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Esteban Cuesta asumió el “encargo” del PP de ser gerente de una empresa “podrida” y “saqueada”

Europa Press

Valencia —

La defensa de Esteban Cuesta, exgerente de Emarsa, ha descrito a su cliente como un “tonto útil” y ha asumido parte de su responsabilidad por haberse beneficiado del fraude. Pero ha advertido de que las irregularidades ya existían antes de su llegada y ha expuesto que obedecía órdenes. Al mismo tiempo, ha aseverado que asumió el “encargo del PP” de ser gerente de esta mercantil “podrida y saqueada”.

Así se ha pronunciado este miércoles el abogado de Cuesta en la penúltima sesión del juicio de la pieza principal del caso Emarsa que ha sentado en el banquillo a 24 acusados. Mañana está previsto conceder la última palabra a los encausados.

Durante la exposición de su informe, el letrado ha excusado la presencia de su representado en el plenario porque había tenido dos guardias sanitarias en el centro en el que trabaja de camillero. “Está colaborando con la ciudadanía como enfermero”, ha manifestado.

Ha aclarado, así mismo, que cuando su representado -que se enfrenta a 24 años de prisión- aterrizó en Emarsa, en mayo o junio de 2004, “ya estaba la trama establecida”. “Se trataba de una empresa instrumentalizada creada y usada por todos los partidos políticos, siendo un espectro político de las Corts”, ha descrito.

Cuando Cuesta, exalcalde de Benimàmet, llegó a la entidad, ha insistido, lo hizo por sus “aspiraciones” y “ambiciones” y por seguir “directrices políticas”. “Asumió el encargo del PP de ser gerente de una entidad que estaba siendo saqueada años antes”, ha insistido. “Emarsa estaba podrida -ha agregado-, olía mal desde el primero hasta el último. No llevaban Coco Chanel”, ha ironizado.

Y ha reiterado sobre la mercantil: “Emarsa tenía una estructura política que empleaba a todos los enchufados. Todos los enchufados que no servían para otra cosa más que para cobrar, obedecían aquí el sistema prestablecido”, ha subrayado.

El letrado ha recordado, tal y como manifestó su cliente, que Cuesta “actuó guiado” por el expresidente de Emarsa Enrique Crespo y por el ex director financiero Enrique Arnal, y ha reconocido parte de su responsabilidad. Así, ha pedido una condena “justa” porque lleva “siete años pendiente de este juicio”. Ha reclamado que se le apliquen las circunstancias atenuantes de confesión, dilaciones indebidas y reparación del daño y que pueda cumplir su pena como ATS en el centro que las autoridades estimen oportuno.

Sobre estas circunstancias, el abogado ha subrayado que Cuesta ha colaborado con la justicia y ha revelado “datos importantes” para que se averiguasen los hechos delictivos, los autores y los objetos de la infracción penal. También ha aludido a la “reiterada confesión” del exgerente, que “confesó hasta en 13 ocasiones y también ante los medios públicos”.

“Ayudando al prójimo”

En cuanto a la reparación del daño, ha aludido a que Cuesta tiene embargadas las cuentas y su salario y a que “colabora ayudando al próximo desde su facultades humanitarias y laborales”, en referencia a su trabajo como enfermero.

Junto a estos argumentos, ha indicado que el exgerente no tiene antecedentes penales y ha dicho: “No es un imputado modélico, pero no ha intentado huir de la justicia”. Además, ha aludido a las dilaciones indebidas del procedimiento y al “pacto diabólico” de la Fiscalía con algunos acusados que ha perjudicado a su representado.

El letrado, quien ha matizado que en esta causa se han quedado cosas por investigar relatadas por su cliente, como la “financiación irregular del PP” de València o las “mordidas en reformas”, ha lamentado la desigualdad de medios entre las acusaciones y algunas defensas que provienen del turno de oficio.

Sobre este último aspecto, ha señalado que “los medios de ataque y defensa no son los mismos”. “Yo he contado con un boli, un papel y mi cerebro. Y con cero euros o mucho menos. Este letrado está poco menos que arruinado y desmoralizado en la lucha con la conselleria por el salario por este juicio. No he visto ni un solo euro y se nos ha insultado”, ha aseverado. “¿A quién ha matado mi cliente?”, ha preguntado para lamentar la elevada pena que se solicita a Cuesta. “A nadie”, ha dicho.

“Quería decir la verdad”

Al letrado de Cuesta le ha precedido en el turno de palabra el de Jorge Ignacio Roca, empresario huido de la justicia que actualmente se encuentra en prisión preventiva por estos hechos. “Roca siempre ha querido decir la verdad y dejar a su familia a buen recaudo”, ha aseverado, para explicar que huyó de España “por recomendación de sus amiguitos de Alaquàs”, es decir, de empresarios imputados en este procedimiento.

“Roca siguió instrucciones de sus amigos valencianos. No quiero escupir a otros acusados pero tampoco que la culpa se la lleve él”, ha insistido, para admitir que su representado únicamente puede ser culpable del delito fiscal, por haberse llevado el IVA de las facturas irregularmente.

En este sentido, ha afirmado que no se le puede achacar ni malversación ni falsedad en documento. Respecto al primer delito, ha afirmado que Roca no sabía que Emarsa era una empresa pública: “Era un facturero que se quedaba con el IVA de Emarsa, que podría tratarse de una sociedad llamada Enrique y María S.A.”. En cuanto a la falsedad, ha manifestado que su cliente no alteró ningún documento.

Ha descrito esta causa como una “teatralización u orquesta” llena de “fabulaciones”. Se ha referido a un escenario, Emarsa, “que políticamente era un cementerio de elefantes donde reposaban miembros del partido político de turno que no servían para otra cosa más que para cobrar”. Respecto a los “personajes”, ha dicho que se buscaron a “tontos útiles” y a altos funcionarios: “Se disparó contra todo lo que se movía”, ha aseverado.