El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, continua con su batalla fiscal entre las autonomías periféricas y la capital del Estado. El dirigente socialista insistió este miércoles en que el país debe abordar las asimetrías fiscales entre regiones y corregir el efecto capitalidad de Madrid, matizando sus palabras en un desayuno informativo el pasado julio.
Tras una rueda de prensa y a preguntas de los periodistas por el rechazo de la ministra de Hacienda a un impuesto concreto para la capital, el presidente autonómico especificaba que “nunca” planteó un nuevo impuesto a los madrileños -se refirió a rentas elevadas y grandes corporaciones- sino que “se debía estudiar cómo compensar el efecto capitalidad”.
Esa compensación puede darse a través de diversas vías, explican desde su entorno, como por ejemplo en el reparto de recursos públicos. Desde Presidencia consideran que las ventajas fiscales de Madrid pueden compensarse con una mayor inversión territorializada en los Presupuestos Generales del Estado -fundamentalmente en infraestructuras-, con la descentralización de instituciones y empresas públicas -que, a su vez, implican la dispersión de los funcionarios y de otras empresas- o limitando las exenciones fiscales.
Los tratos compensatorios se han defendido en ocasiones anteriores, varias de ellas con motivo de la emergencia sanitaria. De hecho, la Generalitat Valenciana ha defendido criterios similares para las ayudas de emergencia por la COVID y los fondos europeos, reivindicando que compensen la infrafinanciación arrastrada desde 2014 o que se ajusten al criterio de población ajustada.
El dirigente, defensor del federalismo, cree que el Estado debe abordar la cuestión del “reequilibrio fiscal” entre territorios. Los informes del IVIE, uno de los think tank del Gobierno autonómico, cifran la descompensación de recursos que recibe la capital versus la periferia. Esas ventajas en la configuración del sector público se van retroalimentando hasta obtener las asimetrías actuales y una macrocefalia de Madrid frente a la llamada España vaciada. A su juicio, se debe insistir en “superar las divergencias de renta” entre ciudadanos españoles.