El cortafuegos de Mazón: la consellera de Emergencias y la que despreció a las víctimas, en la puerta de salida
El actual Consell que dirige Carlos Mazón tiene las horas contadas. A partir de la comparecencia del presidente, que se espera para el 15 de noviembre, comienza a correr el reloj de la remodelación. La sesión parlamentaria estaba prevista para este jueves, 14 de noviembre, pero se ha pospuesto por un nuevo aviso rojo por fuertes tormentas. Se espera que entonces el presidente valenciano trace las líneas de un nuevo Ejecutivo, un intento de establecer un cortafuegos para quienes piden su dimisión. Mazón quiere abrir una nueva etapa y cambiar las piezas es clave.
En la Generalitat Valenciana dan por sentado que el barón popular entregará la cabeza de la consellera de Justicia y competente de Emergencias, Salomé Pradas. Nadie la defiende en público ni en privado. Es como si desde el 29 de octubre no existiera: no habla públicamente ni se la menciona. Cuando se pregunta por ella, se la señala como responsable de las decisiones adoptadas en el Cecopi (Centro de Coordinación Operativo Integrado) desde el martes, que culminó con una alerta enviada tarde, cuando el agua anegaba los municipios de l'Horta Sud. El Ejecutivo lanza el mensaje que salva a Mazón: “El presidente no forma parte del Cecopi (...) El presidente no debe ser esperado”. Aunque se le esperara en la tarde del martes 29, aunque se le informara de las decisiones, aunque asista a las reuniones, aunque la ley le otorga el mando único en la catástrofe. Esta declaración subraya una idea: que es la consellera de Justicia quien tenía que haber decidido. Con Pradas caerá su equipo, al menos los responsables directos de Emergencias, con el secretario autonómico Emilio Argüeso al frente.
Otra consellera sobre la que se incrementa la presión es Nuria Montes, responsable de Turismo e Industria. Se le reprocha una falta absoluta de empatía con las víctimas en momentos extremadamente delicados. Dijo en un vídeo difundido por su equipo: “Aquí no se van a entregar cuerpos a familias, no se va a permitir el acceso de familiares”, en referencia a Feria Valencia, donde se identifica a las víctimas. Después, una trabajadora de su departamento denunció entre lágrimas, en directo en el programa de Ana Rosa, que ni se había molestado en preguntar por sus familiares fallecidos en la DANA y que le ofreció el coche oficial. Señalada por grandes cabeceras de la derecha mediática, se entiende que podría estar en la rampa de salida.
Algunas fuentes del Ejecutivo cuestionan que deba abandonarlo por lo que consideran una metedura de pata, cuando su gestión no la consideran mala. Pidió perdón después de sus polémicas declaraciones. Montes fue uno de los grandes fichajes de Mazón, procedente de la patronal hotelera de Benidorm (Hosbec), como una experta en turismo, muy centrada en el modelo de masas de la costa alicantina. Durante la pandemia destinó parte de una subvención de la Diputación de Alicante a pagarse el salario como secretaria general de la patronal hotelera: 37.000 euros.
Es posible que la consellera de Hacienda y portavoz, Ruth Merino, también sufra algún cambio. En las últimas semanas solo ha comparecido en una ocasión, acompañada por la vicepresidenta Susana Camarero, que también es secretaria del Consell y parte del Cecopi. La titular de Hacienda está centrada en adaptar las cuentas públicas y tramitar las ayudas inmediatas a los afectados. Si bien no se desenvuelve con soltura como portavoz en momentos complejos, esta técnica de Hacienda es buena con los números. No deja de ser llamativo que las tres cuestionadas sean tres mujeres y que se apunte a una cuestión de incapacidad en sendos casos.
Vender la reconstrucción
El Ejecutivo valenciano se esfuerza en pasar página de la tragedia y centrar el debate en la reconstrucción. Es la palabra que emplean todos los círculos del Consell. La remodelación que pretende salvar a Mazón se enfoca en esa línea: una conselleria encargada de pilotar estas cuestiones, con rango de presidencia, o un conseller sin cartera para desarrollar y canalizar los trabajos sobre las zonas afectadas. Se habla de que la vicepresidenta, Susana Camarero, la más solvente del Ejecutivo autonómico -le han encargado ejercer de portavoz y realizar los contratos de emergencia-, pueda asumir más responsabilidades. Fue ella quien dijo que se trabaja para adecuar al Consell a una “nueva realidad”.
También cabe que se renombren los departamentos del Consell para enfocarlos en esta nueva fase discursiva, que pretende marcar un antes y un después en el Ejecutivo, aunque esté presidido por la misma persona, responsable última de los nombramientos y del reparto de competencias. Fue Mazón quien entregó emergencias a Vox y después colocó ahí a Pradas y Argüeso en la remodelación.
Según publica El Periódico de España, el PP nacional ha tratado de situar al exconseller Gerardo Camps en esa nueva composición. El citado periódico publica que Alberto Núñez Feijóo le ha hecho llegar a Mazón su interés por este político, actualmente senador. Este miércoles protagonizó un abrazo con un senador del PSOE y alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, en la Cámara Alta como ofrenda de paz, que se interpreta como un gesto.
En realidad, la reconstrucción tras la DANA dependerá del Gobierno de España. Mazón ha pedido al Ejecutivo central 31.400 millones de euros, el equivalente a un presupuesto anual de la Generalitat Valenciana, para hacer frente a esta tarea. Aunque pidió que los ministros se pusieran bajo las órdenes de sus consellers en cinco grupos de trabajo, su gobierno solo ha comprometido, de momento, 300 millones de euros para esta tarea.
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