos, grupos parlamentarios, asociaciones de directores, asociaciones de inspectores, AMPA, escuelas de Magisterio, patronales de la escuela concertada, cooperativas y patronales de la enseñanza privada, entre otros.
También se han elaborado diferentes cuestionarios dirigidos al profesorado, a las AMPA de los centros educativos y a las familias en general, que podrán ser cumplimentados por todas aquellas personas implicadas que lo deseen.
Acabado el proceso consultivo, se realizarán una serie de encuentros por las diferentes comarcas valencianas para acercar las reflexiones y las diferentes aportaciones de la comunidad educativa.
El objetivo es contar con un borrador de ley a finales de año a partir de las diferentes aportaciones, de los cuestionarios y de las reuniones con los diferentes colectivos. Este documento se trasladará de nuevo a la comunidad educativa antes de la aprobación definitiva por parte del Consell de un anteproyecto de ley que debe ser refrendado por las Corts.